Señor Director:
En las minutas del Sernam-Minsal sobre la legislación del aborto, se afirma que "en la revisión sistemática del tema, aquellas mujeres que interrumpen un embarazo (con diagnóstico de enfermedad fetal congénita grave o letal) tienen mejor pronóstico emocional que aquellas que no lo interrumpen".
Al respecto, es necesario aclarar que ningún estudio ha demostrado a la fecha un beneficio del aborto para la salud mental en ningún grupo de mujeres investigado.
Las últimas tres revisiones sistemáticas publicadas por Coleman en 2011, por Fergusson et al. y por Bellieni et al. en 2013, concluyen unívocamente que respecto de continuar el embarazo, el aborto inducido incrementa el riesgo de patología mental subsecuente, incluyendo depresión, abuso de sustancias e ideación o conducta suicida, entre otras.
Los tres estudios que han evaluado aborto y suicidio subsecuente dentro de los primeros 12 meses concluyen que la interrupción del embarazo incrementa dos a tres veces el riesgo de suicidio. Comparado con un embarazo a término o con una pérdida espontánea, el aborto inducido se asocia a mayor riesgo de secuelas psicológicas. En adolescentes y mujeres violadas, el aborto provoca mayores secuelas para la salud mental, comparado con la continuación del embarazo.
Una fuerte carga ideológica y la escasez de información científica rigurosa marcan el paso de estas minutas. La gravedad del tema para el futuro de nuestra nación requiere elevar la calidad del debate, sin coartar la evidencia científica sobre el tema.
Elard Koch
Director de Investigación
Melisa Institute
En las minutas del Sernam-Minsal sobre la legislación del aborto, se afirma que "en la revisión sistemática del tema, aquellas mujeres que interrumpen un embarazo (con diagnóstico de enfermedad fetal congénita grave o letal) tienen mejor pronóstico emocional que aquellas que no lo interrumpen".
Al respecto, es necesario aclarar que ningún estudio ha demostrado a la fecha un beneficio del aborto para la salud mental en ningún grupo de mujeres investigado.
Las últimas tres revisiones sistemáticas publicadas por Coleman en 2011, por Fergusson et al. y por Bellieni et al. en 2013, concluyen unívocamente que respecto de continuar el embarazo, el aborto inducido incrementa el riesgo de patología mental subsecuente, incluyendo depresión, abuso de sustancias e ideación o conducta suicida, entre otras.
Los tres estudios que han evaluado aborto y suicidio subsecuente dentro de los primeros 12 meses concluyen que la interrupción del embarazo incrementa dos a tres veces el riesgo de suicidio. Comparado con un embarazo a término o con una pérdida espontánea, el aborto inducido se asocia a mayor riesgo de secuelas psicológicas. En adolescentes y mujeres violadas, el aborto provoca mayores secuelas para la salud mental, comparado con la continuación del embarazo.
Una fuerte carga ideológica y la escasez de información científica rigurosa marcan el paso de estas minutas. La gravedad del tema para el futuro de nuestra nación requiere elevar la calidad del debate, sin coartar la evidencia científica sobre el tema.
Elard Koch
Director de Investigación
Melisa Institute
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