Reforma Agraria


Diario El Mercurio, Lunes 26 de agosto de 2013

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Señor Director:

En la carta de don Arturo Prado Puga -distinguido catedrático de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile-, publicada en la edición del 19 en curso, se hace un atinado comentario de la obra "Reforma Agraria, testimonios de sus protagonistas", recientemente publicada por las historiadoras María Angélica Ovalle y Ángela Cousiño, en la que expresó que en ese libro aparecían declaraciones de un subsecretario de Agricultura del Presidente Frei Montalva, en las que reconocía que había sido errado el sistema de subdivisión de tierras contemplado en la ley N° 16.040, de 1967, de Reforma Agraria, prohijada por ese gobernante.

Ante dicho aserto terció el señor Carlos Figueroa Serrano, aclarando que él, que fuera subsecretario de Agricultura de Frei Montalva, no había hecho tales declaraciones porque estaba de acuerdo con la Reforma Agraria. Replicando, el señor Prado precisó en carta del 22 recién pasado, que el subsecretario aludido por él era el señor Felipe Amunátegui Stewart, que también fuera subsecretario del ramo durante la administración democratacristiana, por lo que habría quedado aclarado el asunto.

Sin embargo, es de interés traer a colación otras declaraciones críticas a la Reforma Agraria, formuladas por un líder de la DC, que fuera ministro de ese gobierno y presidente de ese partido. Me refiero a don Gabriel Valdés Subercaseaux.

Ocurre que don Gabriel, en entrevista concedida a la historiadora doña Patricia Arancibia Clavel, en julio de 2002, fue más lejos y más severo en sus críticas al proceso de Reforma Agraria que impulsara la DC, en comparsa, obviamente (era que no) con los partidos marxistas, el PS y el PC. En efecto, en su entrevista manifestó paladinamente: "La Reforma Agraria era una concepción que no compartía, que venía mucho de Yugoslavia y de los países socialistas (sic), en la que la DC se embarcó sin preparación, por lo que terminó mal". Reforma a la cual el Presidente Frei le tenía mucho miedo, porque "era un caballo al galope muy difícil de parar", por lo que estaba furioso con su ministro Trivelli, con Rafael Moreno a cargo de la CORA y con Jacques Chonchol, de INDAP.

Como si todo lo anterior fuera poco, añadió el señor Valdés que la Reforma Agraria fue algo "duro, sombrío y cruel". Textual. Y aunque tales palabras constituyen un dramático y tardío testimonio, no por ello son menos valederas, como lo evidenció el devenir histórico.

Resulta, entonces, un dislate lo sostenido por Moreno, que desde la CORA orquestó la Reforma Agraria , en orden a que esta había permitido el desarrollo de nuestra agricultura, mérito este del gobierno militar, toda vez que el vigoroso renacer del agro se debió, precisa y principalmente al estrepitoso fracaso de aquel disparatado y oneroso proceso. A Chonchol, más franco, le oí decir que la Reforma Agraria, fundamentalmente, perseguía un fin político: terminar con la clase terrateniente tradicional de Chile, lo cual se logró.

Rafael Rivera Sanhueza

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