El economista está instalado desde el año pasado en París por Camila Miranda Diario El Mercurio, domingo 3 de julio de 2011http://diario.elmercurio.com/2011/07/03/economia_y_negocios/enfoques/noticias/DA30A9D2-7E40-4FAA-B08E-B5C891A85EAE.htm?id={DA30A9D2-7E40-4FAA-B08E-B5C891A85EAE} "Los países europeos, a mi juicio, están haciendo un diagnóstico voluntarista al pretender que un país llamado Grecia va a seguir reconociendo y debiendo 100, cuando esos 100 no valen 100", dice el ex ministro de Hacienda. Eduardo Aninat lleva casi nueve meses en París. Nuevo trabajo, nueva ciudad, nuevo idioma. Con su mujer, María Teresa Sahli, estuvo un mes buscando departamento. Lo encontraron en el 16 eme arrondissement , en el sexto piso de un edificio que queda cerca del Trocadero y la Torre Eiffel. Se instalaron solos, sin ninguno de sus seis hijos, y adoptaron un estilo de vida europeo: metro, sin ayuda doméstica -excepto por algunas veces que va una señora armenia a hacer aseo-, muebles Ikea... En fin, toda una reinvención que a los 63 años -dice- se agradece. Este "reciclaje" se debe a la Uniapac, la Unión de Empresarios Cristianos a nivel mundial, cuya filial en Chile es Usec, de la cual es su director general. "Ha sido una experiencia desafiante. Tal vez lo que me atrae, aparte del contenido valórico, es que estamos formando una guagua nueva, una fundación para ayudar a Uniapac a extenderse a nuevos países, a organizar seminarios y congresos internacionales y para crear, perdón por la siutiquería, un think tank ", contó Aninat, quien estuvo en Chile por 24 horas. Vino a reunirse con el nuevo presidente de la USEC, Ricardo Tezanos Pinto, con representantes de empresas mineras y de la Universidad Católica. -Usted fue ministro de Hacienda, subdirector del FMI, cargos con mucha adrenalina. ¿Por qué dirigir una ONG? "Sin desmerecer la energía que le debo dedicar al cargo, donde está todo por hacerse, esto me permite reciclarme un poco de esas adrenalinas, porque los períodos intensos, como seis años ministro de Hacienda, tres años y medio en el FMI -en la batalla misma- y en las Isapres, al final desgatan. Esto nos permite replegarnos para actuar en algo muy profundo. Es un trabajo que no está examinado por la presión de la luz pública. Tengo que responderle al movimiento y a mí mismo". -¿Cómo se ve la situación económica mundial desde Europa? "No estamos en lo peor de la crisis, tampoco en las vacilaciones iniciales. Lamentablemente, y me pongo mi chaqueta de economista profesional puro, viendo lo que hacen los gobiernos de los países desarrollados, vemos que no hemos curado ninguno de los males de fondo de la crisis. Se han corregido algunos síntomas, pero los males de fondo siguen presentes". -Es el caso de Grecia, por ejemplo "El enfoque que se le ha dado a Grecia no es acertado. En Grecia, un país pequeño y que venía con problemas fiscales y de otro tipo, se le ha aplicado una política de postergación, de adormecimiento, porque si bien es cierto que se le han pedido ajustes, y varios, no es menos cierto que esos ajustes se han compensado con más deuda. Deuda del FMI; deuda de los países grandes de Europa, deuda del Fondo Europeo. Y la pregunta es: a un país que ya tiene un 150% del PIB de deuda, hasta cuándo se le agrega más y más". Una solución posible sería, a su juicio, una similar al plan Brady con los países latinoamericanos, que significó un canje de deuda cara, impagable y de corto plazo, por una deuda rebajada pero con garantías. "Los países europeos, a mi juicio, están haciendo un diagnóstico voluntarista al pretender que Grecia va a seguir reconociendo y debiendo 100, cuando esos 100 no valen 100". Explica que esto no se explicita porque los líderes en Europa se mueven por razones exclusivamente políticas. "No quieren soluciones que les puedan enredar las elecciones", dice Eduardo Aninat, quien agrega que mientras no se sincere la verdadera magnitud del problema, seguirá la falta de certeza y la gran volatilidad del euro. -Además de Grecia, los indignados han estado en el centro del debate. ¿Cuál es su alcance? "Se ve potente, sobre todo en España, porque es el país europeo con la tasa de desempleo juvenil más alta de Europa y quizás del mundo. Entonces, qué le ofrece España -que se vanagloriaba de ser exitosa, de tener los bancos más grandes, la nueva colonización económica de América Latina- a su pueblo si los jóvenes no tienen trabajo. A España se le olvidó la A del ABC. Lo primero es trabajo". "Estos movimientos son los que cambian los gobiernos, es lo que pasó en Egipto y Túnez. Entonces, cuidado con los indignados, entendámoslos".
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