La Economía Mundial‏


osé Ramón Valente, socio y director ejecutivo de Econsult:
"Va a tardar años solucionar el problema de la unidad política en Europa"

El experto confía en que finalmente las autoridades llegarán a la conclusión de que deben mantener unida la región y, además, descarta una nueva recesión.  

Gabriela Villalobos 
Diario El Mercurio, miércoles 7 de septiembre de 2011

Contrario a la percepción de las bolsas, para José Ramón Valente -socio y director ejecutivo de Econsult- Europa no se encuentra en una situación excesivamente riesgosa. "Tiene niveles de endeudamiento consolidado bastante por debajo del 100% del PGB, el déficit fiscal es del orden del 4% y hay crecimiento. Es decir, a nivel consolidado Europa funciona", dice Valente. Eso sí, el experto admite que existe un problema político que está debilitando a la región.

-¿Qué pueden hacer las autoridades para reforzar la estabilidad política de la Eurozona?

"En este momento se debe transmitir confianza. Yo creo que la decisión de los líderes europeos va a ser mantener la eurozona unida. Hay consecuencias muy grandes en juego. Los votantes alemanes no quieren pasar recursos a Grecia, pero puede que en un minuto la decisión de no hacerlo signifique que Grecia se salga de la Eurozona. Algunos dicen 'qué importa que Grecia devalúe su moneda', pero eso puede llevar a una corrida bancaria que podría extenderse al resto de Europa".

"Una herramienta para lograr esa unión es emitir bonos en conjunto: como Alemania tiene los mayores recursos, tendría la mayor responsabilidad al momento de garantizarlos, pero serían papeles con el respaldo de todos los países de la Eurozona".

-Una solución así requiere de tiempo, de negociación, pero los mercados están exigiendo una solución rápida...
"Estos son pequeños tiras y aflojas. No puedes tomar grandes decisiones porque te puede costar el electorado. En el caso de Grecia, tienes que ir por un lado convenciendo al electorado que se tienen que ajustar el cinturón, eso cuesta. Son procesos lentos. Nadie puede criticar a las autoridades de demasiada cautela. Resolver todo el problema político va a tardar años, necesitas fortalecer las instituciones y negociar mucho".

-Entonces los mercados seguirán cayendo...

"Los mercados de cierta forma le están ayudando a las autoridades. Italia hoy (ayer) aumentó sus medidas de austeridad. Eso, sin el nerviosismo de los mercados, hubiese tardado más, porque las caídas son una evidencia de que se debe actuar".

-¿Pero no hay riesgos de que detonen una crisis?

"Las crisis ocurren cuando llegan de manera inesperada. Pero si ves un precipicio, no vas a dar un paso adelante. No creo que estemos ad portas de una recesión en el mundo desarrollado, habrá un crecimiento lento".


Los expertos por ahora descartan una recesión
Economías asiáticas: desde China a Corea del Sur ya se observan signos de desaceleración

Aunque la región es la más preparada para enfrentar una nueva crisis, está mostrando una baja de las exportaciones.  
 por Luz María Zambrana
Diario El Mercurio, miércoles 7 de septiembre de 2011 

Grandes esperanzas se centran en Asia ante un panorama en el que Europa está sumida en una crisis de difícil solución y en el que los datos sobre la economía de EE.UU. -como la falta de creación de empleos en el último mes- sólo añaden nerviosismo.

La región ha liderado el crecimiento mundial en los últimos años y ha ganado sustancialmente poder en términos económicos luego de la crisis que comenzó en 2008.

Su crecimiento estimado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) es de 8,4% para los siguientes dos años, mientras que para los desarrollados se espera una expansión de 2,2% y 2,6% en 2011 y 2012.

Con posiciones fiscales con mucho mejor salud que en Occidente, crecimientos sólidos, un sistema financiero que salió saneado de la crisis asiática de fines de los 90, pero sobre todo una demanda interna en plena explosión, muchas de estas economías emergentes se muestran menos vulnerables a los shocks externos que otras.

Sin embargo, los analistas advierten que nadie es inmune ante una eventual profundización de la crisis que atraviesan EE.UU. y Europa.

"Asia es la región del mundo en mejor posición para afrontar la crisis en los desarrollados, lo que no quiere decir que no sufra también por la misma", afirma Alicia García-Herrero, economista jefe de mercados emergentes del BBVA.
Los canales de transmisión, según Capital Economics, son una menor demanda para las exportaciones y una interrupción de los flujos de capital globales.

En cuanto al comercio, Norteamérica y Europa siguen siendo los mercados más grandes de productos asiáticos. Asimismo, una recesión en estas regiones impactará en la inversión extranjera que ha impulsado sectores como el inmobiliario y el manufacturero. Además, la aversión al riesgo de los mercados de capitales quedó clara a principios del mes pasado cuando por noticias como la rebaja del rating soberano de EE.UU., las economías emergentes vieron fuertes caídas en sus bolsas.
Pero la región ya está mostrando signos de desaceleración por la menor actividad mundial, la interrupción de la cadena de suministros por el terremoto de Japón, así como por la lucha de sus autoridades en contra de la inflación que en varios países es preocupante. Sin embargo, "es poco probable que India y China (las dos principales economías de Asia emergente) vean un aterrizaje forzoso y seguirán sosteniendo el crecimiento mundial", opina Rahul Bajoria, economista regional de Barclays Capital.

