El desafío es enfocarse en los pobres...




Miguel Bejide C. 
Presidente Fundación Miguel Kast
Desde hace semanas el país ha sido testigo de una fuerte polémica respecto del resultado de uno de los indicadores importantes del nivel de pobreza en Chile. Lo preocupante de esta discusión es que ha perdido el foco de la misma, ya que aparentemente no son los más pobres los que verdaderamente importan. Una discusión en esa perspectiva no parece conducente para quienes en definitiva sufren la pobreza, pues el contenido de la polémica no es ni cerca su abanico de prioridades, que es su batalla diaria de cómo lograr romper el círculo vicioso que encierra a los más desposeídos y transformarlo en virtuoso.
Los más pobres no dejarán de serlo a partir de esta discusión y, por tanto, lo que sí constituye una obligación ineludible es la actuación subsidiaria del Estado e instituciones intermedias para el logro de ese objetivo. Los más pobres no pueden esperar. Ese es el verdadero desafío y lo que corresponde es actuar con inteligencia para generar las condiciones que permitan que más chilenos crucen el umbral que les permita salir de la pobreza, la cual implica una serie de privaciones y está asociada a fenómenos negativos como la desigualdad y la falta de oportunidades; por ello una buena política social debe estar necesariamente asociada a una política económica que apunte fundamentalmente al crecimiento económico del país. Una economía que crece puede ofrecer mayores oportunidades; una que no crece, solo estancamiento.
En las últimas tres décadas, Chile ha sido capaz de mostrar transformaciones estructurales que han modificado en forma importante la situación de los más pobres. Por un lado, el crecimiento económico ha permitido un aumento significativo de los niveles materiales de vida. Por otro, hemos enfrentado cambios en la estructura social, a través de un aumento en el capital cultural y educacional. Así por ejemplo, sabemos que un 70% de los actuales estudiantes de la educación superior pertenece a la primera generación que accede a ese nivel educacional. Esto último es consecuencia de una política social bien orientada. Los últimos resultados de la Casen 2011 muestran que los más beneficiados por el crecimiento económico fueron las familias de menores recursos. El mayor crecimiento se ha traducido en mayores ingresos, más empleo, y en especial la disminución en el segmento poblacional más pobre se explica fundamentalmente por el incremento de ingresos y una mejor focalización de los subsidios para dichos hogares. De acuerdo con la evidencia anterior, los desafíos de política están entonces en la focalización del gasto social.
El gobierno del Presidente Piñera ha planteado como uno de sus principales objetivos para el año 2013 el tema de la pobreza, y la oportunidad está entre otras en lograr esa mejor eficiencia del gasto social. Aunque se han hecho avances importantes en este frente, creemos que se puede mejorar aún más: éste representa aproximadamente el 68% del gasto público, y si bien hay indicadores que permiten concluir que se está en el camino correcto -por ejemplo, el coeficiente de Gini llegó en la última encuesta Casen a su menor valor alcanzado y la indigencia de igual forma a su nivel más bajo (2,8%)-, hay también evidencia que nos lleva a concluir que la focalización del gasto social debe mejorar; no parece prudente que el 30% más rico de la población perciba el 16% de éste, lo que es un incremento respecto del 14% que percibía el 2009 y del 11% el 2006. Conclusión: sube el gasto social entregado a los más ricos, y se hace necesario asegurar una mejor focalización de las transferencias del Estado. El fundamento es que a pesar de los buenos indicadores, en el país hay aún más de dos millones 400 mil personas pobres y más de 400 mil en indigencia. Ese es el desafío, ese debe ser el principal objetivo país.
Parece necesario, por tanto, que el Presupuesto del año 2013 exija esta mejor eficiencia asegurando mejor focalización del gasto social. Un camino es mejorar el desempeño de la Ficha de Protección Social, que es el instrumento para identificar a los más pobres dentro de los pobres y para ello es necesario dotar de las herramientas presupuestarias suficientes a las intendencias y municipalidades para que realicen esta labor con rigurosidad profesional y la metodología correspondiente. A 29 años de la partida de Miguel Kast, sus focos prioritarios para la eliminación de la pobreza siguen más vigentes que nunca. Su transversalidad hace concluir que esta es una deuda como país aún impaga, y que es necesario aprovechar las energías en acciones concretas y bien focalizadas, y con un gran sentido de urgencia.

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