La paradoja de las paradojas veraniegas:
nadie necesita más unas vacaciones
que el que acaba de tenerlas.
Premio de consuelo (el sueño del pibe):
Una siesta extra en año bisiesto.
Dormir en vacaciones, despertar de vocaciones.
Vocaciones dormidas, despertar en vacaciones.
Cuando era cabro lo único que quería
era que las vacaciones no terminaran nunca.
Ahora me conformo con que
las vacaciones de los demás no terminen.
Adiós verano, chao pescao...
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