Incendio en Valparaíso


15/04/2014  Diario La Tercera
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Señor director:

La tragedia asociada al incendio que sufrió Valparaíso este fin de semana nos obliga a reflexionar sobre sus causas y por qué el control ha sido tan difícil. 

El accionar del viento, depósitos ilegales de basura, un invierno previo muy seco, sumado a la dificultad de penetrar las quebradas, son factores importantes. Sin embargo, un aspecto poco mencionado es la composición de la vegetación natural de las colinas de Valparaíso, que es el típico matorral chileno, si bien inflamable, no tanto como especies exóticas (eucaliptos, pino y acacia) que han sido sembradas en la zona. El Eucalyptus globulus es considerado una de las plantas  más pirofíticas del mundo. Las hojas contienen compuestos volátiles que localmente producen incendios explosivos. Una vez encendida, la corteza se desprende, produciendo focos adicionales. Los pinos tienen un alto contenido de resina en las hojas. La Acacia delata, que es común en Chile central, está incluida en la lista de plantas más inflamables de Tasmania, de donde es nativa.

Similares tragedias se han vivido en California (Estados Unidos), donde también se encuentra mucho eucalipto, pino y acacia. Por ejemplo, un incendio en la vecindad de Oakland en 1991 destruyó más de 3.000 casas, con 25 vidas perdidas.  Hoy está en marcha un programa para remover eucaliptos, pinos y acacias de 1.000 hectáreas, con la idea de reemplazar dichas especies por especies nativas. El costo del programa es de US$ 5,6 millones, monto que evidentemente es mínimo comparado con los US$ 1,5 billones (1,5 mil millones) de daño físico causado por el incendio, sin hablar del incalculable impacto emocional. 

Hay que sacar lecciones.

Mary T. Kalin Arroyo

Premio nacional de Ciencias 2010 y directora del Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB) Universidad de Chile

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