Integración económica de Chile al mundo: Logros y retos


"Nuestro país deberá continuar la política de Estado, adoptada por sucesivos gobiernos, en procura de una plena, amplia y profunda integración al mundo. Hay una docena de países en la agenda de la Cancillería de Chile para negociar..."


Tuve el honor de integrar la delegación de la reciente visita oficial del Presidente Piñera a Tailandia y de la participación en la Cumbre de APEC en Bali. En Bangkok el Presidente firmó un Tratado de Libre Comercio (TLC) con la Primera Ministra de Tailandia. Ello continúa una política de dos décadas de integración económica mundial de Chile, probablemente el país con el mayor número de Acuerdos de Libre Comercio (ALC) bilaterales y plurilaterales en el mundo. Hoy Chile tiene vigentes 22 ALC (con 60 países), la mayoría de los cuales incluyen aspectos que van mucho más allá del libre intercambio de bienes y servicios.

Chile es miembro de organizaciones internacionales -Organización Mundial del Comercio (OMC), OCDE y la Oficina Mundial de Protección Intelectual-, que comprometen a sus miembros a la integración económica multilateral en temas específicos. La mejor política para el mundo y Chile es la integración económica completa. Pero lamentablemente un acuerdo global de integración está lejos de lograrse. La Ronda de Doha, en el marco de la OMC, no avanza. Ello valida como segunda mejor opción la estrategia de Chile: seguir buscando acuerdos amplios de integración y libre comercio, en forma bilateral y plurilateral.

Particularmente frustrante han sido los intentos de integración económica en América Latina. La ALALC fue un proyecto fallido. La ALADI hace tiempo ya no juega un rol relevante. Sabiamente Chile dejó de ser miembro de la Comunidad Andina de Naciones y no es un Estado parte del Mercosur; ambos son uniones aduaneras parciales con barreras comunes al comercio con países no miembros.

Mucho más completa es la integración de Chile a los países de la Cuenca del Pacífico. Chile es miembro del APEC (un foro catalizador de integración económica, de 21 economías de las Américas, Asia Oriental y Pacífico Sur), del P-4 (con Nueva Zelandia, Singapur y Brunei) y del Trans-Pacific Partnership (TPP), un ambicioso plan para la zona de libre comercio más grande del mundo entre 12 países, basado en dos grandes pilares: acceso de mercado y adopción de reglas y regulaciones comunes. Finalmente, Chile es un gran promotor de la Alianza del Pacífico, el primer acuerdo de integración profunda y efectiva en América Latina, suscrito con Colombia, México y Perú.

Los ALC de Chile explican una caída del arancel promedio efectivo al 1% en los últimos años. Del comercio total de Chile (un 57% del PIB), 44% se realiza sin pagar aranceles. Más allá del mayor comercio, ¿cuáles son los beneficios de la integración económica? Los acuerdos amplios de integración nos permiten especializarnos más en sectores con ventajas comparativas y consumir una mayor diversidad de bienes y servicios, a precios más bajos. A través de la mayor competencia internacional aumentan la productividad, los salarios y los ingresos. Una protección balanceada de las inversiones, los derechos de propiedad intelectual, y los derechos ambientales y laborales, elevan el ingreso y el bienestar en los países plenamente integrados al mundo. Tener reglas de mercado y regulaciones comunes empareja la cancha en la competencia internacional, contribuyendo adicionalmente al bienestar de las personas.

Chumacero, Fuentes y yo estimamos en 2004 los potenciales beneficios de largo plazo para Chile de los ALC vigentes con Estados Unidos y la Unión Europea desde 2003-04. Nuestras simulaciones sugieren que el consumo, el PIB y el bienestar de los consumidores chilenos aumentarían en cerca de 1% respecto de los niveles que se observarían sin estos dos acuerdos, lo que equivale hoy a una ganancia de US$ 3 mil millones por año. Por supuesto, los efectos de todos los ALC suscritos por Chile, y de los acuerdos de integración plurilateral, como la Alianza del Pacífico y el TPP, tendrán beneficios totales muy superiores a los citados.

Por lo tanto, nuestro país deberá continuar la política de Estado, adoptada por sucesivos gobiernos, en procura de una plena, amplia y profunda integración al mundo. Hay una docena de países en la agenda de la Cancillería de Chile para negociar los ALC nuevos o profundizar los ya vigentes. Al mismo tiempo, Chile debería completar su apertura comercial unilateral plena, reduciendo el arancel general a cero, lo que constituye una de las 95 Propuestas del Grupo Res Publica Chile. 

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