859
por Antonio Martínez
Diario El Mercurio, Deportes, domingo 7 de agosto de 2011
http://diario.elmercurio.com/2011/08/07/deportes/columna/noticias/D56AA79F-7F25-434C-AF51-D8804F633423.htm?id={D56AA79F-7F25-434C-AF51-D8804F633423}
Este año y por la Copa Chile, se jugaron partidos que no fueron
consignados en parrafitos y de los que no existen imágenes. Ni gente,
ni ficha técnica ni recuerdos, para unos partidos que casi no
existieron.
El torneo de Clausura recién calienta motores y por la noche del
viernes, a Santa Laura, fueron 859 persona para Unión Española y
Palestino.
La gente va al estadio para las cosas importantes y decisivas, y la
traducción de lo anterior es simple: no va casi nunca. Además, el tipo
de campeonato comprime el espectáculo para las proximidades de los
playoffs y para los playoffs .
El resumen es que la gente va poco y nada y prefiere, no digamos sólo
este segundo semestre, estar atenta al fútbol español, y a Alexis
Sánchez en Barcelona, al Málaga de Manuel Pellegrini y hasta al
Athletic Bilbao de Marcelo Bielsa... Tienen más misterios y
espectáculo que los partidos chilenos.
Así están las cosas.
Entre Málaga y Getafe y La Serena e Iquique, no hay donde perderse.
Entre el Bilbao y Rayo Vallecano y Huachipato frente a Cobresal, no digamos.
Barcelona con Sánchez, contra el rival que sea, será más decisivo que
cualquier partido del campeonato nacional.
Aunque no haya violencia en los estadios, aunque se regalen las
entradas e incluso con el Metro a la puerta, la gente se resiste y esa
es la dura realidad.
Ya todo es más cómodo y para eso está internet y la TV. No hay que ir
al banco ni al estadio, para sacar plata o pagar cuentas o ver un
partido.
El fútbol se ha puesto más global que nunca y se compara sin querer y
también queriendo.
Las cadenas internacionales llenan la parrilla: Copa Libertadores,
Sudamericana, Mundial de Fútbol y mundiales sub 20, sub 17 y sub 15,
con respectivos torneos clasificatorios. Copa América y fútbol en las
Olimpíadas.
Ligas europeas que devoran y jibarizan a los campeonatos de otros
países, les chupan miel y savia. Los mejores argentinos, uruguayos,
mexicanos, chilenos o peruanos, ya se fueron. Parte de la crisis de
River Plate y del fútbol trasandino es por esto: no queda nadie y los
que están quieren irse. Y Chile, dentro de su escala exportadora, va
para el mismo lado. Todos sueñan con viajar, con razón y por la plata.
A la gran Arabia o a Rusia o Ucrania, a Portugal o Rumania, donde sea:
irse.
Aunque vayan al otro extremo del planeta y se pierdan en algún club de
la Cochinchina, no importa, acá, igual los vamos a ver.
Más veremos a los chilenos que están en el resto del mundo, que a los
que juegan a nuestro lado.
La globalización es como el mercado: cruel.
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