"En Israel sobre el 90% del agua se reutiliza"

Eilon Adar, experto israelí en gestión de aguas
"En Israel sobre el 90% del agua se reutiliza"
por Martina Salvo de Oliveira
Diario El Mercurio, Revista del Campo, lunes 12 de septiembre de 2011
http://diario.elmercurio.com/2011/09/12/revista_del_campo/_portada/noticias/E31A56BA-9823-4232-934E-C327F8840A4C.htm?id={E31A56BA-9823-4232-934E-C327F8840A4C}

El experto considera que con la introducción de tecnologías de punta,
Chile tendría potencial para sacar real rinde al esquivo recurso, cada
vez más escaso.

¿Se imagina introducir agua de mar u orina en un pequeño recipiente,
esperar que el líquido pase por las turbinas y filtros interiores, y
finalmente, beberlo sin temor a tomar agua salada o contaminada? Con
tecnología israelí, hacer eso es posible.

En Israel han transformado las limitaciones que tienen para
abastecerse con el recurso hídrico, en oportunidad para ser más
eficientes.

No les importa tener más de la mitad del país -del orden de 12 mil
km2- ocupado por el desierto Neguev; tampoco que las arenas doradas
acentúen los veranos largos y secos en el país; menos se complican con
la escasez de lluvias o la poca agua que corre por su geografía. Para
Israel las adversidades no han sido impedimento para convertirse en
líderes mundiales en gestión del recurso. Hoy, sobre el 90% del agua
que consumen es reciclada y reutilizada.

Ante la escasez hídrica nacional, contrastada con ráfagas de exceso
que son desaprovechadas porque no hay infraestructura para retener el
agua -según expertos, en Chile, de los 120 mil millones de m3 con que
se cuenta en promedio al año, del orden de 20 mil millones se utilizan
y lo demás se pierde en el mar-, Chile mira con mucha atención las
fórmulas que viene implementando Israel.

En ese país es común ver grandes invernaderos de vidrio o plástico, e
incluso producción acuícola en medio del desierto.

A través de la concientización de la sociedad y la introducción de
tecnologías de punta para la purificación de las aguas residuales han
logrado sortear la escasez interna de agua, obtener altas
producciones agrícolas e incluso exportar sus innovaciones al mundo.
Más allá de las fronteras, en zonas áridas como el desierto de
Kalahari, en Namibia, o en algunas zonas de Kazajistán, se han
instalado plantas e implementado proyectos y tecnologías made in
Israel.

"Hemos convertido la falta de agua en oportunidad para ser más
eficientes", explica Eilon Adar, director del Instituto Zuckerberg de
Investigaciones sobre el Agua, dependiente del Instituto Blaustein de
Estudios del Desierto de la Universidad Ben Gurión.

De hecho, la semana pasada en una visita flash, Adar no sólo expuso en
dos seminarios -uno en Santiago y el otro en Antofagasta-, además se
dio el tiempo de conversar con la Comisión Especial de Sequía
Atacama-El Maule de la Cámara de Diputados, e incluso se reunió con
autoridades de la Dirección General de Aguas y del Ministerio de Medio
Ambiente, entre otras organizaciones, haciendo hincapié en las
tecnologías que se podrían adoptar en Chile para aprovechar de forma
más eficiente el recurso. Y no era primera vez que venía. Antes había
estado en territorio nacional discutiendo el mismo tema con
organizaciones como la Fundación Chile.

En su apretada agenda, hizo una pausa para hablar de lo que se está
haciendo en Israel y las oportunidades que visualiza para Chile.

-Se habla de Israel como un modelo para el mundo en materia de
aprovechamiento de aguas ¿Cómo se instaura esa manera de hacer las
cosas en el país?

-Nos dimos cuenta de que consumíamos más de lo que nos proveía la
naturaleza, y nos preguntamos, ¿cómo puede ser eso? No estaba bien esa
dinámica. Dado que las condiciones climáticas son complejas en Israel,
hay que conocer el territorio para suplir las necesidades de consumo,
especialmente las agrícolas, dado que es el sector que más consume
agua.

Ante la necesidad empezamos a pensar en soluciones como desalinizar el
agua de mar y generar agua artificial para el sector de la agricultura
y la industria. Hoy, Israel lidera en el mundo en la reutilización de
aguas, con sobre el 90% de sus aguas tratadas, reutilizadas.

-¿Cuáles son las tecnologías más relevantes que han introducido para
la gestión más eficiente del recurso?

-Israel ha levantado el sistema de gestión de aguas más eficiente del
mundo, con la inclusión de distintas tecnologías de innovación. Somos
high tech, tenemos todo computarizado, lo cual ha permitido alcanzar
cifras relevantes.

Tenemos sistemas muy sofisticados de irrigación y también hemos
desarrollado fuerte el concepto de la desalinización de agua de mar,
teniendo las mayores plantas de desalinización del mundo.

Integramos sistemas de fertirrigación, con sensores que miden la
radiación del agua, la transpiración de la planta para inyectar agua y
nutrientes. Podemos medir el agua del suelo, la evaporación,
controlarla, ponerle minerales, o sólo nutrientes, dependiendo de lo
que necesite la planta.

También tenemos procesos para salvar la evaporación de la planta
cuando transpira por exceso de agua. Y los procesos de irrigación que
utilizamos en el desierto son medioambientalmente sustentables.

Lo que más impacta es que los cambios grandes se han hecho en pocas décadas.

-Pero me imagino que hacer todo eso, cambiando la configuración de
gestión de aguas del país en poco tiempo, no ha sido fácil ni barato,
¿cómo lo toman los sectores productivos como el agrícola?

