|
Hay cosas que son simples, pero el tema de tener hijos es algo complicado estos días. Para muchos es un anhelo, mientras que para otros resulta ser un giro en 180º de sus vidas, que trae más dosis de ansiedad y estrés que de felicidad. Muchos tienen madera para el tema, y otros no. En mi caso, tener hijos no es una opción que tomaría de aquí hasta el fin de los tiempos. No es como si me encerrase en una burbuja para evitar toda instancia que lleve a caer en ese pozo. Siendo honesto, nunca me ha llamado la atención ser papá, y cuando digo eso en público, más de alguna ceja se levanta. Supongo que un comentario así no pasa desapercibido considerando que el modelo de vida hoy no pareciera dejar afuera a (al menos) una persona nueva en este planeta. Nunca me han gustado los niños. No es que los odie, y quiero dejar eso en claro, pero hay ungrado de separación que se lleva por “instinto”, a falta de una palabra mejor. Tampoco soy un ogro frente a ellos (sobre todo cuando se trata de gente cercana), ni soy apático cuando escucho a mis cercanos sobre cosas de padres, ya sea por primera vez o en su día a día. De hecho, me alegra saber que están cumpliendo o disfrutando esas etapas. Lo que es yo, preferiría invertir ese tiempo y esa fuerza en algo que pueda permitir darme la comodidad física y mental de hacer, y de que no me arrepentiría de no haber hecho a la hora de llegar al final. El tema también abarca algo moral y que es importante para mí, porque ignorar un rol paternal debe ser el acto más egoísta que puedo imaginar. Tantas familias destruidas por un montón de cosas que pueden evitarse, y al final del día solo resulta un tren que sigue descarrilándose por largo tiempo. Los comentarios típicos (y que a esta altura del partido conozco de memoria) cuando explico esta posición son, entre otras, “cuando seas padre tendrás otra perspectiva” y “uno propone y [su entidad preferida aquí] dispone”. La segunda resulta más cómica, ya que soy de los que piensan que el camino se elige y no es algo que cae por obra del matón del cielo u otra cosa. La primera es más inocente ya que asumen que el desvinculo por comenzar una familia se me va a acabar en unos pocos años y voy a tener ese “bicho paternal”, cuando resulta ser una decisión casi sellada para mi. Como dije al principio, hay cosas simples en la vida, y haber asumido que no se tiene madera niinterés para criar un hijo fue unas de ellas. Por suerte (o desgracia, depende de como quiera verse) no me quita el sueño el tema cada vez que sale, y resulta ser más natural mientras hablo de él. Al final del día, cada uno tiene sus mañas.
|
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario
COMENTE SIN RESTRICCIONES PERO ATÉNGASE A SUS CONSECUENCIAS