Balance económico de 2013 y perspectivas para el año entrante‏



ROLF LÜDERS, DIARIO LA TERCERA, VIERNES 20 DE DICIEMBRE DE 2013HTTP://VOCES.LATERCERA.COM/2013/12/20/ROLF-LUDERS/LA-ECONOMIA-EN-2013/Monedas


Las elecciones le han dado a Michelle Bachelet y a la Nueva Mayoría una clara victoria. El triunfo lo obtuvo la coalición ganadora a pesar de las todavía -en general- relativamente buenas condiciones económicas. Mientras los ganadores nombran sus cuadros ejecutivos y afinan su programa económico, corresponde hacer un balance de lo sucedido en 2013.
Este fue un año que en materia económica internacional fue más bien plano. No obstante, se continuaron saneando las cuentas fiscales en EE.UU. y en Europa. Mientras tanto, el PIB mundial crecerá -sin presiones inflacionarias significativas- aproximadamente a la misma tasa (utilizando tipos de cambio de mercado, un 2,2%) a la que lo hizo en 2012. Crecerán a una tasa algo superior al 1% los países desarrollados, y lo harán a una tasa algo superior al 5% los países emergentes.
Económicamente EE.UU. siguió recuperándose de la recesión, tanto así que el miércoles la Fed -su banco central- anunció que terminaría con su programa de compras de activos orientado a incentivar el consumo. Lo hará reduciendo, a partir de enero del próximo año, los US$ 85 mil millones mensuales que ha estado comprando, hasta eliminar las mismas a fines de 2014. Eso sí, se comprometió a mantener las bajas tasas de interés.
Chile crecerá en 2013 al 4,2%, comparado con un 5,6% el año pasado. La diferencia se explica en buena medida por la significativa desaceleración de la demanda interna (desde un 7,1 a un 3,9%), causada principalmente por la caída en la inversión y, muy especialmente, por aquella en minería. La tasa de aumento del consumo, en cambio, sólo se reducirá en un 0,4%. La caída en los niveles de inversión es preocupante, porque afecta el potencial de crecimiento futuro de la economía.
No obstante, hasta ahora la mencionada desaceleración no ha tenido mayores efectos negativos sobre el empleo y ha evitado que se produzcan presiones inflacionarias indeseadas. La fuerte reducción en la tasa de inversión -producida principalmente por la postergación de proyectos en la minería del cobre- se ha traducido, a pesar de la baja del precio del mineral, en una mejora importante del déficit en cuenta corriente, bordeando este último el 3% del PIB. Las bajas tasas de inflación y el menor déficit fiscal han permitido al Banco Central, para reactivar la demanda, bajar la tasa de política monetaria en un 0,5%. Dado el escenario externo, ésta política ha repercutido en una significativa alza del tipo de cambio.
En resumen, se ha reducido en Chile significativamente la tasa de crecimiento de la inversión, sin que por ahora ese fenómeno haya afectado mayormente al empleo, a los salarios y al consumo. La actual situación en el mercado del cobre aleja el fantasma de la enfermedad holandesa (el tipo de cambio se ha depreciado significativamente), pero para que la industria manufacturera y la agricultura puedan aprovechar plenamente las oportunidades que se les abren y el país pueda seguir desarrollándose, urge resolver los cuellos de botella, especialmente en materia energética, y cuidar del buen clima de inversión.

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