Políticas pro crecimiento: Tarea pendiente por Eduardo Bitran

Políticas pro crecimiento: Tarea pendiente
por Eduardo Bitran
Diario La Segunda, Martes 27 de Agosto de 2013
Los estudios de productividad total de factores (PTF) 
realizados por la Universidad Adolfo Ibáñez 
muestran que ésta ha caído en las últimas décadas 
de algo más de 2% al año en los noventa 
a 1% anual en los últimos trece años, 
sin que se observe una recuperación en los últimos años.
En la medida en que la economía 
siga muy basada en sectores de recursos naturales, 
que son los que sufren un deterioro significativo 
de la productividad por las restricciones 
de recursos naturales y ambientales, 
el aporte de la productividad total de factores  
al crecimiento seguirá siendo modesto.
Los mismos estudios indican 
que la contribución del aumento de la escolaridad, 
que tuvo un notable aporte de 0,9% al PIB en los noventa, 
cae a 0,2 % en el último periodo. 
También muestran que el aporte al crecimiento 
del incremento del trabajo no supera el 0,8% 
y el aporte del aumento del stock de capital 
está alrededor del 2,5%. 
Con estos datos, se llega a que actualmente 
el crecimiento potencial estaría entre 4 y 4,5%. 
Este gobierno no avanzó en políticas 
que permitieran aumentar la productividad de los factores, 
generó un retroceso en energía afectando la competitividad 
de los sectores intensivos en este insumo básico 
y tampoco tuvo políticas orientadas a aumentar 
la participación de la población en la fuerza de trabajo. 
Es fundamental, como país, convenir medidas 
que permitan aumentar el crecimiento de largo plazo de la economía.
En primer lugar, es necesario preocuparse 
por el crecimiento de la oferta de trabajo. 
Chile tiene el triste récord de ser el país latinoamericano 
con menor participación de la mujer. 
Los datos disponibles indican 
que el crecimiento del empleo de mujeres en edad fértil 
ha sido prácticamente nulo desde el 2011 en adelante, 
mientras que el resto del empleo femenino crece con vigor. 
Claramente, las políticas implementadas en este gobierno 
no han ido en la dirección de aumentar la empleabilidad de la mujer. 
Aunque suene muy impopular decirlo, 
medidas bien intencionadas tienen efectos contraproducentes, 
lo cual requiere mayor rigor en el diseño de medidas 
que beneficien el empleo y los trabajadores. 
En segundo lugar, el que la mayor escolaridad promedio 
no tenga un correlato de aumento de productividad, 
pone en cuestión la calidad de la educación. 
¿En qué medida se están entregando 
en todos los niveles las competencias 
que requiere la economía? 
Corregir estos aspectos toma varios años 
y tiene impacto a largo plazo; por tanto, 
es fundamental generar un marco de cualificaciones 
para incidir en la calidad de la capacitación y de la formación, 
aumentando la rentabilidad social de lo que el Estado gasta en esto. 
En esta área no se avanzó en esta administración, 
a pesar de las buenas intenciones. 
En tercer lugar, la competencia en los mercados 
y la regulación eficiente, en el caso de servicios de utilidad pública, 
son fundamentales para mantener el incentivo a innovar 
y para elevar la competitividad de los sectores transables. 
El Fiscal Nacional Económico reconocía 
que es necesario avanzar en mayor competencia, 
modernizando nuestra legislación 
en materia de fusiones y combate a la colusión, 
además de fortalecer la capacidad de la fiscalía. 
También es importante resolver los cuellos de botella regulatorios 
en servicios de infraestructura fundamentales, 
con un enfoque más pro competencia.
En cuarto lugar, las políticas 
de promoción del emprendimiento y la innovación empresarial. 
Una política de desarrollo productivo 
que combine instrumentos horizontales, 
para aumentar los incentivos 
a la innovación empresarial y de selectividad 
y promoción de clústeres dinámicos, 
con foco en materia de creación de capacidades 
científicas, tecnológicas y de capital humano 
son fundamentales para diversificar y sofisticar 
nuestras exportaciones, motor de nuestro crecimiento. 
La ventaja de esta estrategia es que también incide 
positivamente en la distribución del ingreso, 
ya que eleva la demanda por capital humano calificado 
cambiando la distribución funcional del ingreso 
en favor del factor trabajo. 
Cerrar la brecha digital es clave 
para la competitividad y equidad. 
El país requiere modernizar su visión 
sobre el desarrollo de la fibra óptica 
y otras infraestructuras de telecomunicaciones, 
generando mecanismos de desarrollo 
de infraestructura compartida, 
que permitan aprovechar economías de escala 
para difundir la banda ancha 
y promover la competencia 
en servicios de telecomunicaciones convergentes. 
Finalmente, es necesario relevar la importancia 
de bajar los costos logísticos, especialmente 
aquellos ligados al comercio exterior. 
Chile tiene un costo de exportar un contenedor 
equivalente al doble de países similares 
(pequeños y medianos, abiertos al comercio 
y con ingreso medio alto y alto, Doing Business 2013). 
Además, el tiempo y los trámites para exportar 
son 50% mayores que en dichos países. 
La planificación de la infraestructura de transportes 
desde una perspectiva multimodal 
y la reducción de la burocracia 
en el comercio internacional 
son fundamentales para aumentar 
la productividad de las actividades 
internacionalmente transables.

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