Un cónclave inútil




No sirvió de nada el cónclave, como tampoco sirvieron las movidas tácticas de Bachelet para intentar salir del pozo de la desconfianza y el estancamiento de las ideas. Al decidir mal la oportunidad en que la Presidenta interviene, y al frustrar reiteradamente las expectativas que ella misma genera, porque anuncia decisiones que al final no ofrecen nada, Michelle Bachelet terminó por poner una lápida a su relevancia como actor político. La Moneda no articula, no lidera, no es capaz de establecer agenda.
Es imposible analizar lo ocurrido el fin de semana pasado sin cargar tintas. Porque ya es normal ver que La Moneda trata a la opinión pública como agregación de interdictos.
El público no recibe alimento sin tener una explicación sobre cómo está cocinado y cuáles son sus características nutritivas. No traga ideas por imposición del púlpito ni tampoco se engaña con artilugios y fuegos artificiales.
Esto debió ser internalizado por los avezados asesores de segundo piso. Debieron aprender del error de haber mantenido a laPresidenta en silencio, guarecida en Caburga, mientras todo el sistema político y social especulaba sobre los actos indebidos, tal vez corruptos de su hijo.
Dejaron crecer las expectativas respecto de lo que podía decir la Presidenta. Fueron irresponsables. Después eligieron dar una entrevista totalmente atrasada con TVN. Pero se le vio mal preparada, titubeante en temas obvios. Su intervención profundizó las dudas, fue poco creíble y regaló nuevo material para acrecentar las dudas.
Un tercer paso en los movimientos fallidos de los estrategas palaciegos fue la desacertada decisión de anunciar un magno cambio de gabinete en entrevista con Don Francisco, en horario prime. El anuncio resultó en un cambio escuálido, desprolijo y con un ministro del comité político que duró menos que un fósforo, después de ser acusado por conflictos de interés. Otra vez, el anuncio y la decisión no hicieron más que acentuar la caída en aprobación, cercanía y confianza.
El cuarto y quinto paso acaban de ser estrenados y ya están mostrando su fracaso. La Moneda se equivocó al realizar este cónclave “realista sin renuncias”. Volvió a generar expectativas para frustrarla rápidamente, porque insiste, tozudamente, en reformas constitucionales y laborales que destruyeron la inversión y el crecimiento.
El última fracaso se hará patente cuando descubra que, tras su intento por reponer las divisiones añejas por violaciones a los derechos humanos, vea que no se ha producido el repliegue de las fuerzas sociales que tradicionalmente ha apoyado al socialismo en Chile. Sucederá así porque lo que antes se creyó que era un clivaje social ha dejado de determinar las posiciones políticas de las personas.Nuevamente se están equivocando.
Así vamos cerrando las oportunidades que tuvo La Moneda para reiniciar el segundo tiempo. Después de estos cinco errores forzados de la Presidenta ya no queda espacio para seguir llamando a la refundación del gobierno. Se acabó el tiempo y la paciencia. A partir de hoy, Bachelet ha perdido la capacidad de convocar la atención de una masa ya defraudada por su mala gestión.

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José Miguel Izquierdo: Cientista Político y Periodista de la Universidad Gabriela Mistral. Director Main Comunicación. 

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