Diario El Mercurio, sábado 2 de julio de 2011 http://diario.elmercurio.com/2011/07/02/el_sabado/cine/noticias/4ABD27EF-BD0D-4C81-A0E4-56149AB3DD16.htm?id={4ABD27EF-BD0D-4C81-A0E4-56149AB3DD16} Mick Haller (Matthew McConaughey) dirige sus negocios como abogado desde un Lincoln clásico que guía su chofer de confianza. Está separado de Maggie (Marisa Tomei), tiene una hija pequeña y se codea con traficantes, estafadores y buscavidas. Mick suele defender a lo peor de la sociedad, con la consigna de que si la justicia no logra castigarlos, es su culpa, no la de los abogados. En lo más hondo de su cinismo descansa una desconfianza fundamental por aquello que llamamos justicia, y que al final no parece más que una transacción entre el poder y la norma, o entre la astucia y el deber. Pero ahora Mick tiene un problema: un cliente poderoso, Louis Rulet (Ryan Philippe), le pide que lo defienda de la acusación de una mujer que dice haber sido agredida por él. El lío no es la certidumbre del caso, sino la creciente duda de Mick acerca del historial de Louis, que podría incluir un homicidio por el cual está preso otro hombre que también fue su cliente. Esta es una coincidencia más bien improbable. Encontrar al culpable de un crimen anterior, del cual no se ha tenido ni idea, a través de un encuentro casual con un nuevo cliente es más que la fortuna que se le pide a un investigador. Pero esto no importa mucho; los guiones policiales se suelen tomar estas licencias, con conciencia de que la coherencia no siempre construye historias atractivas. Lo que importa es que Mick sospecha de su defendido, que es casi lo peor que le puede ocurrir a un abogado escéptico, más cercano al cine negro que al de tribunales. ¿Y qué puede hacer en tal caso? La ética -lo que queda de ella- le indica que debe defenderlo en el caso para el cual lo ha contratado, ganarlo y conseguir su exculpación. A eso se dedica, con un desagrado galopante, descartando testigos y desacreditando a los acusadores. En paralelo, encarga a su investigador privado, Frank (William H. Macy), que le siga la pista a su cliente. No es una mala idea ni un mal desarrollo. Pero si el director Brad Furman (Venganza sin tregua) hubiese confiado más en su cámara, si sólo creyese un poco menos en la publicidad y más en el cine, si no estuviese tratando de llamar la atención a punta de banalidades, si hubiese sido un poco más controlado para permitir que los personajes se desplegasen más libremente, quizás esta película pudo haber sido algo memorable. The Lincoln lawyer Dirección: Brad Furman. Con: Matthew McConaughey, Marisa Tomei, Ryan Philippe, William H. Macy, Josh Lucas. 118 minutos. Por Ascanio Cavallo.
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