La millonaria guerra de Japón y Estados Unidos contra China por los "metales raros"

Los chinos tienen el control monopólico de minerales clave para aparatos electrónicos y de defensa:


Los precios se han multiplicado en los últimos tres años, debido a que Beijing impone severas cuotas a la exportación.  

E.O. y M.H. 

Diario El Mercurio, lunes 19 de marzo de 2012

Hasta mediados de los 80, Estados Unidos era el líder global en la producción de los llamados "metales raros", minerales que son clave para la elaboración de numerosos productos, en especial en los electrónicos (televisores de plasma, smartphones , DVD), salud (equipos radiológicos) y defensa militar (cohetes y aviones). El panorama cambió drásticamente en los años siguientes, a tal punto que desde la década anterior China se convirtió en el dominador monopólico.
Los chinos explotan el 98% de esos minerales y Beijing ha impuesto controles arancelarios que favorecen a los manufacturadores internos. Esa política ha desatado una guerra comercial y diplomática desde Estados Unidos y Japón, que son los principales consumidores de estos productos. Esta disputa tuvo su primer capítulo la semana pasada, cuando EE.UU. junto a Japón y la Unión Europea, demandaron a China ante la Organización Mundial de Comercio (OMC) acusando al gigante asiático de violar las reglas internacionales de intercambio al fijar cuotas para determinadas exportaciones. Entre ellas, las de "metales raros".
Estos productos, también conocidos como "tierras raras", son elementos químicos que son muy abundantes. Entre los más conocidos están el cerio, el neodimio y el terbio. El problema es que están presentes en cantidades pequeñas, repartidos entre otros minerales, y el proceso de separarlos es difícil y costoso. Hay escasas minas con concentraciones de metales de alta pureza, en especial en forma de óxidos.
China posee el 30% de las reservas probadas y hoy tiene la mayor parte de los yacimientos en operación del planeta, lo que junto con sus bajos costos laborales ha convertido al país en un productor monopólico.
El tobogán de precios
La demanda por estos minerales comenzó una curva muy ascendente con la expansión de las tecnologías verdes y de defensa, que hacen un uso intensivo de estos metales. Desde 2008 los precios iniciaron su propio rally : si el kilo de cerio -elemento que se utiliza en la industria de lentes de alta precisión- costó US$ 3,9 promedio en 2009, ya era 26 veces más caro en 2011 (US$ 102 por kilo). El samario, que se aplica para fortalecer los imanes que se usan en dispositivos bélicos aéreos, multiplicó su precio por 30. El lantano se usa en la fabricación de motores de vehículos híbridos: un modelo Prius, de Toyota, puede usar hasta 15 kilos de ese metal; y el kilo de lantano subió de US$ 4,9 a US$ 104,1 promedio en tres años.
El alza de los precios respondió también a que China incrementó su propio consumo de esos metales. La diferencia está en que, como clásico actor monopólico, impuso los términos del negocio. De hecho, no puede decirse que estos minerales sigan el típico patrón comercial de commodities , pues sus valores ya no se transan en un mercado común internacional.
Desde la década del 90, los industriales chinos comenzaron a producir mucho más mineral del que requería la demanda global, por lo que los precios eran bajos. Además, había otros proveedores, como la mina Mountain Pass, en California, que permitía cierta diversificación de las fuentes de oferta. Mountain Pass cerró sus operaciones en 2000, y con ello el abastecimiento global se concentró en China.
Para clavar su estaca dominante, Beijing comenzó a fijar cuotas de exportación desde 2005, por lo que el precio afuera del país es mucho mayor que el que se comercia adentro. En el caso del lantano, en el cuarto trimestre de 2011 el kilo se transó a US$ 66,5 en los mercados globales, pero el precio en China era menos de un tercio.
Esta enorme diferencia ha llevado a muchas compañías productoras de motores híbridos, pantallas de televisores y dispositivos a láser a trasladar sus fábricas al gigante asiático, por lo que éste ha absorbido también la ganancia tecnológica de las firmas líderes en innovación. Otras empresas que no han salido de sus países han buscado elementos sustitutos, y algunas simplemente han reducido su producción.
Estos factores han provocado una disminución de los precios en los últimos meses. En promedio, el valor de ocho metales raros a inicios de marzo bajó al 60% del que tenía en octubre. No obstante, los precios siguen muy elevados en comparación con 2008. Según analistas, las mineras chinas de tierras raras no ocuparán todas las cuotas de exportación que les permite el gobierno, y eso significará que, según las leyes, el próximo año las autoridades tengan que disminuir tales cuotas, lo que podría generar otro incremento de precios.
Seguridad nacional
Un informe del Congreso de EE.UU. determinó que la concentración de la producción de metales raros fuera del país lo deja vulnerable.
"Estados Unidos, que alguna vez fue autodependiente en la producción de 'tierras raras', en los últimos 15 años se ha vuelto 100% dependiente de importaciones, en especial desde China", describe el reporte de fines de 2010. Ya para entonces agregaba que en algunos círculos se plantean riesgos para la seguridad nacional, debido al impacto de estos minerales en la construcción de aviones no tripulados (drones), misiles teledirigidos y otros artefactos bélicos. Similares señales de preocupación han surgido en Europa.
Más apuros vivió Japón, cuya industria automotriz y electrónica es altamente dependiente de estos recursos. A fines de 2010, luego de que Japón arrestó a tripulantes chinos que entraron a aguas que ambos países tienen en disputa, China impidió la salida de fletes con minerales raros hacia los puertos nipones. El conflicto demostró la fragilidad de la cadena de suministro.
Sin embargo, Japón y otros países han optado por un incremento sostenido de los inventarios de metales raros, para así contar con respaldos estratégicos, mientras intenta sustituir materiales. Además, Tokio también ha propiciado tanto la denominada "minería urbana" (el reciclaje de minerales) como la prospección de depósitos.
Hace pocos meses los japoneses descubrieron un depósito que podría satisfacer un quinto de la demanda mundial. Claro que el yacimiento está en el Pacífico, a más de 3.500 metros de la superficie. Así, queda dominio chino para rato.

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