Profundizar la democracia (¿torpedeándola?), mejorar sustancialmente nuestra política (¿perpetuándose las malas prácticas de los que están en el poder?)‏

Columnistas
Diario El Mercurio, Jueves 11 de septiembre de 2014

Reforma estructural a los partidos y la política

"La democracia de masas es poco crítica, no exige mucho. Por lo mismo, ¿qué le parece una reforma estructural de los partidos y la política para mejorar la democracia, antes que una constitucional?..."

 
Góngora


Se ha reiterado de diferentes formas el eslogan "profundizar la democracia". Y el programa de gobierno convoca a mejorar "sustancialmente nuestra política". Pero todo focalizado en reformar el sistema binominal y ampliando la representatividad electoral en las cámaras.

Una democracia sana exige disponer de partidos políticos que sean confiables para la ciudadanía. Pero han resultado por enésima vez los entes peor evaluados, con un 6% (encuesta CEP), y nuestro Congreso Nacional, con un magro 12%. ¿Los mejor evaluados?: Carabineros (56%) y las Fuerzas Armadas (51%).

Esto vale para la actividad partidaria en general, sin distinción. Pero la Nueva Mayoría no quiere creerlo. Se refugia en la votación que le permite mayor representación en ambas cámaras. En verdad, de no haberse "colgado" de la única posibilidad exitosa, el panorama actual sería distinto, de manera que tal afirmación no se condice con la encuesta. El sondaje señala que el 54% votó por la Presidenta confiando en ella "como persona", mientras que apenas el 11% sostiene que fue por la Nueva Mayoría. El voto caudillista no es bueno para la democracia.

Peor. La gente desestima la política, tal como está. ¿El debate partidista? Son "peleas y conflictos", nada útil. Vea usted, la gente prefiere acuerdos entre las coaliciones, mientras que diputados y senadores quieren terminar con la democracia de los acuerdos. Clara discordancia.

Preocupa que los jóvenes sean los más críticos. No siguen el tema en los medios y no trabajarían nunca por un partido. En resumidas cuentas, valoran el sistema democrático, pero rechazan los partidos. ¿Se da cuenta que profundizar la democracia y mejorar nuestra política pasa primero por elevar la discusión, las convicciones partidistas y el modo de hacer política?

Quienes se interesan por los asuntos públicos conocen qué políticos están a la altura de las circunstancias. Sin embargo, de indagar las razones de la reprobación general, el resultado debiera inquietarnos. Los lectores habrán escuchado acusaciones tales como que hay políticos que viven de la política, que la ejercen por afanes egoístas, al servicio de intereses, del poder por el poder, como fuente duradera de ingreso familiar o personal, tal cual circuló en las redes sociales no hace mucho, cuando se dio a conocer una lista de congresistas mayormente de gobierno -creo recordar-, con parientes (esposa, hijos, etc.) que en marzo asumieron cargos en la administración pública.

Ocurrió en los momentos en que jóvenes diputados proponían rebajar los sueldos de los parlamentarios por considerarlos excesivos: 40 veces más altos que el sueldo mínimo (8 millones y medio versus algo más de 200 mil), reclamando que esa remuneración incluso estaba regulada constitucionalmente (art. 62). El senador Girardi habla de grave desigualdad en Chile, sin tener en mente su caso. ¡Cómo cree que cae el punto!

Mientras la política sea considerada por el pueblo una actividad degradada, la democracia no será mejor. Con o sin binominal. La política puede asumirse con profesionalismo, no por la rentabilidad, como vulgarmente se piensa, sino por ser una actividad noble, inspirada en el deber de servir. La inteligencia política exige estudio, especialización, ética de la responsabilidad, manejar información solvente, mesura, disciplina, humildad. Debe persuadir con razones fundadas en valores o principios, con discursos de nivel. Esa política no se desarrolla en la pelea cotidiana, con retórica simplista y consignas, captando segundos de TV, siendo sectario o fanático, escuchando solo a la calle para no arriesgar la próxima elección.

Desgraciadamente, a su vez, la democracia de masas es poco crítica, no exige mucho. Por lo mismo, ¿qué le parece una reforma estructural de los partidos y la política para mejorar la democracia, antes que una constitucional?

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