carta abierta

Existe una situación muy desgastante y agobiante que ha padecido Fernando Chacón y que se ha prolongado por años, desde que lo robaron su Van, estacionado frente a la casa de la polola de aquel entonces, residencia ubicada en el barrio San Carlos de Apoquindo.  Sin ese vehículo, la subsistencia de Fernando se ha hecho muy cuesta arriba.  Con una hija universitaria a su cargo, desplegándose en diversos trabajos, desde comerciales publicitarios, venta de vinos (cuyas comisiones le son canceladas tardíamente) y otros trabajos esporádicos con los que logra conseguir, aquí y allá, recurriendk incluso al arrendamiento de piezas del departamento en que vive, etc.

No obstante, encontrarse permanentemente con el agua al cuello, y haciendo malabarismos, mes a mes para pagar sus cuentas, Fernando se da tiempo para preocuparse por sus amigos y compañeros, como lo hizo con el fallecido Eugenio Pinochet, uno de los poquísimos compañeros (junto con Jorge Goldenberg) que lo visitaban y llamaban regularmente.

Lo mismo ha hecho con otros compañeros y amigos, como Juan Eduardo Valdés, cuando le ocurrió el accidente, y la posterior operación que le dejó un brazo inutilizado por un tiempo.  Allí estuvo Fernando, ayudando a Juan Eduardo en labores domésticas (le planchaba hasta las camisas a su amigo).

Otro tanto ha hecho conmigo, cocinando, diligencias varias y sacándome a 'ventilarme un poco' para que no esté demasiado enclaustrado en mi departamento.

Entiendo que estos no son los únicos casos con compañeros del Saint George.  Padeciendo estrecheces económicas permanentes, ha tenido la grandeza de conservar la amistad con un compañero, que le adeudaba una cantidad significativa de dinero (que le vendría muy bien en estos momentos) y que no está en condiciones de devolver lo adeudado.

Es muy posible que compañeros del Grange puedan dar testimonio de otros gestos admirables de Fernando.

¿Habrá una forma de que compañeros de ambos colegios: el Grange y el Saint George's pudieran inventar un sistema de leasing u otra forma de apoyarlo para que Fernando pueda contar nuevamente con un vehículo y/o un contrato como chofer en una empresa que le permita finalmente estabilizarse económicamente, a fin de ayudar a su hija universitaria y lograr desarrollar una vida normal sin tanta angustia, como la que ha soportado, on daily basis, por dos o tres años?

Todo el mundo conoce la labia de Fernando Chacón, un caudal que ni él mismo puede contener. A veces, sus amigos más cercanos que lo conocen, pueden cansarse de este río continuo de palabras. Sin embargo, en el área que Fernando se desenvolvía, el turismo, con su buena disposición y afabilidad, los años que estuvo viviendo en Estados Unidos, hacen de nuestro amigo una persona dotada de un fluido manejo del inglés coloquial, como se habla en países anglosajones, lo que debería ser un plus en un país como Chile, en donde no hay tantos, en el ámbito turístico, al menos, que puedan establecer una conversación suelta y entretenida con extranjeros, con visión de mundo, no tan provinciana; alguien que no sólo maneja el vehículo que los transporta, sino que les brinda un sinnúmero de datos útiles y les provee de una conversación interesante a turistas de los más variados intereses y orígenes.

Oraremos para que los ilumine y conmueva el corazón de nuestros amigos y compañeros. La unión hace la fuerza.
Con la ayuda del Señor, que todo lo puede, habrá luz al final del largo túnel para Fernando.

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