Larry David: ¿Sociópata o superhéroe?

Cable:
por Francisco Aravena F. | francisco.aravena@quepasa.cl.
Revista Qué Pasa, 14/07/2011http://www.quepasa.cl/articulo/guia-del-ocio/2011/07/11-6123-9-cable-larry-david-el-superheroe.shtml
 
(Se recomienda ir al sitio para ver la imagen que acompaña este comentario)
 
A estas alturas, cuando recién comienza la octava temporada de Curb
your enthusiasm, la figura de Larry David, el comediante de cuya calva
cabeza salió Seinfeld, ya pasó de ser un ídolo a ser un superhéroe:
lo suyo ya es una cruzada al rescate de la parte sensata de la
humanidad. Primero salvó del desamparo a la legión de viudos de
aquella serie supuestamente "sobre nada", pero eso no fue todo. Desde
ese entrañable piloto para HBO en el que ficciona un "documental"
sobre su regreso a la comedia tras el fin de Seinfeld (piloto que se
transformaría en Curb your enthusiasm, la serie), Larry David
emprendió un camino que lo llevó desde un divertido ejercicio
estilístico a erigir un nuevo clásico de la comedia en televisión.
 
Lo que comenzó como un rescate de un sentido del humor terminó siendo
el rescate del sentido común: a menudo a costa de su propia imagen (es
cierto que a veces el hombre queda como un sociópata) y, a ratos, de
la comodidad del propio espectador, Larry David nos da una salida
entre las trampas de las convenciones sociales y la corrección
política. Larry es la voz que te dice que no estás solo si no te gusta
parar en la calle a conversar con conocidos, si te molestan las
personas que abusan del privilegio de probar sabores en una heladería,
si te desagrada la dictadura de los niños, si odias a la gente que
habla fuerte por teléfono con su manos libres en la oreja, o si te
parece tonto que te ofrezcan un "tour" por una casa nueva, si al fin y
al cabo, lo único que hay son piezas y baños. Por supuesto, a través
de los anteojos de Larry David las cosas se magnifican, las
situaciones son más ridículas, más incómodas, más absurdas. Pero en la
caricatura del mundo exterior, de esa hostil selva social en la que
debemos sobrevivir, se agiganta también la figura del pelado que llegó
a decirte que no eres tú quien está mal… Y si lo estuvieras, al menos
no estás tan solo.

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