Señor Director:
Como mamá de cuatro hijos hombres maravillosos tenía el anhelo de
tener una hija mujer. Felices recibimos la noticia de un nuevo
embarazo, pero a los tres meses todo se derrumbó al saber que esa hija
tan esperada no venía bien, que fuera de mí, ella era incompatible con
la vida.
Llevarla adentro hasta el final fue una experiencia llena de dolor,
pero al mismo tiempo un regalo. Sentirla crecer a diario, conocer su
carita a través de la ecografía, tenerla y acompañarla en todo
momento, me consolaba y lo sigue haciendo. En estas circunstancias, un
aborto jamás habría sido terapéutico; por el contrario, no sabría cómo
superar el dolor de saber que deliberadamente terminamos con su vida
antes de tiempo.
Aprendí que la fe y la esperanza operan de modos misteriosos, y que
hay dolores que nos toca vivir. Estaré eternamente agradecida por el
apoyo de mi familia y amigos. A pesar de que no se produjo el milagro
de que ella viviera, sí lo hace en nuestros corazones, yo siempre seré
su mamá, y sé que un día volveremos a estar juntas.
María Teresa de la Barra Cañas
Carta al Director
Diario El Mercurio, do 18 03 2012
http://blogs.elmercurio.com/columnasycartas/2012/03/18/debate-sobre-el-aborto-ii.asp
▼
No hay comentarios:
Publicar un comentario
COMENTE SIN RESTRICCIONES PERO ATÉNGASE A SUS CONSECUENCIAS