Agua en el desierto: El clavel del aire, la camanchaca, el rocío matinal y los drones‏



Proyecto alemán-chileno:
Buscan agua en el desierto del Norte Grande con la ayuda de drones

Investigadores de las universidades de Heidelberg y Católica rastrean, al sur de Iquique, una planta que se nutre de la camanchaca costera: la tillandsia.  

por Richard García 
Diario El Mercurio, lunes 5 de mayo de 2014


Como largas guirnaldas crecen los claveles del aire o tillandsias en los áridos cerros de la cordillera de la costa al sur de Iquique.

Las raíces de estas plantas no tienen capacidad de absorción, por lo que subsisten gracias al agua que captan a través de sus hojas y que le aporta la niebla conocida como camanchaca.

De ahí que los investigadores del Instituto de Geografía de la Universidad Católica, encabezados por Pilar Cereceda, han intentado determinar las áreas de mayor concentración de la tillandsia ( Tillandsia lambeckii ) ya que ahí se podrían instalar atrapanieblas, estructuras que por más de una década permiten capturar agua de la niebla costera.

Sin embargo, el rastreo no ha sido sencillo, las tillandsias se concentran en zonas donde no hay caminos y solo se llega en camionetas 4x4 o a pie, a veces con temperaturas superiores a los 40 grados en pleno verano, explica Cereceda,
Incluso el monitoreo satelital que emprendieron tras obtener un proyecto Fondecyt no resultó muy fructífero, ya que la resolución no era suficiente para estudiar la planta.

Todo mejoró cuando Alexander Siegmund, del grupo de observación terrestre del departamento de geografía de la Universidad de Heidelberg, les propuso utilizar una especie de dron, que ya había empleado en Europa, para sobrevolar el área.

El investigador visitaba Chile en el marco de un encuentro organizado por el Heidelberg Center Latinoamérica.

La idea se convirtió en un proyecto conjunto entre ambas universidades.
"Es una vegetación muy densa que forma líneas de entre 20 y 40 centímetros, por lo que no se pueden observar con precisión en las imágenes satelitales, que no bajan de los cuatro metros, en cambio el dron capta con una resolución de hasta 10 por 10 centímetros", explica Siegmund, quien lidera el proyecto.
El dron, bautizado como SUSI (por las siglas en inglés de Super Instrumento Especial No Tripulado) es una plataforma radiocontrolada que vuela apoyada por un parapente y sobre la que se pueden cargar hasta ocho kilos, incluyendo cámaras digitales, instrumentos para medir la temperatura y dos GPS. Tiene una autonomía de hasta una hora y media.

"En ese tiempo es capaz de captar entre 100 y 200 hectáreas a una resolución de hasta 10 centímetros por 10 centímetros, lo que es una capacidad de barrido enorme y sin necesidad de pisar nada", destaca la geógrafa de la Universidad Católica.

Ahora deben modelar los datos obtenidos a partir de las cinco mil imágenes que consiguieron. "Queremos saber cuán densas son, su distribución y hasta qué altitud sobre el nivel del mar se pueden encontrar", detalla Siegmund.
Con esta información podrán saber la trayectoria y la altura máxima a la que llega la camanchaca, lo que les puede ayudar a determinar dónde instalar atrapanieblas.

En Ingeniería de la Universidad Católica trabajan en el diseño de una nueva generación de estos aparatos, que hasta ahora se han desarrollado en forma artesanal. Hoy el objetivo, dice Cereceda, es dar un paso adelante y pensar en grande.

La tillandsia también sirve como modelo para conocer las plantas del desierto. "Es muy interesante conocer las condiciones ecológicas en que crece este tipo de plantas", destaca Siegmund. Para el geógrafo, no solo hay que poner atención a la camanchaca, sino también al rocío matinal, que sería otra de las fuentes de agua potable para esta singular vegetación.

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