-Tratar el agua en procesos como el de desalinización es más caro,
pero, sorpresa, la agricultura puede pagar y se ha vuelto más
eficiente por metro cúbico por minuto, porque usan la eficiencia
extrema.

Al servicio del agro

En Israel, cuando se abre la llave, todos lo hacen con mucho cuidado
para no despilfarrar el recurso. Está muy instaurada la idea de
ahorrar, y hay agresivas campañas que fomentan, por ejemplo, el cerrar
la llave de paso. Y los que no cumplen salen perdiendo feo, porque hay
sanciones materializadas en cobros extras que son altamente
significativos.

Por ejemplo, allá los agricultores pagan al menos 35 centavos de dólar
por metro cúbico de agua tratada que utilizan. Es decir, pagan por el
agua ya filtrada. Además, se sanciona con cargos adicionales a quienes
usan el recurso en exceso, y se premia a quienes la reciclan con
incentivos. Esa lógica los motiva a cuidar el recurso.

-¿Cómo se han insertado los agricultores en la lógica moderna de la
gestión eficiente del agua?

-Dado que la agricultura es el sector que más consume agua, en Israel
los agricultores pagan según el volumen que consumen.

Junto con el riego por goteo, que es una técnica que se usa hace
décadas, se han instalado muchas plantas desalinizadoras. Y el agua
usada por el sector agrícola tiene una eficiencia de uso de 92% por la
utilización de fertirriego por goteo. Así, los productores producen
más con menos; ellos pagan por el agua, pero también obtienen
incentivos para producir. Si son más eficientes son subsidiados.

En Israel sobre el 70 por ciento del agua que usa la agricultura es
reutilizada desde aguas desalinizadas o aguas negras, y sólo el 30% es
fresca. Además, el 25% de las aguas lluvia se recolecta, sólo por dar
algunas cifras.

En 1965 la agricultura en el país consumía 1,1 billones de metros
cúbicos para regar al año y el ciento por ciento era agua fresca, con
una población de 3,2 millones de personas. Hoy, según cifras de 2010,
con el doble de población, 7,5 millones de personas, la agricultura
consume un poco menos, 0,998 billones de m3 al año, pero produce 30
veces más.

En Israel el agua es entendida como un commodity, al igual que el
petróleo o el cobre. En términos de administración, el recurso se
distribuye entre localidades y son las autoridades locales quienes la
gestionan cobrando un costo extra a quienes gastan más. La sociedad es
consciente de que debe cuidarla y pagar por su uso.

-¿Cómo ve la situación en Latinoamérica y las oportunidades de mejorar
la gestión del agua en el agro chileno?

-En América ustedes están locos, despilfarran mucho. ¡Deben cuidar el
agua! No hacerlo, desde el punto de vista económico, es un sinsentido.

En Chile el agua es más o menos gratis. No es que recomiende elevar
las tarifas, pero sí cambiar la percepción de que es gratis. Falta un
tema de educación, de apreciar los recursos naturales.

También creo que sería factible traer tecnologías de Israel y
adaptarlas a modelos locales. Chile tiene muchas similitudes con
Israel, por ejemplo en su desierto de la zona centro-norte. Para
administrar el recurso hídrico en el desierto de Atacama en Chile, en
Sudamérica o otros países del mundo, se puede introducir tecnología
israelí, pero hay que adaptarla a las condiciones locales.

-¿Habría entonces posibilidad de insertar estos modelos en la
agricultura nacional?

-Primero hay que diferenciar. Es muy distinto hablar del comercio, de
granjas familiares o un gran campo. También hay que ver de dónde
proviene el agua. Mientras en el sur de Chile hay excesos, en el norte
tienen menos recursos; pero a la vez disponen de mucha agua salada.
Hay que pensar en un desarrollo en términos cuantitativos y
cualitativos, y para qué lo vamos a destinar, es decir, para qué
especies plantadas.

Acá hay más acceso, pero hay que ver la capacidad de las comunidades
locales de implementar esto, de adaptarse. Además, pagamos un monto
por eso, habría que ver la disposición de los distintos sectores.

-¿Cómo visualiza el escenario futuro para el agua?

-A veces, cuando hago presentaciones, las personas piensan que estoy
loco por las ideas que planteo. Creo que para un científico eso es
bueno. Creo que puede haber conflictos cuando el origen del recurso
proviene de otros países. En el caso de Israel puede pasar con
Palestina, Jordania, Siria, Egipto y Libia. Pero depende del foco. Por
ejemplo, hoy en día enviamos mucha agua a Gaza, porque es necesario
políticamente, y moralmente correcto.

Entonces, no necesariamente tiene que haber conflictos, si el mundo
toma conciencia de la importancia del agua.

Si me preguntas las claves en dos ideas, te digo que es fundamental la
educación y entender que el agua es un commodity, como el oro, el gas,
el petróleo, o la gasolina, y se debe valorar y pagar.

En Israel sobre el 70% del agua utilizada en agricultura es de
reciclaje, ya sea de agua de mar o aguas negras.

Feria Watec 2011Irrigación, tratamiento, desalinización,
estabilización y tecnologías con membranas, son parte de los temas que
se van a discutir entre el 15 y 17 de noviembre en la Conferencia de
Tecnologías de Agua, Energías Renovables y Control Medioambiental, en
el Centro de Exhibición de Tel Aviv, en Israel. La Embajada de Israel
en Chile está haciendo programas de trabajo para esa fecha, con
visitas técnicas.

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