Domingo IV° Cuaresma / Juan 3, 14-21
¿Dios ama al mundo?
por P. Andrés Arteaga
Diario El Mercurio, domingo 18 de marzo de 2012
http://diario.elmercurio.com/2012/03/18/vida_social/mas/noticias/46179770-4329-4EE6-AF7E-AA4FD574E9AF.htm?id={46179770-4329-4EE6-AF7E-AA4FD574E9AF}
Desde hace una semana, en esta segunda etapa del tiempo de la
Cuaresma, nos acompaña en los domingos el Evangelio de San Juan. Tiene
la ventaja de aportar la 'pasión interior' de Jesús, además de
complementar las narraciones de los sinópticos. Su meditación es una
llamada a comprender de forma más interior y profunda, ponderando en
el corazón, al modo de la Santísima Virgen María, estos misterios de
Cristo que nos dan nueva vida, como afirma la liturgia.
El domingo pasado se nos invitaba a reflexionar sobre la purificación
del Templo, una 'obertura' en el inicio del ministerio público de
Jesús, que culminará en la cruz y en la resurrección. Hoy nos
concentramos en parte del diálogo de Jesús con Nicodemo, magistrado
judío, del grupo de los fariseos, que de noche va a conversar con el
Maestro. El camino de la Cuaresma no se dirige a otra parte sino a la
Pascua de Cristo. Pero siempre pasa por la cruz, 'por la cruz hacia la
luz'. El Hijo del hombre será necesariamente 'elevado' -recuerda el
evangelista-, en un doble sentido: subirá a dar la vida en el árbol de
la cruz y subirá al Cielo, desde donde ha venido para que tengamos una
nueva vida y podamos 'renacer de nuevo'. Se alude al episodio, narrado
en el libro de los Números, de la serpiente de bronce elevada por
Moisés, que habían de mirar los israelitas para ser perdonados de sus
pecados y sanar de las mordidas mortales de las serpientes en el
camino del desierto.
Jesús elevado en la cruz es la respuesta de Dios a todas las
inquietudes humanas: "Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Hijo
único para que todo el que cree en Él no muera, sino que tenga vida
eterna". Sí, Dios ama al mundo y no lo abandona, lo ha 'formado' desde
el amor y, a pesar de la 'deformación' del pecado, el envío del Hijo
amado lo quiere 'reformar' y 'transformar' en la esperanza. Si algo
hay que aprender en Cuaresma es que Jesús vino a salvar e iluminar.
Dios no le da nunca la espalda a la obra de sus manos. Y la cruz es un
signo permanente de esto.
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