Tomic y Leighton


por Felipe Tomic

DIARIO EL MERCURIO Lunes 20 de Agosto de 2012 


Señor Director:
Dice José Musalem, en la entrevista de Reportajes que la designación de Radomiro Tomic como candidato presidencial de la DC, en 1970, fue un error. "Tomic se fue izquierdizando", señaló, agregando que si el candidato DC hubiese sido Bernardo Leighton, éste habría derrotado a Allende.
Obviamente, nunca sabremos si don Bernardo hubiese ganado dicha histórica elección presidencial. Lo que sí sabemos es que fue precisamente Bernardo Leighton quien lo proclamó como candidato ante la Junta Nacional de la DC, el 15 de agosto de 1969, y lo hizo convencido de que era la mejor opción para liderar un programa de gobierno que se comprometía a profundizar los relevantes avances políticos y sociales que Eduardo Frei había encabezado con brillo durante su gobierno (1964-1970).
La coincidencia política y la amistad entre Tomic y Leighton perduraron a lo largo de toda su vida. Ambos firmaron, el 13 de septiembre de 1973, la declaración pública de los democratacristianos que condenaba enérgicamente el golpe militar; ambos lucharon incansablemente por la restauración de la democracia en Chile y se jugaron por el triunfo de su camarada Patricio Aylwin y la Concertación en 1989.
Tuve la suerte de estar presente cuando don Bernardo lo visitó por última vez, pocos días antes de que mi padre falleciera, hace ya algo más de 20 años. Emocionado le dijo: "Radomiro, hemos sido amigos durante toda una vida. Recuerdo cuando te conocí, eras un muchacho, en el Colegio San Luis de Antofagasta. Siempre fuiste un líder, dimos las mismas batallas, hemos tenido las mismas banderas; no te vayas, aún queda mucho por hacer y siempre estaré a tu lado en la lucha por un Chile más justo y solidario". Y se dieron un largo y fraternal abrazo de despedida. La de ellos fue, sin fisuras, una identidad de principios, de valores y de acción política, hasta el final.
José Musalem Saffie fue, por largos años, amigo y camarada de ambos. Mi padre lo respetaba y apreciaba. Al momento de entregarnos sus memorias, Musalem nos dice que su actual opción presidencial es la misma que tiene la UDI, Laurence Golborne. Está en todo su derecho, ya no es DC; parodiando sus palabras, podríamos decir que se ha "derechizado". Sin duda, ni Leighton ni Tomic estarían con él.
COMMENT
Don Radomiro Tomic
con fama de inteligente
y reconocido por su oratoria brillante.
Don Bernardo Leighton,
un hombre bondadoso
y de una grandeza espiritual
que fue desplegada en plenitud
con su señora Anita Fresno
con posterioridad al feroz atentado.
Don Eduardo Frei Montalva
inspirado y de gran calidad humana.
Don José Musalem,
hombre recto y juicioso.
Con un enorme apoyo ciudadano,
los democratacristianos
acceden al poder a mediados de los sesenta
como opción de centro e inspiración cristiana.
¿Qué pasó para que teniéndolo
todo para que el país encontrara
un camino de prosperidad y paz,
se nos perdió la brújula
y pasó todo lo que pasó después?
Faltó lucidez, humildad y grandeza.
La soberbia perdió a algunos.
Otros creyendo saberlo todo
ignoraron las experiencias exitosas
y optaron por un camino
que demostró ser fallido y sin retorno.
Faltó un espíritu que integrara
lo mejor de todos,
una vocación de diálogo 
optando por convencer en lugar
de esa obsesión por vencer a toda costa
-no se puede hacer el bien por fuerza-;
todo lo que se logra por la vía violenta
es estéril, destruye sin construir y nace condenado.
El odio nada bueno engendra, sólo el amor es fecundo.
Faltó humildad para cotejar
el discurso con la evidencia
y no dejarse arrastrar
por la elocuencia de una retórica
plagada de eslóganes que postergan
el progreso de los pueblos
indefinidamente, llevándolos
una y otra vez al descalabro,
a desgarradores dolores
y tragedias sin fin.
La complejidad 
de la naturaleza humana
está en nuestras emociones,
no en nuestra inteligencia.
Las habilidades intelectuales
son un medio para llegar a un fin
y las emociones determinan
lo que el fin será.
Estas tienen una historia
más larga y raíces más profundas
que la inteligencia.
No llegamos tan lejos
como nuestros talentos auguran
sino hasta donde nuestras limitaciones
nos permiten y todo lo que hagamos
por dominar las pifias de nuestro carácter.
Un corazón sin cabeza no basta.
Una cabeza sin corazón no sirve.

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