Una cultura de privilegios para sustentar una huelga impresentable‏



JUAN CARLOS GUAJARDO, DIARIO LA TERCERA, VIERNES 20 DE DICIEMBRE DE 2013HTTP://VOCES.LATERCERA.COM/2013/12/20/JUAN-CARLOS-GUAJARDO/CHUQUICAMATA-UNA-HUELGA-IMPRESENTABLE/chuqui

Chuquicamata, una huelga impresentable


La huelga que desde hace varios días sostienen los trabajadores de la fundición de Chuquicamata no puede pasar inadvertida para el país. Hace sólo unos meses Codelco y el sindicato alcanzaron un acuerdo en el marco de la negociación colectiva, la cual entregó beneficios sustantivos a sus trabajadores, más allá incluso de consideraciones de productividad, en el entendido de que este acuerdo allanaría sus voluntades hacia un esquema compatible con el gran desafío de transformar a Chuquicamata en una operación subterránea de primera envergadura mundial.
Transcurrido el tiempo, el plan de retiro voluntario no ha sido acogido debidamente y, peor aún, los trabajadores de la fundición han planteado a la compañía la vieja y mala práctica de mantener“negociaciones permanentes”, más allá del proceso de negociación colectiva establecido por la ley.
Hoy la excusa es un bono adicional por procesar material de otras divisiones de la propia Codelco y de otras minas (lo que se ha hecho siempre), mañana puede ser el veto a una decisión de la administración de la empresa o pasado mañana su rechazo a un despido justificado.Afortunadamente esta búsqueda del cogobierno por parte de los trabajadores de la fundición no ha encontrado eco en el resto de los trabajadores de Codelco, quienes se dan cuenta de lo irreal y negativa que es esta actitud y que, por el contrario, arriesga con hacer retroceder las relaciones laborales que se construyen en Codelco.
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La mayor gravedad en torno a este conflicto es que el atrincheramiento de los trabajadores de la fundición de Chuquicamata se produce, a sabiendas, un par de meses antes de la crucial decisión que abordará el directorio de la empresa sobre el proyecto Chuquicamata Subterráneo, buscando entonces aprovechar esta coyuntura para mantener prebendas y fortalecer su posición negociadora de cara a la llegada de un nuevo gobierno.
Como el país sabe, Codelco enfrenta un período crucial en estos años, desarrollando en forma paralela varios proyectos de envergadura (estructurales), en un desafío pocas veces visto en la minería mundial. El financiamiento requerido es asimismo muy alto, cercano a los US$ 30 mil millones, lo que supone una situación difícil para una empresa estatal que por años ha sido fuente de recursos para su dueño.
Es fundamental que estos proyectos no sólo sean desarrollados de manera solvente desde un punto de vista técnico, sino que además sean rentables, lo que requiere de manera indispensable que los trabajadores participen de este esfuerzo, tanto con una mayor productividad así como comprendiendo los desafíos de gestión y adaptándose a los niveles de dotación requeridos. La aislada actitud de los trabajadores de la fundición de Chuquicamata está en las antípodas de estos desafíos.
Es imprescindible que el país genere las condiciones para que Codelco pueda gestionar la relación con sus trabajadores de acuerdo con criterios estrictamente laborales, sin interferencias políticas ni distorsiones asociadas al intento de mantener una cultura de privilegios que pertenecen al pasado de nuestro país.

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