En video y fotografía:
por Richard García
Diario El Mercurio, lunes 4 de julio de 2011http://diario.elmercurio.com/2011/07/04/ciencia_y_tecnologia/ciencia_y_tecnologia/noticias/0EB6A366-4F56-4DAE-9E7F-1FA36833E320.htm?id={0EB6A366-4F56-4DAE-9E7F-1FA36833E320}
La iniciativa es impulsada por el documentalista Fernando Luchsinger y
el fotógrafo Eduardo Sorensen
y busca cambiar la mirada de los chilenos frente a la biodiversidad de
sus mares.
Uno de los más ambiciosos esfuerzos para documentar el mar chileno
está en pleno desarrollo. Se trata del proyecto Frontera Azul, que
impulsan el documentalista Fernando Luchsinger y el fotógrafo Eduardo
Sorensen.
"La gente piensa que bajo la superficie el mar chileno es oscuro, sin
vida y sin color, queremos mostrarle que no es así", explica el
primero.
Su idea es registrar el mundo subacuático de Chile en alta resolución,
tanto en imagen de video como de fotografía. "En principio preparamos
un programa de televisión, pero esto va más allá, queremos mantener el
registro en el tiempo, trabajar con fundaciones y obtener más
financiamiento", señala Sorensen, quien lleva fotografiando la
biodiversidad del mar chileno desde el año 2000, tanto en forma
personal como trabajando para la ONG Oceana.
Ya proyectan un sitio web en el que irán colocando información con
pequeños reportajes y videos sobre lugares que vayan descubriendo,
porque mucho está por hacerse.
"Nos damos cuenta de que en la medida en que tengamos más registros de
un área, podemos disponer de evidencia suficiente para justificar la
creación de un parque marino", asegura Luchsinger, quien ya ha
trabajado con organizaciones como Fundación Huinay y Whale Sound.
El trabajo que llevan hasta ahora les ha deparado sorpresas. "Hemos
experimentado un reencantamiento con la zona central. Hay muchos
lugares donde no se bucea porque se piensa que no tienen atractivo,
pero son casi siempre prejuicios". Cuenta que a cuatro metros de
profundidad bajo el muelle Barón en Valparaíso, pudieron encontrar
parientes del caballito de mar, anguilas, y crustáceos de todo tipo.
"Es un punto muy bueno para que la gente vea la biodiversidad".
Otro lugar sorprendente es el entorno de la reserva marina de la
Universidad Católica en Las Cruces, que también apoya al proyecto.
Encontraron allí nudibranquios (caracoles sin concha) que han sido
catalogados mucho más al sur.
También observaron gorgonaceas, especie de ramas rojas y moradas
parientes de los corales, al lado de esponjas.
Otro ecosistema sorprendente que ya encontraron con sus cámaras son
los pastos marinos, que están presentes en Punta Cachos (donde se
construirá la central Castilla) y en Puerto Aldea, cerca de Tongoy.
"La única otra parte donde se han visto es en Tasmania, al otro lado
del Pacífico. Suponemos que deben estar relacionados con alguna napa
de agua dulce subterránea", dice Sorensen.
Ahora se preparan para ir a documentar la zona de Magallanes, ya que
las aguas son más claras en invierno. "Esto, en general ocurre en todo
el océano; en verano, las aguas son mucho más turbias, son puros
huevitos de distintas especies que están creciendo".
Les falta todavía registrar las costas desde O'Higgins hasta La
Araucanía. "Es una zona con un mar con mucho oleaje, pero
probablemente es muy interesante bajo la superficie", considera
Sorensen. También les interesa Cabo de Hornos, el Beagle, la Antártica
y las islas Desventuradas.
El proyecto apunta no sólo al mar. A largo plazo no descartan
documentar los lagos y ríos interiores, muy ricos también en especies
llamativas.
"Con la fotografía y el video buscamos darles un rostro a esos
animales que figuran en listas de especies en peligro. Si el nombre
científico se transforma en un pez de varios colores que vive en Isla
de Pascua, la gente siente más emoción", dice Luchsinger.
Experiencia previa
El trabajo de documentar el mar chileno ha sido escaso, pero hay
experiencias importantes. Destaca el estudio del Dr. Alfredo Cea,
quien obtuvo las primeras imágenes en película cinematográfica de la
Esmeralda hundida. También es importante la labor documental de Sergio
Nuño, con "La Tierra en que Vivimos", y de los hermanos Gedda, con "Al
Sur del Mundo". El propio Jacques Cousteau visitó las aguas chilenas y
la Antártica en los años setenta.
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