¿Pero será suficiente para compensar una contracción de los desarrollados? De acuerdo al Banco Asiático de Desarrollo, la región genera un tercio del PIB global en términos de paridad de poder de compra y en 2050 podría llegar a ser la mitad. Sin embargo, en cuanto al consumo, aún no da la talla. En EE.UU. el gasto del consumidor representa cerca del 70% del PIB, mientras que en China es de 33%.

"No podemos esperar que sea el motor de la economía mundial en la medida que el tamaño de su mercado interno, aunque está creciendo rápidamente, sigue siendo insuficiente para que los países desarrollados puedan exportar suficiente a Asia y salir de su situación gracias a esa demanda", afirma García-Herrero, pero destaca que "sí podemos esperar que la región sobreviva a la crisis sin sufrir una recesión porque, en general, tiene suficiente espacio para hacer políticas fiscales y monetarias contracíclicas si fuera necesario".

Pero incluso si China volviera a hacer un gran paquete de estímulo como el que lanzó para la crisis de 2008, de acuerdo a Mark Williams, de Capital Economics, es probable que la mayor parte del beneficio se lo lleven los productores de commodities y podría tener el efecto negativo de mantener la inflación alta, socavando los ingresos y limitando la capacidad de maniobra de las autoridades.

 Corea del Sur:

Creció 0,8% en el segundo trimestre en relación al período anterior, una expansión menor a la anticipada. En tanto, la inflación no ha mostrado signos de ceder y en agosto aumentó a su ritmo más rápido en tres años, con un alza de 4,5% en lo que va del año. El Banco Central espera que el crecimiento se desacelere hasta 4,3% este año, desde el 6,2% de 2010.
Taiwán: Logró un aumento de 0,23% en su PIB entre abril y junio en relación al período anterior. El gobierno ha rebajado sus expectativas para todo el año desde 5,01% hasta 4,81%.

Tailandia: La expansión cayó más de lo esperado con un retroceso del 0,2% en el último trimestre, que se compara con un alza de 2% en el período anterior. Sin embargo, se espera que el crecimiento repunte una vez que se reviertan los efectos del terremoto en Japón que golpeó fuertemente la industria tailandesa. En tanto, el Banco Central ha subido nueve veces la tasa para enfrentar la inflación.

Las incógnitas en el gigante asiático e India

China se desacelera: Hasta ahora su economía ha venido mostrando un crecimiento de cerca del 10% por ocho años. Pero pronto podría ver la expansión de su producto caer al 9% e incluso por debajo, según expertos.

Varios bancos de inversión han estado reduciendo sus pronósticos para la segunda economía más grande del mundo debido a la debilidad de sus principales socios comerciales: EE.UU., Europa y Japón. UBS rebajó sus proyecciones para este año de 9,3% a 9% y para 2012 ahora calcula un 8,3%. JPMorgan espera que el ritmo de crecimiento se reduzca hasta menos de un 9% en 2011 y hasta un 8,5% el próximo año. Sin embargo, en recientes declaraciones, el premier chino, Wen Jiabao, dio a entender que la desaceleración se debe sobre todo a las políticas gubernamentales dirigidas a reducir la inflación.
El IPC aumentó hasta el 6,5% en julio, el nivel más alto en 37 meses. Los analistas esperan que se mantenga alto, pero que comience a ceder hacia fin de año.

India lucha contra la inflación: De acuerdo a Alicia García-Herrero, del BBVA, India está entre los países de Asia emergente que podrían tener una mayor vulnerabilidad ante una recesión de Occidente. Esto porque no tiene una posición fiscal tan sólida como otros países de la región. Sin embargo, Rahul Bajoria, economista de Barclays Capital, afirma que "lo más probable es que siga creciendo fuertemente, gracias a su demanda interna, una fuente de crecimiento clave que no depende del ciclo mundial. Seguramente habrá algunos efectos (de la crisis de los desarrollados), pero deberían ser limitados".

En tanto, India acaba de publicar su tasa de expansión para el segundo trimestre, que aunque fue levemente menor a la anterior (7,7% vs. 7,8%), superó la expectativa del mercado. Esto hace creer a los analistas que las autoridades continuarán con su lucha contra la inflación. Hasta ahora el Banco de la Reserva de India ha aumentado en 11 veces su tasa clave desde marzo de 2010. La inflación, basada en los precios al por mayor llegó a 9,22% en julio y en agosto mostraba signos de seguir creciendo.

Indonesia: Como el cuarto país más poblado del mundo, Indonesia es el tercer mercado emergente asiático más grande. El gobierno estima una tasa de crecimiento de 6,5% este año, luego de registrar ese mismo número en el primer y segundo trimestre. El país ha mostrado una importante resistencia a la crisis de 2008-2009, con un alza de 4,5% de su PIB, lo que lo pone tras China e India. Asimismo, no ha visto su actividad frenada por el banco central como las otras economías de la región, ya que la autoridad no ha sido tan agresiva en su control contra la inflación y no ha elevado las tasas de interés desde febrero. Sin embargo, los precios se aceleraron en agosto hasta 4,79% desde el 4,61% de julio.


