Niall Ferguson: "Occidente está olvidando aquello que lo hizo exitoso"‏



Nuestros sistemas parecen diseñados 
para excluir la posibilidad de que aparezcan
líderes preparados para arriesgarse a la impopularidad
con el fin de hacer algo coherente con los principios 
que nos lleven a políticas públicas juiciosas y visionarias,
que tomen en cuenta los datos de la realidad y su proyección;
una institucionalidad en permanente perfeccionamiento 
que evite los círculos viciosos que nos mantiene 
en un letargo suicida, y que recupere el ímpetu, que aprenda de la historia
para poder superar las contradicciones internas que amenazan su futuro...




RECONOCIDO HISTORIADOR BRITÁNICO HABLA CON "EL MERCURIO"
Niall Ferguson: "Occidente está olvidando aquello que lo hizo exitoso"

Acaba de publicar "La Gran Degeneración: Cómo decaen las instituciones y mueren las economías"  

por Juan Pablo Toro V. 
Diario El Mercurio, sábado 31 de agosto de 2013

Niall Ferguson dista mucho de la idea más corriente de un historiador. Vestido con un traje impecable, un día aparece en CNN entrevistado por Christiane Amanpour, en otro recibe un premio por un documental sobre Henry Kissinger en un festival de cine en Nueva York, luego se enfrasca en una polémica al defender el rol de Estados Unidos en la seguridad global y después lanza un libro que entra en la lista de los imprescindibles del año en materias internacionales.
Considerado el historiador británico más brillante de la actualidad por The Times, varias de las obras de Ferguson (1964) como "El imperio británico", "El triunfo del dinero" y "Civilización" han sido también exitosas series de televisión en el Reino Unido, gracias a su lenguaje claro y directo, así como al hecho de que apoya varias de sus investigaciones con recorridos por el mundo.
Este mes se acaba de lanzar en Chile "La Gran Degeneración: cómo decaen las instituciones y mueren las economías" (Debate 2013), que puede ser leído como un alegato contra la pasividad de un Occidente que parece quedarse cruzado de brazos mirando su declive producto de una deuda abultada, una población envejecida y conflictos sociales. Todo mientras China avanza hacia la liberalización de su economía y en los países árabes se lucha por la democracia.
A juicio del profesor de Harvard, el problema está en las instituciones, o mejor dicho, en las malas instituciones. Hoy los gobiernos europeos y el estadounidense parecen haber roto el pacto intergeneracional, donde la disciplina fiscal de los padres garantizaba que sus hijos y nietos no partieran endeudados. A su vez, los mercados están deformados por regulaciones muy complejas. Mientras, el imperio de la ley se ha convertido en el imperio de los abogados. Y al tiempo que la sociedad civil se ha diluido bajo la ficción de las redes sociales, finalmente se espera que el Estado lo resuelva todo.
En medio de sus vacaciones, Ferguson accedió a responder un cuestionario de "El Mercurio" sobre su último libro, donde llama a detener la caída de Occidente de la mano de líderes dispuestos a hacer reformas audaces.
-Están próximos a cumplirse 5 años desde el colapso de Lehman Brothers, el 15 de septiembre de 2008. ¿Cree que las economías occidentales han aprendido algo desde entonces?
"Hemos aprendido muchísimo. Hemos aprendido que tanto John Maynard Keynes como Milton Friedman tenían razón con respecto a la Depresión; que tiene sentido utilizar los déficits fiscales y la expansión monetaria para evitar que una crisis financiera se convirtiera en un período muy prolongado de crecimiento muy bajo y un desempleo muy alto. Pero también hemos aprendido que estos instrumentos por sí solos no son suficientes. No tuvimos una Gran Depresión en los últimos cinco años, pero tampoco tuvimos una recuperación rápida. Lo que tuvimos fue un período prolongado de lento crecimiento y alto desempleo. Mejor que en la década de 1930, pero aun así nefasto para muchos países".
-¿Usted cree que este hecho será visto como un punto de inflexión de la historia económica contemporánea, que dio paso al advenimiento de los "estados estacionarios" de Occidente, países ricos que han dejado de serlo, como dice en "La Gran Degeneración", citando a Adam Smith?
"Creo que es un punto de inflexión del cual no hemos podido salir. El sistema financiero no es radicalmente diferente de cómo era en 2006, antes de la crisis. Son demasiadas las economías que dependen demasiado de una deuda excesivamente alta. Son demasiados los bancos que tienen un capital insuficiente. Demasiadas regulaciones son excesivamente complicadas. Y así sucesivamente...."
-¿Por qué hay tanto temor a hacer grandes reformas a la economía, como las que se hicieron en los 30 u 80, por mencionar algunas? ¿Es la ausencia de ideas nuevas para sanear los déficits y estimular el crecimiento manteniendo controlada la inflación o el temor a los costos políticos o conflictos de intereses?
