¿Qué esperar del gobierno?


Lograr una existencia más auténtica para los chilenos sería un aspecto ineludible de un liderazgo político.

por Hugo Herrera - Diario La Tercera, 03/11/2011 - 04:00
problemas que ha debido afrontar, él mismo ha contribuido con lo suyo a que el actual estado de cosas no sea el mejor. Ministros desautorizados, un Presidente que habla a veces más de lo conveniente, o que de pronto se desaparece, intransigencias donde sería necesario negociar, o la disposición a cederlo todo allí donde habría que mantener posiciones, han provocado pérdida de confianza y desafección. Teniendo a la vista los traspiés del pasado reciente, parece recomendable formular una pregunta que, en otras condiciones, nadie consideraría ni siquiera necesaria: ¿Qué espera Chile de su gobierno?

Lo esperado son muchas cosas, pero pueden ser resumidas en dos palabras: liderazgo político. No se trata simplemente de liderazgo, que no le falta a esta administración. El énfasis hay que ponerlo en el adjetivo "político", porque el gobierno no es una empresa, ni los ministros sus ejecutivos. Si los resultados económicos, la rapidez en la toma de decisiones y la eficiencia en la gestión son aspectos relevantes para una sana administración del Estado, no son lo principal. La rapidez no sirve de mucho si el gabinete no se constituye en un verdadero equipo compenetrado con las tareas del gobierno completo, comprometido con el interés general de la nación, antes que con la gestión de una sola cartera. Pasar de una mera acumulación de ministros, donde cada uno habla y se ocupa de lo suyo, pero carece de coordinación y visión conjunta, a un gabinete como cuerpo organizado, requiere tiempo. Período dedicado a la conversación, a deliberar, a consensuar opiniones, a formar líneas de lealtades y confianzas. 

Se trata de tiempo muy bien gastado. ¿Qué oposición podría hacer frente comunicacionalmente a un gabinete compenetrado de su misión total, donde todos los ministros fuesen capaces de apoyar y volver a justificar las opiniones de los otros o del Presidente? ¡Ni importaría casi que nuestro ministro del Interior se abocara preferentemente a tareas de seguridad! 

Tampoco la eficiencia o el éxito económico sirven por sí solos. La lógica económica no puede ser la última palabra. Porque se trata de una lógica donde las partes valen en la medida en que sirven. El gobierno debe tener a la vista no sólo a los útiles, sino también a los "inútiles": poetas, pobres, viejos, filósofos, niños, científicos, etc., todos los cuales no generan recursos económicos, pero enriquecen la existencia nacional. Más preocupación por los sindicatos, por las regiones, por la estética de nuestras ciudades, por su arquitectura, por lograr una existencia más auténtica y natural para los chilenos serían aspectos ineludibles de un liderazgo propiamente político que se desmarque del exclusivamente económico.

Probablemente, no sea mucho más que esto lo que se le está pidiendo al gobierno. Quizás con enfocarse en estos dos puntos, permitiría insertarse mucho mejor en un entramado de decisiones que revelen lo que hasta ahora ha faltado: conducción política.

1 comentario:

  1. El gobierno está embarrándola, con mucha soberbia y muy poca capacidad de construir confianzas y liderazgos. Excepciones: Allamand y Longueira.

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