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Diario El Mercurio, Domingo 01 de septiembre de 2013
¡Me he quedado ciego!
"Dramáticamente, todo indica que vamos a seguir hablando de política y de elecciones sin datos confiables, con la luz apagada. Nunca me había ocurrido seguir una campaña presidencial a ciegas. Y no me gusta..."
La campaña presidencial de este año se está pareciendo cada vez más a una telenovela. Todas las cosas que han ocurrido en los últimos meses permitirían escribir un guión notable. No sería una historia totalmente original, porque contendría fragmentos de otras teleseries, pero en conjunto, en manos de un libretista con un poco de talento, sería imperdible.
Algo tendría de "Muñeca Brava", de "La Fiera". La protagonista para algo así estaría más que clara. ¿O no?
Se me viene a la mente "Matrimonio de papel", cuando pienso en la participación estelar del pacto Nueva Mayoría.
A Claude, Sfeir, Israel y Jocelyn-Holt los imagino caminando por la calle con ternos oscuros en "Machos". Ya saben quién representaría a Tito Noguera.
No sé por qué, pero veo a ME-O en una teleserie que se llamó "Primera Dama".
Bachelet podría haber actuado en "40 y tantos", no por una cuestión etaria, sino encuestológica.
Vuelvo a pasar revista a nuestros presidenciables y se me agolpan en la mente sus caras vinculadas a otras telenovelas: "Esclava Isaura", "Los ricos también lloran", "Rosa de la calle", "Atrévete", "Adrenalina", "Ángel Malo", "Ellas por ellas", "Jaque Mate", "Los títeres", "Peleles", "Soltera otra vez", "Su nombre es Joaquín", "Trampas y Caretas", "Aquí mando yo", "Aquelarre", "El loco estero", "La señora", "Los Pincheira", "Semidiós", "Sin anestesia", "La represa", "Brujas", "Algo está cambiando", "A todo dar".
Para qué seguir. Estoy seguro de que entienden a lo que me refiero y que con estos ejemplos vuestra imaginación ya hizo la pega y conectó la realidad de la campaña 2013 con la ficción.
Ahora bien, cuando uno mira lo que ocurrió esta semana, le entra el temor de que lo que parecía teleserie nacional se esté transformando en una de origen venezolano.
Me refiero a la difusión de la encuesta CEP.
Ese sondeo había sido por años el verdadero oráculo de la política chilena. Tenía una capacidad de predicción tan grande, que cada vez que se publicaba generaba terremotos en la coyuntura noticiosa.
Claro que esta última me decepcionó. Yo la esperaba con ansias, ya que después del descalabro de las encuestas que intentaron fallidamente predecir las elecciones municipales, nadie en su sano juicio se había atrevido a publicar un estudio de predicción electoral.
Pero el CEP se la jugaría.
Lo complejo es que la consulta se realizó cuando Evelyn Matthei aún no era candidata y, por lo tanto, es muy difícil saber cuál es realmente la temperatura del electorado. Me parece razonable que Bachelet marque 44% de las preferencias, pero es muy extraño que Evelyn tenga solo un tercio de eso y más raro que ME-O y Parisi tengan solo un 4%. Tampoco me cuadra que Claude apenas exista.
Dramáticamente, todo indica que vamos a seguir hablando de política y de elecciones sin datos confiables, con la luz apagada, como si nos hubiésemos quedado ciegos.
Igual como les ocurre a los personajes de las teleseries venezolanas que, de un capítulo para otro, aparecen en pantalla gritando "¡me he quedado ciego!".
Nunca me había ocurrido seguir una campaña presidencial a ciegas. Y no me gusta.
Algo tendría de "Muñeca Brava", de "La Fiera". La protagonista para algo así estaría más que clara. ¿O no?
Se me viene a la mente "Matrimonio de papel", cuando pienso en la participación estelar del pacto Nueva Mayoría.
A Claude, Sfeir, Israel y Jocelyn-Holt los imagino caminando por la calle con ternos oscuros en "Machos". Ya saben quién representaría a Tito Noguera.
No sé por qué, pero veo a ME-O en una teleserie que se llamó "Primera Dama".
Bachelet podría haber actuado en "40 y tantos", no por una cuestión etaria, sino encuestológica.
Vuelvo a pasar revista a nuestros presidenciables y se me agolpan en la mente sus caras vinculadas a otras telenovelas: "Esclava Isaura", "Los ricos también lloran", "Rosa de la calle", "Atrévete", "Adrenalina", "Ángel Malo", "Ellas por ellas", "Jaque Mate", "Los títeres", "Peleles", "Soltera otra vez", "Su nombre es Joaquín", "Trampas y Caretas", "Aquí mando yo", "Aquelarre", "El loco estero", "La señora", "Los Pincheira", "Semidiós", "Sin anestesia", "La represa", "Brujas", "Algo está cambiando", "A todo dar".
Para qué seguir. Estoy seguro de que entienden a lo que me refiero y que con estos ejemplos vuestra imaginación ya hizo la pega y conectó la realidad de la campaña 2013 con la ficción.
Ahora bien, cuando uno mira lo que ocurrió esta semana, le entra el temor de que lo que parecía teleserie nacional se esté transformando en una de origen venezolano.
Me refiero a la difusión de la encuesta CEP.
Ese sondeo había sido por años el verdadero oráculo de la política chilena. Tenía una capacidad de predicción tan grande, que cada vez que se publicaba generaba terremotos en la coyuntura noticiosa.
Claro que esta última me decepcionó. Yo la esperaba con ansias, ya que después del descalabro de las encuestas que intentaron fallidamente predecir las elecciones municipales, nadie en su sano juicio se había atrevido a publicar un estudio de predicción electoral.
Pero el CEP se la jugaría.
Lo complejo es que la consulta se realizó cuando Evelyn Matthei aún no era candidata y, por lo tanto, es muy difícil saber cuál es realmente la temperatura del electorado. Me parece razonable que Bachelet marque 44% de las preferencias, pero es muy extraño que Evelyn tenga solo un tercio de eso y más raro que ME-O y Parisi tengan solo un 4%. Tampoco me cuadra que Claude apenas exista.
Dramáticamente, todo indica que vamos a seguir hablando de política y de elecciones sin datos confiables, con la luz apagada, como si nos hubiésemos quedado ciegos.
Igual como les ocurre a los personajes de las teleseries venezolanas que, de un capítulo para otro, aparecen en pantalla gritando "¡me he quedado ciego!".
Nunca me había ocurrido seguir una campaña presidencial a ciegas. Y no me gusta.
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