Eton, Verbo Divino y St. George


"El éxito profesional supone muchas razones; las redes son una de ellas, pero el talento, la perseverancia, la educación y la suerte también influyen. nadie que sea flojo, idiota y maleducado, pero con redes, tiene éxito ni en la actividad privada ni en el servicio público..."

Rivalidades entre colegios han existido siempre. La élite inglesa se educa en Eton. Churchill, sin embargo, fue a Harrow. Cuenta la leyenda que, a la salida del baño, Churchill venía con un ex alumno de Eton, quien le representa que en Eton les enseñan a lavarse las manos después de hacer pipí. Churchill, con total calma, le responde: "A nosotros en Harrow nos enseñan a no hacernos pipí en las manos". 

Los georgians siempre nos preguntamos cómo era posible que los conejos del Verbo, que para el deporte eran discretos, para las mujeres más bien nerds y de una inteligencia normal, tuvieran buenos resultados deportivos, salieran con mujeres geniales, llegaran a gerentes, ministros e incluso a presidente. Un distinguido ex alumno del Verbo nos ha iluminado, diciendo que en realidad son idiotas con buenas redes. Cuando iba a empezar con la chanza a mis amigos del Verbo, uno más rápido que el promedio salió a defender al ministro y me dijo: "Entendiste mal", lo que quiso decir el ministro es que los conejos somos tan bacanes que los idiotas son gerentes, los normales son ministros y el más inteligente, Presidente. 

¿Pero será verdad que, gracias a las redes, incluso los idiotas llegan a gerentes? No había muchos idiotas en mi colegio y la buena educación corrigió lo que natura no dio, pero si egresó alguno, dudo que hoy sea gerente de una gran empresa o un servidor público destacado.

Las empresas que dirigen idiotas no duran un minuto en mercados competitivos y abiertos. El Estado y sus empresas monopólicas sí tienen más resistencia a la idiotez. Por eso, es con más mercado y menos Estado, más libertad y menos dirigismo, más competencia y menos burocracia que se logran sociedades más prósperas e inclusivas. 

El éxito profesional supone muchas razones; las redes son una de ellas, pero el talento, la perseverancia, la educación y la suerte también influyen. Nadie que sea flojo, idiota y maleducado, pero con redes, tiene éxito ni en la actividad privada ni en el servicio público. La aseveración del ex ministro tiene que ver con darle justificación a un manoseado concepto, como es el de la supuesta "segregación". Chile conoce a mucha gente que, gracias a su inteligencia y buena educación, llegó a las más altas cumbres de la vida nacional, a pesar de no contar con redes (Pedro Aguirre Cerda, Juan Antonio Ríos, Juvenal Hernández, etc.). Por otra parte, inmigrantes sin redes ni patrimonio original conforman hoy parte importante de la élite intelectual y empresarial chilena. Las economías libres logran algo que las economías dirigidas por el Estado jamás harán: fortalecer la meritocracia y la movilidad social. 

En general, la segregación no la produce el mercado ni la libertad, sino que el Estado. Si el ABC1 se concentra en 3 comunas de Santiago, es en gran medida por el impuesto territorial que grava las propiedades y que virtualmente expulsa de sus casas a los menos pudientes. La mala calidad de la educación pública, capturada por los gremios del magisterio, hace que niños inteligentes y que con buena educación podrían surgir, se queden en el camino. Las antiguas universidades públicas educaban a unos pocos y segregaban a muchos, evitando que millones de alumnos pudieran acceder a la universidad como lo hacen hoy en día. 

El peligro de estas ideas falsas es que terminan por imponerse como verdades, cuando en realidad no pasan de ser hipótesis políticas que sirven a agendas ideológicas que nada tienen que ver con los problemas reales. Pero claro, es más fácil en el mundo socialista alegar contra los ricos y culpar a la segregación que afrontar el problema real, que es la baja calidad de la educación pública, cuyo mejoramiento se puede cuantificar, y enfrentarse al gremio de los profesores, cuyos votos se pueden perder. La pregunta honesta y que el ex ministro no se hace es: ¿En Chile, la gente inteligente, bien educada y esforzada no tiene oportunidades de progreso porque no tiene redes? Eso debiera preocuparnos si fuera cierto, porque estaríamos perdiendo un valioso capital humano.

Gerardo Varela Alfonso 

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