El recinto, que abrirá todo el año, se dedicará a la divulgación y a la actividad científica.
por Richard García
Diario El Mercurio, miércoles 2 de mayo de 2012
El playero ártico es capaz de cubrir hasta 15 mil kilómetros en su viaje desde el hemisferio norte hasta Tierra del Fuego. Es la estrella principal del nuevo Centro Bahía Lomas, recinto situado en la boca oriental del estrecho de Magallanes, casi justo al lado del puerto de desembarco del transbordador que une el continente con la gran isla austral en la primera angostura.
"Es el primer centro en Chile focalizado en las aves playeras", resalta Diego Luna, coordinador para el Cono Sur de la organización ambiental Manomet.
Explica que el playero ártico ( Calidris canutus ) es en particular una especie en peligro, ya que hace 20 años su población ascendía a los 70 mil ejemplares, pero hoy apenas supera los 9 mil.
Bahía Lomas es su área más importante de invernada, lo que significa que cuando es invierno en Norteamérica, todos los individuos migran para estas latitudes.
De ahí que uno de los objetivos del recinto es un monitoreo de esta especie y de los invertebrados que le sirven como alimento. "Lo que haremos básicamente será trabajo de campo: toma de muestras en terreno, captura de individuos, realización de censos aéreos y también conteos terrestres", dice Luna.
En el lugar viven permanentemente dos monitores recién titulados que se dedicarán a recoger la información. Por estos días la mayoría de los playeros árticos han retornado al norte, pero otras especies permanecen en el lugar, como el pilpilén y el chorlo de Magallanes.
Además la actividad del centro también contempla el estudio de cetáceos, al ser el vecino estrecho de Magallanes un área de alta concentración y varamiento. El entorno también tiene valor arqueológico, por lo que se contemplan estudios de la cultura selk'nam.
Bahía Lomas es un sitio Ramsar (humedales de importancia internacional por su rol en la protección de aves migratorias), el primero en Chile que cuenta con plan de manejo, lo que implica no sólo actividad científica y labores de conservación. Además suma un componente de divulgación y por eso el edificio cuenta con un área de exposiciones, una sala multimedia destinada a la educación, una oficina de información turística y pronto añadirán una tienda de recuerdos y cafetería.
El proyecto surgió de una alianza entre el Ministerio de Medio Ambiente, la Universidad de Santo Tomás, la Municipalidad de Primavera, la Enap (que tiene operaciones en la bahía), el Manomet Center for Conservation Sciences (EE.UU.), la Red Hemisférica para Aves Playeras y la convención Ramsar.
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