Diario El Mercurio, Columna Día Día, Miércoles 22 de Agosto de 2012
http://blogs.elmercurio.com/editorial/dia-a-dia/adios-ennio-moltedo.asp
Ya no volveremos a encontrarnos con Ennio Moltedo en el "Samoiedo", también desaparecido. Ennio era parte, entrañable, irrepetible de Viña del Mar. Desde su primer libro de poemas, "Cuidadores", fue cimentando con el "concreto azul" de su poesía un prestigio selecto, que lo hizo "célebre entre sus pares", como ha dicho Marcelo Novoa -poeta y editor porteño como Ennio-, por su "obra meritoria y concisa".
Ya no volveremos a encontrarnos con Ennio Moltedo en el "Samoiedo", también desaparecido. Ennio era parte, entrañable, irrepetible de Viña del Mar. Desde su primer libro de poemas, "Cuidadores", fue cimentando con el "concreto azul" de su poesía un prestigio selecto, que lo hizo "célebre entre sus pares", como ha dicho Marcelo Novoa -poeta y editor porteño como Ennio-, por su "obra meritoria y concisa".
Moltedo no se ocupó sólo de escribir, pulir y publicar su propia obra, sino también la de sus colegas porteños. Notable, digna del más justo reconocimiento, fue su labor como editor, especialmente la desarrollada bajo el sello editorial de la Universidad de Valparaíso.
Particularmente valioso fue su contacto personal, afectuoso, cordial, generoso, con sus amigos artistas y escritores de Viña del Mar. Inolvidables aquellas tardes de los sábados, en las que nos acogían, en su casa de El Salto, Ennio, su esposa Rebeca y su formidable biblioteca, a Lukas, Sara Vial, Hugo Zambelli, Álvaro Donoso, Jorge Luer.
Las campanas están doblando por Ennio Moltedo. Y también por mí, y por todos los que fuimos sus amigos.
Y por Viña del Mar.
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