El lucro en la Universidades... (2 cartas)

Cartas
por Alicia Romo Román
Rectora de la Universidad Gabriela Mistral
Diario El Mercurio, Viernes 08 de Julio de 2011
http://blogs.elmercurio.com/columnasycartas/2011/07/08/el-lucro.asp

Señor Director:

En su discurso del martes el Presidente reconoció el importante
crecimiento que ha tenido la educación superior en el país, que se ha
multiplicado cinco veces, alcanzando todos los grupos sociales. Pues
bien, dicho crecimiento es mérito exclusivo de las instituciones de
educación privadas que, con inversiones notabilísimas, han hecho
posible tal desarrollo, llegando a ofrecer sus servicios a sectores de
la población alejados de toda posibilidad de estudios superiores.

Hay una deuda país pendiente, en reconocer al capital privado como la
causa eficiente de este desarrollo notable para nuestra sociedad.
Asumiendo riesgos, hipotecando recursos personales, sacrificando
posibilidades de negocio, las personas que asumieron estas empresas
han trabajado, por treinta años, para alcanzar este resultado que el
mundo reconoce como un logro meritorio del país. La calle sin embargo,
grita y clama en medio de consignas ideológicas, acerca del lucro que
tendrían estas instituciones y aparecen múltiples voces que respaldan
esta actitud. El lucro, con esa connotación peyorativa impuesta por la
ideología, se ha convertido en piedra de toque para acuerdos
esenciales en un tema crucial para nuestro desarrollo: la Educación
Superior.

En realidad, no existe ninguna universidad que, en perjuicio de la
institución, tenga tales fines. Todas tienen que competir; tienen que
invertir, para poder estar en condiciones de hacerlo adecuadamente;
tienen que mejorar sus programas para ofrecer lo que el mercado
necesita y exige; para satisfacer a su alumnado, mejorar las
condiciones de su profesorado, ampliar o mejorar infraestructura. Con
estas necesidades difícilmente queda espacio para hablar de lucro; que
algunas instituciones tengan una inmobiliaria, que arriende las
instalaciones a la universidad, no constituye fin de lucro, porque lo
que se necesita y no se tiene hay que arrendarlo y la propiedad puede
ser del grupo organizador o de un tercero, como en muchos casos del
actual sistema.

No es lo mismo ser una institución creada con recursos públicos, del
erario nacional, que instituciones financiadas con recursos privados,
que bien hubieran podido, con alta rentabilidad, ser invertidos en
otras áreas. No se custodia mejor el interés general cuando no se
advierte lo que pasa en instituciones públicas donde académicos de
tiempo completo son visitantes en su institución, o donde el exceso de
personas encarece ineficientemente una tarea. Las instituciones
privadas tienen que tener eficiencia y si no la logran, perecen, y eso
es bueno porque genera una selección al interior del sistema.

Lucro o justas utilidades se obtienen en diferentes actividades y con
distintas actitudes. Se puede señalar como tal el salario por el
trabajo, la patente, que permite negociar una invención, el acuerdo
con personas para que realicen de mejor forma o en plazo más breve
alguna actividad, la venta de servicios, que realizan todas las
universidades, tanto del sector público como privado, la asociación
con académicos para desarrollar un determinado programa que se vende;
en fin, la enumeración puede ser infinita dado que la necesidad de un
retorno económico preside casi todas las actividades humanas. Es
natural que quien presta un servicio, ocupa un tiempo y recursos que
de otro modo destinaría a otra área, exija un producto a su inversión.

Si derribamos la barrera de las añejas ideologías y trasladamos el
problema del lucro a la actualidad, resulta fácil comprender esta
realidad, aceptándola como natural a toda actividad humana, que por
ello exige respeto, es honorable y sirve con una eficiencia necesaria
para avanzar hacia las metas que la sociedad espera y necesita.
Así como antes se aceptó en educación básica y media, es necesario que
se modifique la ley y se elimine la mención: "sin fines de lucro" para
todo el sistema privado. Pagar impuestos por la actividad educacional
con utilidades parece razonable y mucho más todavía cuando eso
significa que los insumos del sistema tendrán un diecinueve por ciento
de rebaja al recuperar IVAs, que hoy recargan los costos de las
universidades.


Domingo 10 de Julio de 2011
Límites morales del lucro
por Renato Cristi
Diario El Mercurio, domingo 10 de julio de 2011
http://blogs.elmercurio.com/columnasycartas/2011/07/08/el-lucro.asp

Señor Director:

Alicia Romo piensa que quienes desean excluir al lucro de la educación
superior lo hacen fundados en "añejas ideologías". Piensa, por su
parte, que el lucro "es natural a toda actividad humana". No me
parece. Afirmar la naturalización del lucro y la extensión de la
lógica del mercado a toda actividad humana, sin previa justificación
moral, es caer en un juego ideológico.

Los economistas de Chicago, de quien Romo deriva sus ideas, creen
poder justificar la universalización del lucro apelando al carácter
voluntario de las transacciones contractuales. De este modo, no sólo
son justificables la prostitución y el cafichismo, sino también la
drogadicción y el narcotráfico, la extorsión, el contrabando, la
usura, la prensa amarilla, la compraventa de guaguas, el comercio
libre de riñones, la especulación y el abuso del medio ambiente. A
esta enumeración, Gary Becker ha agregado últimamente la
comercialización de la ciudadanía estadounidense que propone vender a
quien quiera pagar cien mil dólares.

La "enumeración" de actividades lucrativas "puede ser infinita",
afirma Romo, ya que el lucro preside "casi todas las actividades
humanas". Pero una vez que se acepta que el lucro es "natural a toda
actividad humana", ¿cómo podría un débil "casi" detener a Romo en el
umbral del infinito enumerativo?

No cabe duda de que el lucro es indispensable para estructurar una
economía productiva. Pero la tenaza ideológica que aprisiona a quienes
adoptan el esquema Chicago no permite una discusión abierta respecto
de los límites morales del lucro

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