Germán del Sol: La timidez es un sentido exagerado de la intimidad...‏

La belleza como bien social Germán del Sol opina. Que en Chile no se debe construir en altura, porque hay suelo de sobra. Que la arquitectura debe ser digna.  La belleza es una cuestión ética que viene de que las cosas sean como tienen que ser y no como quieren aparentar ser. por Andrea Wahr R.  Diario El Mercurio, VD, sábado 4 de agosto de 2012 http://diario.elmercurio.com/2012/08/04/vivienda_y_decoracion/_portada/noticias/E6476E7D-C230-4293-92A2-D351FB86AF54.htm?id={E6476E7D-C230-4293-92A2-D351FB86AF54} Germán del Sol busca la belleza. No como idea abstracta, sino que la exige en la arquitectura. Y no la encuentra en el edificio del Costanera Center, tal como hace unos años dijo que le hacía falta a las casas de Un Techo Para Chile. "No confundamos lo urgente, que es dar casa, con lo importante, que es que cada pequeña casa debe ser un palacio, como enseñó Le Corbusier. (...) La belleza no cuesta plata". Los dichos le costaron una polémica con el entonces capellán Felipe Berríos.  ¿Pudo colaborar con Un Techo para Chile? -Me ofrecí, pero no me llamaron. Puede que me vean como polémico, no me da ninguna pena, pero creo que lo que dije no fue estéril. La arquitectura debe ser digna, y las mediaguas reflejan miseria.  Son soluciones provisorias, que muchas veces terminan siendo definitivas.  -No existen las cosas provisorias. No hay nada por mientras.  Después del terremoto de 2010, dijo que el proceso de la reconstrucción no tenía por qué volver a levantar todo lo que se había caído tal como era. Otra controversia. "Lo que hay que mantener es el espíritu, sin caer en lo folclórico. Hice un proyecto para la iglesia de Chépica -que se cayó para el terremoto-, pero la Corporación de Amigos de Chépica lo paró, diciendo que era rupturista. Y uno de los jefes de la parroquia le dijo a David Gallagher -de la Corporación-: "Oiga, la gente del pueblo queremos hacer lo mismo que hacían los antiguos: iglesias nuevas".  El proyecto no se construyó, pero Del Sol sostiene: "La arquitectura no es hacer cosas nuevas que nunca se han hecho, es al revés. Ser moderno es ir al principio y tomar lo que ya se hizo -un parrón, por ejemplo- y hacerlo de nuevo, mejor, como se hace hoy día".  Usted fue el único que defendió públicamente a Cristián Boza.  -El único, penoso. No somos amigos personales. Y tiene montones de arquitectos que trabajan con él, que están más cerca de él y todos callados. Penoso. Y es porque nos aplastan para pensar.  "No defendí lo que dijo, porque me parece que se expresó mal, pero defendí su derecho a decirlo. Porque ahora los directores de las otras escuelas están avisados. La autoridad que tienen, por lo menos en las escuelas de universidades privadas como ésa, es cero. Yo no sería director de ninguna escuela en estos tiempos".  Todo esto lo dice en su oficina, donde trabajan cinco personas, en una casa en el sector de Los Dominicos. En la entrada hay vasijas de greda de distintos tamaños y adentro hay más, debajo de una vitrina donde hay otras tantas maquetas. Su escritorio tiene una mesa larga con un computador, una libreta y pocas cosas más. En la pared hay un cuadro y un papel envuelto en una bolsa plástica: "Estamos bien en el refugio los 33", dice, escrito con lápiz rojo. No es el original de los mineros, por supuesto, sino una humorada que le regalaron unos amigos, para un asado.  El arquitecto Germán del Sol, 63 años, Premio Nacional de Arquitectura 2006 es autor, junto con su ex socio José Cruz, del Pabellón de Chile en la ExpoSevilla y del Hotel Explora de las Torres del Paine. También construyó en solitario el Explora de San Pedro de Atacama y el hotel Remota en Puerto Natales, además de las Termas Geométricas, cerca de Pucón y de las de Puritama, también en San Pedro de Atacama. Ha hecho casas, oficinas y un mirador para la viña Seña y las bodegas de la Viña Gracia. La relación con la potente geografía chilena ha sido una constante.  ¿Dónde está la belleza en arquitectura? -La belleza es una cuestión ética que viene de que las cosas sean como tienen que ser y no como quieren aparentar ser. El diseñador español Adolfo Domínguez dice que en un vestido o pantalón de lino, la arruga es bella, es su modo de ser. Hay belleza cuando se acepta a las personas y a las cosas como son. Hay una diversidad muy amplia que se puede tolerar, pero que topa, por ejemplo, con el edificio del mall y de oficinas del Costanera Center. Hay edificios que destruyen y la fealdad tiene que ver con una agresión a los demás. La belleza es un bien social.  "La fealdad se va imponiendo de a poco. Apoquindo está lleno de edificios, todos pegados, y cuando nos dimos cuenta ya era demasiado tarde. Y se acabó ese barrio, lo destruyeron. Porque eso con un poco más de aire, tendría valor, porque las cosas bien hechas tienen valor para siempre".  ¿Por qué se opone a la construcción en altura?  -En Chile me opongo, porque hay suelo. Y los edificios altos no son sustentables. Si botas con tu imaginación una torre, el equivalente va a ocupar por supuesto tres o cinco cuadras, pero serían edificios de hasta cuatro pisos de alto, que se pueden hacer sin ascensor. La presión del agua llega al cuarto piso, el gas también. Lo que es realmente sustentable es hacer las cosas más sencillas. Obvio que ocupo más suelo, hay suelo de sobra, y a los chilenos nos gusta vivir dispersos, lo que no tiene nada de malo. El gasto energético en subir los ascensores, en subir el agua, el gas o la energía, es una salvajada.  Usted reconoció que quería el Premio Nacional, ¿por qué lo hizo explícito? -Yo no soy distinto a nadie. Soy una persona tímida, no me gusta la publicidad, me costó mucho hablar en público. Mi primera reacción cuando supe que estaba en la terna fue no participar. Yo estaba en un pueblo en Bolivia y llamé a la oficina y me contaron. Esa tarde fui a misa, porque pensé que había coro, yo no voy a misa. La prédica decía que uno tiene que estar disponible. Fue como que mi mamá me lo estuviera diciendo directamente, me pareció que no podía ser tan prepotente de no presentarme, si no había hecho nada. Y uno tiene que tener la humildad de recibirlo, entonces cuando me lo dieron dije que lo quería, todos queremos que nos premien. Mucha gente me ha enseñado que la verdad libera, pero no "LA" verdad, sino una verdad sencilla. Una vez leí una entrevista donde la actriz Delfina Guzmán decía que se había separado porque era insoportable. Y otra, de Jaime Celedón, en que decía que todo lo que había hecho era para que lo quisieran. Yo pienso igual, todo lo que he hecho es para ser querido. Si mis hijos fuman marihuana, prefiero que me lo digan, así puedo discutir con ellos. Y si yo meto la pata, les cuento altiro.  A lo mejor ya no es tímido.  -Sigo siendo, la timidez es un sentido exagerado de la intimidad. No quiero ver mi foto en el diario; quiero decir las cosas, pero no ser el centro de mesa. Yo no celebro mis cumpleaños, porque me carga que la atención esté centrada en mí. La timidez es un problema, pero no me gusta ser el foco.  "Hoy mismo leía a propósito de la Bienal de Venecia, que su curador, el arquitecto inglés David Chipperfield, tiene la idea de que los arquitectos tienen que ser críticos. Uno tiene que poner en juego los tópicos, para no dejarse arrastrar por la corriente, y pensar. Y pensar es poner en discusión las ideas, no para ser negativo o destructivo, sino porque esa es la manera de volver atrás y hacer las cosas un poco mejor, que es lo que llamo "que ganen los buenos", que ganen las ideas que uno cree mejores para todos".