Acerca del debate sobre el aborto



Señor Director:

Deseo hacer un aporte, a título informativo, al debate acerca de un proyecto de ley de "despenalización" del aborto, que es muy similar a lo que pudiera llamarse su "legalización".

Mi aporte no es la expresión de una opinión personal, sino que contiene la invariable posición de la Iglesia, explícita ya desde el siglo II. No habiendo espacio para hacer un recorrido histórico, me limito a consignar tres pronunciamientos recientes del más alto nivel de autoridad de la Iglesia Católica.

El Concilio Vaticano II calificó el aborto como un "crimen nefando", palabra que es equivalente, según la RAE, a indigno, torpe, algo de lo que no se puede hablar sin repugnancia u horror.

El Papa Francisco, ante los parlamentarios europeos (el 25 de noviembre de 2014), citó como ejemplo de descarte del ser humano el caso "de los niños asesinados antes de nacer".

La Iglesia, en su deseo de tutelar el primordial derecho a la vida, ha establecido en el canon 1398 del Código de Derecho Canónico, la pena de excomunión automática contra todos los que participan, en cualquier forma, en la realización de un aborto.

Es muy doloroso para los cristianos, laicos y pastores, comprobar que se hacen esfuerzos para facilitar lo que es un atentado a los derechos inalienables de la persona humana y un atropello flagrante a la ley de Dios. Según Santo Tomás de Aquino, una ley injusta no es ley. ¿Qué mayor injusticia que la de disponer de la vida de un ser humano inocente e inerme? 

En mi larga vida de sacerdote he podido contribuir a evitar varios abortos. Esas criaturas, hoy personas adultas, son el consuelo y apoyo de sus madres. ¡Qué importante es prestar todo tipo de apoyo, personal y social, a las mujeres que enfrenten una gravidez no deseada!

Cardenal Jorge Medina Estévez

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