1. La poesía sirve para nada.
2. La poesía puede perfectamente
no conducir a ninguna parte
3. En la poesía, las palabras son los hechos.
4. Un poema no termina nunca
de decir lo que tiene que decir.
5. El poema es lo que se pierde en la traducción.
6. La poesía va reelaborando
los residuos que dejan las palabras.
7. La poesía conjuga lucidez y delirio.
8. Lo que la palabra poética
gana en extensión
la pierde en profundidad.
9. La palabra dice
menos de lo que pretende
y más de lo que desea revelar.
10. Todas y ninguna de las anteriores.
Colofón:
La literatura en general
(y la poesía en particular)
es puro metabolismo.
No importa tanto
de qué se alimenta
como lo que hace
con sus materias primas.
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[No tengo las referencias a mano,
pero aquí hay líneas sustraídas
sin permiso de varios autores,
entre ellos Nicanor Parra, