Romper con la tradición



posteado por: Miguel Angel Nuñez

Verónica Orozco, en su libro Lazos de amor, lazos de dolor: Guía para terminar con la psicoviolencia familiar, dice: “En el corazón afectivo se tiene un sentimiento de ‘traición’ hacia los progenitores cuando rompemos con la tradición”.

La tradición se esconde en frases de buena crianza como:
─ “Así me enseñaron mis padres”.
─ “Es el modo en que se ha hechos siempre”.
─ “Es muy difícil cambiar las cosas, es mejor acomodarse o no decir nada”.
─ “Si no puedes contra ellos, mejor úneteles”.
─ “Es peligroso cambiar las cosas, es mejor dejarlas así no más”.

Sin embargo, es parte del crecimiento normal y de la madurez emocional que seamos capaces de distanciarnos de enseñanzas que si bien, nos formaron o construyeron, no implica que necesariamente estaban bien o no debían ser cambiadas.

Nadie ha tenido padres perfectos ni hogares sin dificultades. En mayor o menor medida hemos sido afectados por ideas correctas y otras equivocadas.

Cuando era niño solía escuchar a mi madre decir continuamente, como si quisiera convencerse a sí misma: “para que el matrimonio funcione, uno de los tiene que ceder”. Un divorcio y miles de sus lágrimas me mostraron que ese no era el camino.

En Chiapas, donde vivo, resulta intolerable que una mujer discrepe con su esposo; se espera que siempre le lleve el amén y se mantenga sumisa. Las jóvenes que se atreven a desafiar ese concepto ancestral tan arraigado son maltratadas o aisladas socialmente.

Romper la tradición implica replantearse frente a la vida, buscar nuevas formas de convivencia e indagar en otros modelos. En suma, se trata de no vivir los viejos y añosos patrones.

Andrés Oppenhaimer en su libro Basta de historias ironiza acerca de esa actitud tan latina de aferrarse al pasado al grado de perder de vista el futuro. Es como una huella de identidad latinoamericana.

Toda nueva generación debe construir sobre las cenizas de las ideas de ayer. Cuando eso no ocurre entonces la tradición fosiliza, empequeñece y logra que la vida se estanque como el Mar Muerto, que sólo acumula, sin innovar ni avanzar.

La tradición sólo sirve para que los viejos se queden atados a las añoranzas de ayer impidiendo a los más jóvenes que avancen, olvidando que cuando ellos eran adolescentes y recién se enfrentaban a la vida tuvieron que revelarse frente a los patrones y modelos de sus progenitores, porque entendieron que era el único camino para seguir y avanzar. Lástima que la memoria no les permita recordar los sentimientos que experimentaron en ese momento y las broncas que acumularon cuando veían que sus sueños se veían limitados por viejos que le decían: “Las cosas siempre han sido así”.

La tradición sólo es un eslabón en la cadena de la vida, lástima que algunos lo hayan olvidado y la conviertan, a fuerza de porfía, en ancla que detiene e inmoviliza, precisamente, la vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

COMENTE SIN RESTRICCIONES PERO ATÉNGASE A SUS CONSECUENCIAS