Diario Las Últimas Noticias, martes 5 de noviembre de 2013
No tenía sistema eléctrico
y los limpiaparabrisas funcionaban a manito.
A pesar de la diferencia de edad,
una citroneta puede dar hasta 18 kilómetros por litro.
Eso sí, la velocidad máxima no pasa los 60 km/hora.
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Desde que tiene uso de razón
Juan Ignacio Labbé,
administrador de empresas de 59 años,
ha estado al lado de un Citröen 2cv,
vehículo conocido popularmente
como citroneta o citrola.
"Tengo un modelo del año 57,
que está dentro de las más antiguas
de Latinoamérica.
La heredé de mis padres.
Es la primera que se hizo en Chile
y era un modelo ensamblado en Arica,
que traía las partes mecánicas de Francia;
aquí se le inventó un diseño propio
que no se puede ver en otra parte
del mundo", cuenta Labbé.
Fue en 1948 que Citröen fabricó por primera vez
su modelo 2CV [probablemente también fue la
respuesta francesa al Volkswagen escarabajo alemán],
un automóvil de bajo costo, pensado para ser usado
por los campesinos, después de la devastadora
Segunda Guerra Mundial.
No se permitirían lujos y sólo funcionalidad espartana.
Un vehículo tan noble, que aún apaña
y que se puede usar en las calles.
Aunque, obviamente las comparaciones
con un citycar actual son notables.
Motor humilde: en cuanto a su propulsor,
la citrola del '57, tenía un motor de 345 cc
y 13 hp de potencia.
Una cilindrada mucho más chica,
si se le compara con el Suzuki Alto,
que tiene un motor de 800 cc y 47 hp.
Eso sí, la citroneta pesa 600 kilos,
mientras que el citycar japonés
pesa 1.185 kilos.
El pequeño motor de la citrola
también afecta su velocidad,
ya que "la velocidad máxima
que alcanza es de 60 km/h", cuenta Labbé.
Otra diferencia bajo el capó
"es la forma en que se enfría el motor,
que lo hace por aire, en vez de agua", agrega. Toma.
Con una gotita rinde: en este ítem
a la citrola no le va tan mal,
ya que da 18 kilómetros por litro.
En cuanto a la amortiguación,
Labbé cuenta que la citrola es una cuna.
"Es lo más blando que se pudo haber hecho en auto.
Se decía en la época que las citronetas saludaban,
porque con los baches como que bajaban saludando".
Fuera electricidad: otra diferencia es que en vez
de alternador la citrola tiene un dínamo
y usa batería de 6 volt, mientras que lo normal,
en la actualidad, es que los vehículos se equipen
con baterías de 12 volt.
Por esa razón algunos elementos del auto
son activados con la mano, como el limpiaparabrisas.
Para usarlos, se tira una perilla hacia atrás
y funcionan con la piola del cuenta kilómetros
y a medida que el auto avanza se mueven las plumillas",
explica el mecánico Arturo Poblete, quien se dedica
a arreglar autos Citröen antiguos en su taller
de Girardi 1672, Ñuñoa.
Pasando los cambios a oído: la caja de cambios
tiene sólo cuatro marchas y va en el tablero.
Además, "la citroneta no tiene tacómetro,
por lo que hay que saber escuchar el motor
para pasar los cambios", comenta Labbé.
Los frenos son de tambor.
"Arreglar los cuatro, con bomba de freno y balatas,
sale 80 mil pesos con mano de obra", cuenta Arturo Poblete.
Los señalizadores funcionan con un sistema de cuerda,
que prende la luz intermitente por 12 tiempos y luego se apaga.
Dependiendo del estado en que se encuentre,
una citroneta antigua puede costar hasta $3.500.000.
Pero también las encuentra a 300 lucas, paraditas.
La versión chilensis tenía la parte delantera de origen francés
y, de ahí para atrás, se le hizo una carrocería para ser
utilizada como auto familiar. Se podían meter maletas.
Era una trola sedán.
Cómo olvidar las citrolas en que hemos andado y saludado
ResponderEliminaren los años sesenta y setenta. En particular la de Coné Valdés
cuando estudiábamos en la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile. Y otra, una que le prestaron a un compadre mío
y en la bomba de bencina de Colón cerca de la casa en Vaticano de Cristián,
le echamos agua sin saber que se refrigeraba por aire. Es por ello que continuamos subiendo por Colón con la pobre Citro medio ahogada, con tiritones por este despiste.