Diario El Mercurio, Vida Actual, sábado 1 de marzo de 2014
Cada año se generan seis millones de toneladas de basura en nuestro país. De estas, la mitad son reciclables; sin embargo, solo un diez por ciento es procesado para luego ser reutilizado. La mayoría de ese porcentaje queda en manos de los recicladores de base, personas que poco a poco han hecho de los residuos un oficio. Nicole Pulgar.
Hoy, 1 de marzo, es el Día Mundial del Reciclador, instancia en la que se conmemora la muerte de 11 recicladores en Colombia, en 1992. Veintidós años después, sus compañeros recicladores los recuerdan y siguen trabajando por conseguir mejores condiciones laborales y sociales. Conocidos popularmente como cartoneros o recolectores, en Chile 60 mil personas viven de esta práctica, y son ellos quienes aportan con el 66% del reciclaje total del país. Porcentaje no menor, si consideramos que cada año producimos seis millones de toneladas de basura y que, de ese total, seis mil toneladas pertenecen solo a la Región Metropolitana.
Un rol fundamental
Exequiel Estay, presidente del Movimiento Nacional de Recicladores de Chile, cuenta que según un catastro realizado entre 2009 y 2010, el 60% de los recolectores nacionales son mujeres, realidad que también se repite en los demás países de Latinoamérica, exceptuando Brasil, donde el gremio lo componen mitad hombres y mitad mujeres.
Estay comenzó a recolectar en 1992, en La Serena, pero hoy solo se dedica a dirigir y representar al colectivo. "Hay que hacer varios cambios, partiendo por hablar de nosotros como 'recicladores de base', porque eso nos otorga un carácter más similar a profesionales del reciclaje", plantea, y agrega que sin la participación del reciclador de base, el sistema de reciclaje colapsaría.
Solo en Santiago son cerca de 8 mil recicladores, y de ellos un escaso 10% está organizado o trabajando con proyectos en pos de su participación en el proceso del reciclaje. Esta situación también se repite en el resto del mundo, donde apenas un 8 a 12% cuenta con una estructura mayormente consolidada.
"Nosotros no queremos que nos reconozcan solo por una credencial o un uniforme, sino que más bien haya un reconocimiento relacionado con la dignidad del trabajo del reciclador. Ya superamos la barrera de la exclusión social y la del trabajo individual, pero aún nos queda entrar en la comunidad para hacer notar el aporte social que brinda el reciclador en la comuna", comenta Estay.
Reciclaje inclusivo
¿Pero cuáles son las magnitudes de los desechos en nuestro país?
Actualmente, cada persona produce entre 0,7 y un kilo de basura por día, y su reciclaje no supera el 10% del total. Por esto, los mismos recicladores se han unido en pos de cuatro puntos fundamentales: que el reciclador sea visto como un profesional prestador de servicio público ambiental; aumentar y mejorar los sistemas de recolección diferenciada y los centros de reciclaje comunales; fomentar el trabajo asociativo entre cooperativas y empresas; e incidir en las políticas públicas (trabajo multisectorial colaborativo).
En cuanto a los desafíos en materia de reciclaje, se está discutiendo la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor (REP). Esta obliga a las empresas a hacerse cargo de los residuos y desechos generados en sus dependencias, e involucra directamente a los recicladores en su rol de gestores de residuos.
El Fondo Multilateral de Inversiones (Fomin) también es un actor fundamental de esta propuesta, ya que en conjunto con la División de Agua y Saneamiento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la Fundación Avina y The Coca-Cola Company, apuestan por la incorporación de los recicladores en la cadena formal de reciclaje. Carolina Carrasco, especialista del Fomin, cuenta que la REP es una oportunidad de "visibilizar y formalizar la actividad desarrollada por los recicladores de base".
Para potenciar la labor de estos trabajadores, Fundación Casa de la Paz (CDP), organización que trabaja por el desarrollo sostenible, está participando en el proyecto Reciclaje Inclusivo Comunal (RIC), cuyo propósito es mejorar las condiciones laborales de los recicladores, así como también aumentar el promedio anual de ingresos y velar por el funcionamiento de los centros de acopio.
Según Mayling Yuen, directora del Área Programática de Reciclaje Inclusivo y Gestión Ambiental Participativa de CDP, el RIC "busca generar un modelo comunal de reciclaje inclusivo, que incorpore dentro de la gestión a los recicladores de base. La idea es que cada municipio cuente con un centro de valorización, para que desde allí se desarrolle un negocio y se incremente el reciclaje". Por el momento, se está trabajando con 400 recicladores de cuatro comunas de la Región Metropolitana: Peñalolén, Quinta Normal, Recoleta y Santiago.
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