Contradicción que no es tal...‏


Diario El Mercurio, Martes 15 de abril de 2014

"La derecha y los impuestos"


Señor Director:

En su última columna, Carlos Peña intenta marcar una contradicción en la argumentación económica atribuible a la derecha, cuando ella afirma que es posible anticipar las negativas consecuencias futuras de algunas políticas (impuestos), las que terminarían perjudicando a quienes pretende beneficiar. Si es así, dice Peña, la misma derecha no podría asegurar, simultáneamente, que la planificación centralizada de los asuntos humanos fracasa, aduciendo, por el contrario, que el futuro no se puede predecir.

Hay muchas políticas que terminan perjudicando a quienes se quiere beneficiar -olvidémonos por un instante de los impuestos-, y la historia de los países que las han intentado así lo ilustran: la fijación de precios para hacer más accesible los bienes a los sectores más pobres, termina con mercados negros, colas y desabastecimiento, perjudicando a estos; las leyes de inamovilidad laboral para asegurar el empleo desincentivan la contratación y terminan perjudicándolo; controlar la fuga de divisas solo promueve que estas se fuguen con más rapidez; combatir la droga prohibiéndola, aumenta la criminalidad, baja la calidad de la droga, haciéndola más peligrosa, y no mejora la situación de los potenciales drogadictos, a quienes busca beneficiar, entre otros muchos ejemplos.

Pero anticipar que la fijación de un precio fuera de su equilibrio perjudicará a quienes buscaba beneficiar, debido a disposiciones conductuales humanas generales, bien conocidas, documentadas y en consonancia con la evidencia empírica, no significa saber anticipadamente cuál es exactamente ese precio de equilibrio. De hecho, no lo sabemos, ni podemos predecirlo. Chile lleva años tratando de anticipar con precisión el precio del cobre, sin éxito. Por eso que planificar centralmente las actividades humanas, que implica intentar hacer esa predicción, y una infinidad de otras adicionales, permanentemente, y ante situaciones esencialmente cambiantes, resulta imposible. De ahí que la contradicción que quiso resaltar Peña no es tal. Este es un punto fundamental del debate ideológico que comienza a gestarse en nuestro país.

Álvaro Fischer Abeliuk

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