Licitación de cuotas: eficiencia y equidadpor Eduardo Bitrán

Opinión
Ex ministro de Obras Públicas (2006-08)
Académico de la Facultad de Ingeniería
de la Universidad Adolfo Ibañez
y asesor externo Lota Protein.
Diario El Mercurio, sábado 7 de mayo de 2011http://diario.elmercurio.com/2011/05/07/economia_y_negocios/economia_y_negocios/noticias/7BC6D5C6-99CB-4A5E-8CF7-7A4800E646F1.htm?id={7BC6D5C6-99CB-4A5E-8CF7-7A4800E646F1}
 
El sector pesquero chileno
ha sufrido la sobre explotación
de múltiples pesquerías
desde los años sesenta,
debido al sobre dimensionamiento
del esfuerzo de pesca
por parte de las empresas pesqueras
que han dominado la industria por décadas.
 
Hasta hace pocos años
los grupos económicos
que acumularon su capital
por la explotación
de recursos pesqueros
en el norte del país,
se oponían a generar
cuotas individuales transables de pesca,
ya que deseaban ingresar a la zona sur
para poder explotar el Jurel,
las merluzas y otras especies,
debido a que en el norte
ellos mismos habían
sobre explotado las pesquerías.
 
Esos mismos intereses
convencieron a todo el sistema político
para que derogara la ley de pesca
promulgada el año 1989,
que establecía
cuotas individuales transferibles,
con licitación parcial de éstas.
 
Lograron en 1991
una ley que satisfacía sus demandas,
les permitía ingresar a las zonas
en que había pesca abundante.
 
En pocos años se generó
una enorme sobre inversión
y sobre explotación
de valiosos recursos pesqueros,
con las consecuencias
de desempleo y pobreza.
 
El 2001 se renuevan
los derechos de pesca
sobre bases históricas.
 
La cercanía al vencimiento
de los derechos establecidos
en la ley del 2001
ha puesto en el debate nuevamente
la asignación de cuotas de pesca.
 
Los pesqueros establecidos
se oponen a que se asignen por licitación
las cuotas individuales de pesca,
argumentan al igual que en 1988, 1991 y el 2001
que esto afecta sus derechos históricos.
 
¿De qué derechos históricos se habla?
 
Tuvieron el privilegio
de extraer altas rentas del sector
y además destruirlas por sobre explotación,
cuando su capital estaba ya totalmente amortizado.
 
Más que un derecho,
tienen un pasivo histórico
con la sociedad chilena.
 
Si asignamos en forma indefinida
los derechos de pesca,
sin ningún desafío a los históricos,
entonces aflora el rentismo monopólico.
 
Se genera auto complacencia
y por ende insuficientes incentivos
a innovar para diferenciarse y crecer.
 
La transferibilidad de las cuotas de pesca
no es suficiente para promover
ni la eficiencia dinámica ni la equidad.
 
En el caso
de un mercado concentrado,
con asimetrías de información
y costos de transacción,
el sector tenderá a seguir concentrado,
con la entrada bloqueada
y con bajo incentivo a innovar.
 
Además se fortalece
su poder monopsónico,
esto afecta entre otros
a los pescadores artesanales
que en muchos casos
no tienen otras alternativas
a quién vender su captura.
 
La licitación permite fijar
a través del mercado
el justo precio y retribución
al resto de la sociedad chilena,
mejorando así la distribución del ingreso.
 
Ahora la tarea es diseñar
una licitación que permita
el ingreso de nuevos actores,
evite la concentración
e incentive mejores
estándares ambientales y sociales.
 
Opinión
Reglas para un sector pesquero eficiente
por Jorge Rodríguez Grossi
Ex ministro de Economía (2001-06)
Decano Economía y Negocios, Universidad Alberto Hurtadohttp://diario.elmercurio.com/2011/05/07/economia_y_negocios/economia_y_negocios/noticias/0438A980-F73F-403D-830B-32BEA2635582.htm?id={0438A980-F73F-403D-830B-32BEA2635582}
 
 
En 2012 se vence el plazo de vigencia
de las cuotas porcentuales de pesca.
 
Éstas debieran ser permanentes.
 
Revisarlas cada cierto tiempo
resta valor al emprendimiento.
 
No abogo por gratuidad
sino por maximizar las cadenas de valor.
 
¿Qué haría un forestal,
un minero o un hidroeléctrico
si cada 10 años se les dijera:
¡Ahora toca licitar sus derechos!
 
Plantarían árboles de maduración rápida,
florearían las minas y, a lo más,
habría centrales de pasada.
 
Se favorece licitar por plazos fijos
para fomentar innovación y competitividad.
 
Tratándose de actividades ya funcionando,
lo más probable es que cueste más
la inseguridad en la propiedad
que cualquier otra ventaja.
 
Se argumenta que con cuotas por 10 años
las inversiones se amortizarían.
 
Se desconoce
que muchos procesos productivos
requieren inversiones continuas.
 
Las cuotas que se extinguen
limitan al emprendedor
a invertir sólo al comienzo.
 
Pero se olvida que no sólo
hay que invertir en personas
y equipamientos para pescar
sino también para transformar
el insumo creando marcas,
redes internacionales
y mucho valor por encima de la pesca.
 
La precariedad de los derechos de pesca en Chile
convierte al sector en uno de alto riesgo político para invertir.
 
Los permisos otorgados desde principios del siglo XX
son cuestionados generándose un desarrollo insuficiente
que no maximiza el valor agregado potencial.
 
Es materia de jueces y juristas
determinar la solidez
de estos derechos y su cuantía.
 
Como economista constato
que bajo un esquema de licitaciones
de cuotas extinguibles
la solución puede ser cara para el país,
porque no se optimiza el valor agregado
y, para el Estado, porque puede
terminar pagando más que lo que recauda.
 
No se otorgan nuevas autorizaciones de pesca desde 1991.
 
Permitir nuevos entrantes
sin aumentos de la biomasa comprobados
sería cuestionable. ¿Es acaso injusto?
 
Igual pregunta cabría
analizando la colonización
de un territorio donde
se distribuyen tierras hasta coparlas.
 
Muchos alegarán después por no captar terrenos.
 
Eso lo corrigen luego los países
cobrando impuestos a las utilidades.
 
Así es hoy en la pesca industrial.
 
Que desde 1991
no se otorguen nuevos accesos
a la pesca me permite concluir
la falsedad de afirmaciones
sobre regalos de pesquerías
a partir de la ley del 2002
que promulgó el Presidente Lagos.
 
Además, esa ley subió
a más del doble
las patentes a los industriales,
llegando a 6% del valor
de las capturas en el 2009.
 
Esto constituye un royalty adicional
a los demás impuestos del sector.
 
Es falso hablar de rentas regaladas.
 
La ley extrae rentas específicas de la pesca industrial.
 
Los tributos siempre pueden ser más eficientes.
 
Su ventaja sobre una licitación
es evitar la judicialización que se produciría
al quitar cuotas a artesanales e industriales.
 
Diferente sería licitar nuevas pesquerías
o excedentes cuando crezca la biomasa.
 
Se puede concordar o no
con el cómo Chile y el resto del mundo
han dado acceso a la explotación
de ciertos recursos en etapas iniciales de precio cero.
 
Hoy en día esas autorizaciones valen dinero
y seguramente no será gratis para el Estado desconocerlas.
 
Corresponde dotar a la pesca
de las mismas reglas que el resto de la economía
para maximizar su valor agregado
y pedirle tributar según criterios de equidad y eficiencia.

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