De qué trata aquel inmenso desorden funcional...‏



JUAN MANUEL VIAL, DIARIO LA TERCERA, SÁBADO 31 DE MAYO DE 2014HTTP://VOCES.LATERCERA.COM/2014/05/31/JUAN-MANUEL-VIAL/UN-CHILENO-EN-LOS-HIMALAYA/Miguelserram.jpg

Un chileno en los Himalaya


En 1998, asistí en Washington al lanzamiento de un libro fascinante, Father India, el que relataba cómo uno o más viajes a la India habían hecho cambiar, mental y espiritualmente, a ciertos personajes occidentales de primera importancia, desde Martin Luther King hasta Carl Gustav Jung. Tras la presentación que hizo el propio autor, el académico Jeffery Paine, me puse en la fila para recibir un ejemplar autografiado. Al llegar mi turno, Paine me consultó de dónde era. Le respondí y su rostro se iluminó: ¿qué es de Miguel Serrano?, preguntó sorprendido. Casualmente yo conocía a Serrano (Paine lo había leído con detención) y le informé que el escritor estaba bien, y así, por coincidencia, nació una amistad entre nosotros. Tiempo después, Paine me comentó que lamentaba no haber incluido en su libro la experiencia de Serrano en la India, pues la consideraba originalísima y sumamente profunda.
El año pasado, se cumplieron 50 años de la publicación de La serpiente del paraíso, la obra en que Serrano narra su viaje místico por el subcontinente indio. El volumen se reeditó en diciembre de 2013 y no ha perdido la fuerza, el atractivo ni el carácter con el correr de los años.Serrano -que era sobrino de Vicente Huidobro- fue por varios años embajador de nuestro país en la India, pero en este libro ese hecho no tiene trascendencia, pues, a fin de cuentas, se trata de un peregrinaje íntimo, esotérico y en última instancia iluminador.
En pocas palabras, el asunto es así: el autor pertenecía a una misteriosa cofradía (“Un año pasé a la espera de ser aceptado”; “La Orden era secreta y se decía provenir de la lejana India; más bien del Tíbet), cuyo Maestro, también con mayúscula, le explicó en cierta ocasión que sus Guías habitaban en una caverna al interior del monte Kailás, ubicado en la frontera del Tíbet con la India.  Inquieto, en parte atormentado, y en buena medida entregado a la aventura, Serrano emprende el viaje con la idea de encontrar a los enigmáticos monjes del Kailás.
El resultado de la experiencia es un llamativo periplo, de norte a sur y de sur a norte, por aquel universo de otro mundo que es la patria de Shiva, Kali, Ganesh y Vishnú. A diferencia de cientos de occidentales que llegaron a la India con preconcepciones alucinadas, y que por eso mismo fallaron en sus intentonas de digerir aquel peculiar y vastísimo país, el escritor chileno demuestra una lucidez encomiable a la hora de referirse a los habitantes, a los personajes y a los diferentes paisajes por los que transita. Bien supo él que los ingleses, que dominaron por siglos a la India, jamás comprendieron de qué se trataba aquel inmenso desorden funcional. Y así lo expresó también Nirad Chaudhuri, el grandísimo intelectual bengalí del siglo pasado: “El único inglés que realmente entendió a la India fue Kipling”.
Totalmente liberado de alusiones al nazismo -como se sabe, Serrano fue cultor y propagador del hitlerismo esotérico-,este viaje constituye un documento único: narrado en pequeños episodios en los que se intercalan experiencias vívidas y exóticas con divagaciones místicas para iniciados, La serpiente del paraíso es una de las pocas versiones de la India que, habiendo sido escrita en el siglo pasado por un occidental, no peca de condescendencia cultural ni de ese inaceptable arribismo misticoide tan propio de los farsantes sin alma.

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