La imagen de las empresas semiprivadas puede no ser tan buena como se cree:
La "privatización" de China

Los costos ocultos de un capitalismo de Estado. Entre 1995 y 2001 
el número de empresas estatales y controladas por el Estado cayó en cerca de dos tercios.  

The Economist
Diario El Mercurio, miércoles 7 de septiembre de 2011

Después de un accidente mortal de un tren de alta velocidad en la provincia de Zhejiang en julio, las autoridades enviaron bulldozers para enterrar los restos.

El accidente fue una vergüenza, un recordatorio de que el Estado dirigido de China, raudo hacia la modernización, ha tomado atajos, cuenta con normas de seguridad de pacotilla y una asombrosa cantidad de corrupción.

Eso contradice la historia oficial, en donde China ha llegado a ser la segunda mayor economía del mundo gracias a la sabia conducción del Partido Comunista. Más que lidiar con una incómoda contraevidencia, el partido ha tratado de sepultarla.
No es de extrañar que sea difícil juzgar el modelo de economía chino liderado por el Estado. Las acciones del gobierno yacen ocultas bajo cientos de toneladas de secretos. Pero las compañías semiprivadas de China, junto con ser muy variadas, son menos admirables de lo que popularmente se cree.

Bajo Mao era simple, ya que el gobierno controlaba todo. Pero esos días se han ido. Desde 1993, Beijing ha impulsado el gaizhi para las empresas de propiedad del Estado, lo que significa "cambiar el sistema". Entre 1995 y 2001 el número de empresas estatales y controladas por el Estado cayó en cerca de dos tercios, desde 1,2 millones a 468 mil, y la proporción de trabajadores urbanos empleados en el sector estatal cayó casi a la mitad, desde 59 a 32%. Sin embargo, gaizhi no es simplemente un eufemismo para "privatización"; también ha creado una variedad de híbridos público-privados.

En un extremo del espectro están los gigantes estatales en industrias que el gobierno considera "estratégicas", como la banca, telecomunicaciones o transporte. Éstas pueden haber vendido participaciones minoritarias a inversionistas privados, pero operan más o menos como reparticiones ministeriales. Los ejemplos incluyen al China Construction Bank, un enorme soporte de proyectos de infraestructura, y China Mobile, un gigantesco operador de telefonía móvil.
Luego vienen los joint ventures entre compañías privadas (por lo general extranjeras) y entidades respaldadas por el Estado. Típicamente, las empresas extranjeras aportan tecnología y sus socios chinos proveen acceso al mercado chino. Los joint ventures son comunes en campos como la fabricación de automóviles, logística y agricultura.

Un tercer grupo de empresas aparecen como completamente privadas, donde el gobierno no tiene participación directa en ellas. Sus jefes no son cargos políticos, y son recompensados por logros comerciales antes que por cumplir metas políticas. Pero aún son objeto de frecuentes intromisiones. Si son favorecidas, los bancos controlados por el Estado los proveerán de créditos baratos y los burócratas "mojarán" a sus competidores extranjeros. Dicha intromisión es común en áreas como la energía e internet.

Un cuarto nivel de compañías chinas es alimentado por inversiones de gobiernos locales, frecuentemente a través de capital de riesgo provisto por los municipios o fondos de capital privado. Estos fondos típicamente chapotean en tecnologías limpias o alquiler de locales.

Estas compañías con sus variados tipo de influencia estatal tienen numerosas fortalezas. Invierten pacientemente, imperturbables a las demandas de corto plazo del mercado accionario. Ayudan al gobierno a lograr sus metas de largo plazo, como encontrar alternativas para los combustibles fósiles. Construyen los caminos, puentes, represas, puertos y ferrocarriles que China necesita para sostener su rápido crecimiento económico.

Pero el estatismo también tiene altos costos. Lo primero es la corrupción. Cuando los peces gordos locales pueden lograr contratos con firmas que ellos mismos controlan, los injertos se expanden como la gripe aviar. Algunas veces compañías bien conectadas toman una importante participación y luego traspasan el trabajo real a subcontratistas, con escaso cuidado por los estándares.

El segundo problema es que las grandes empresas respaldadas por el Estado excluyen los pequeños emprendimientos. Engullen capital que las firmas privadas de China genuinamente podrían utilizar para ser mucho más eficientes, amasando deudas problemáticas que eventualmente podrían ocasionar al país un gran problema.

Ellos también emparejan el juego de otras formas, disfrutando acceso privilegiado a tierras y permisos. Las pequeñas firmas privadas con frecuencia están inseguras sobre si lo que hacen es incluso legal. Nada de esto ha impedido que China crezca a un asombroso ritmo. Pero la calidad del crecimiento también importa, como indican las protestas en Zhejiang.
Los líderes chinos deberían estar alerta de los costos ocultos del capitalismo del Estado.

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