"La respuesta es que la economía política de la mayoría de las economías desarrolladas es sumamente resistente a una reforma fundamental. Un buen ejemplo es el proyecto de ley sobre regulación financiera Dodd-Frank (que aumentó las normativas sobre el sistema bancario para reducir los riesgos). Se suponía que este pondría orden en Wall Street, pero terminó siendo objeto de intensas gestiones por parte de los grupos de presión de la industria financiera. Queda por ver si la Regla Volcker (que limita el tamaño de los bancos y restringe sus actividades de riesgo) tendrá algún efecto real en la práctica. La diferencia con las reformas como la Glass-Steagall (de 1933, que separó la banca de depósito y la banca de inversión) es muy sorprendente".
-Pareciera que hoy los electorados están dispuestos a castigar tanto a los que hacen a las reformas como a los que no las hacen en Europa. Los gobiernos han cambiado de color en casi todo el continente, con las notables excepciones de Gran Bretaña y Alemania, donde todo parece indicar que el partido de Merkel seguirá en el poder.
"La mayoría de los gobiernos europeos que estaba en el poder en 2008 no sobrevivió, y con razón. Recuerde que David Cameron fue elegido en 2010 en parte porque se culpó de la crisis (merecidamente) a Gordon Brown del Partido Laborista. El caso alemán es inusual porque la actuación económica de Alemania durante la crisis fue bastante buena. El euro, que fue desastroso para la periferia de la Unión Europea, ha sido bueno para el centro. El dinero fluyó hacia Alemania y eso permitió soportar las pérdidas severísimas que sufrieron algunos bancos de esa nación".
-En una era de negligencia y pasividad que usted critica, hace mucho énfasis en las instituciones, y en las malas instituciones. ¿Pero cuánta importancia les asigna a los líderes en esta coyuntura? ¿Hay algún líder que hoy le llame la atención?
"No veremos un avance real hacia la resolución de los problemas fiscales y de otros que describo en mi libro, hasta que aparezcan líderes de la calidad de Margaret Thatcher; líderes que estén preparados para arriesgarse a la impopularidad con el fin de hacer algo de principios. Tal vez nuestros sistemas ahora están diseñados para excluir a esas personas de la política".
-Mientras en "Civilización" usted inyectaba cierto optimismo destacando las fortalezas que llevaron a Occidente a ocupar una posición privilegiada, ahora en "La Gran Degeneración" da razones sobre la decadencia que extienden una sombra de pesimismo. ¿Qué cambió? ¿En qué momento se desilusionó?
"Hay dos procesos separados en funcionamiento. En uno, con el cual me siento bien, el resto del mundo está copiando la forma en que Occidente hace las cosas. En el otro, el que realmente me deprime, Occidente está olvidando aquello que lo hizo exitoso. Estamos borrando las 'aplicaciones demoledoras' (aportes fundamentales) del ascendiente occidental (competencia económica, la revolución científica, la medicina moderna, la sociedad de consumo y la ética del trabajo)".
-¿Occidente está sufriendo una pérdida de poder absoluto, porque sus recursos políticos, económicos y militares son cada vez menos convincentes, o de poder relativo, en el sentido de que los demás lo están alcanzando, lo que se conoce como "auge del resto"?
"Los dos procesos son simultáneos. Estamos despilfarrando nuestros recursos en sistemas sumamente ineficientes de bienestar social, salud y educación pública. Y el resto se está esforzando más, dependiendo más del mercado y menos del Estado, y poniéndose al día".
-¿Puede Occidente sacar lecciones del ocaso del Imperio Británico, que usted describió en "Imperio", para manejar un menor nivel de influencia, pero más focalizado?
"Creo que EE.UU. tiene que aprender urgentemente las lecciones del pasado de Gran Bretaña. Las deudas excesivamente grandes crean vulnerabilidades. Y una falta de estrategia coherente puede conducir a errores desastrosos, como el que cometió Gran Bretaña en los años previos a la I Guerra Mundial".
-Por el impacto de los recortes fiscales de Estados Unidos en sus compromisos de la seguridad global, ¿sigue temiendo la aparición de un peligroso vacío de poder, algo que advertía con preocupación en "Coloso"?
"Sí. Creo que las predicciones en 'Coloso' han resultado ser notablemente precisas. Los 'tres déficits' -de potencial humano disponible, dinero y atención- son la razón de por qué EE.UU. está perdiendo el control rápidamente de un Medio Oriente geopolíticamente crucial".
-¿Usted cree que China efectivamente está construyendo un imperio, aunque sea uno mercantil? Muchos países que están en la cuenca del Pacífico hoy se enfrentan a la paradoja de que su mayor socio comercial es China y su mayor socio en materia de seguridad es EE.UU. ¿Así es la convivencia con esa "Chimerica" de la que usted habla?
"Sí, China es ahora un imperio comercial global. Su capacidad militar y alcance son muchísimo menores. Así es que sí vivimos en realidad en 'Chimerica'".
"No veremos un avance real hacia la resolución de los problemas fiscales y de otros que describo en mi libro, hasta que aparezcan líderes de la calidad de Margaret Thatcher."

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