¿Una reforma laboral ahora?

Reforma Laboral: el foco pareciera no estar puesto en la empleabilidad y productividad que requiere el país para que toda la familia-empresa surja, sino en empoderar artificialmente la sindicalización, acto que debe ser una decisión libre y soberana del trabajador...‏


Señor Director:

El desempleo en Chile se ubicó en 6,4% en el trimestre agosto-octubre de 2014, un considerable aumento desde el 5,8% exhibido en idéntico período del año pasado. Por otro lado, la OCDE proyectó que Chile crecerá 1,9% este año y 3,2% en 2015. Tan solo seis meses atrás, sus pronósticos apuntaban a un crecimiento de 3,6% y 4,2%, respectivamente.

Junto a ello, las reformas que legítimamente lleva adelante la actual administración, lamentablemente han golpeado las expectativas, configurando un escenario con más dudas que certezas. En este teatro de operaciones, la anunciada reforma laboral, cuyo proyecto de ley será enviado el próximo 29 de diciembre, llega en un momento en que la economía navega por aguas no muy tranquilas.

Como empresarios, no nos oponemos a los cambios, siempre y cuando apunten a generar beneficios, bienestar y desarrollo para todos. En Chile, hace años que la forma de hacer negocios cambió y, en ese camino, el trabajador es un actor principal para las empresas, y su aporte es clave en el éxito propio y de la compañía empleadora, ya sea pyme o grande.

Sin duda, hay aspectos que se pueden perfeccionar en materia de legislación laboral. El tema se puede abordar con decisión, siempre pensando en el bien superior del país. Muchos sindicatos son un factor de éxito en sus empresas, pero de ahí a establecer incentivos forzados a la sindicalización, no es un camino deseable.

Creemos que el beneficio será menor para los trabajadores y para quienes están buscando empleo, principalmente mujeres y jóvenes. Tenemos que fortalecer la capacitación. Esto mejorará la productividad, permitirá tener mayores remuneraciones y una mejor calidad de vida. Si queremos que la reforma laboral vaya en ese sentido, estos son los temas que debiéramos considerar.

La movilidad laboral tampoco debe demonizarse. Hoy, muchos jóvenes la prefieren. El anacronismo y la ideología nos pueden llevar a conclusiones erradas. Estimamos que en la libertad de elección, los trabajadores que deciden no sindicalizarse pueden optar a los mismos beneficios que los trabajadores sindicalizados.

También extrañamos que esta reforma no mencione cómo enfrentar las huelgas violentas y los paros ilegales que obstruyen el normal desenvolvimiento de las actividades empresariales. En Atacama sabemos de esto.

Seamos claros, acá no hay una campaña del terror contra esta u otras reformas. Solo advertimos que el foco pareciera no estar puesto en la empleabilidad y productividad que requiere el país para que toda la familia-empresa surja, sino en empoderar artificialmente la sindicalización, acto que debe ser una decisión libre y soberana del trabajador.

Confiamos en que en la reunión que sostendrán hoy los líderes de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC) con el Ministerio de Hacienda se tome en consideración la opinión empresarial y sea incluida en el texto final que llegará al Congreso.

Daniel Llorente Viñales
Presidente
Corporación para el Desarrollo de Atacama

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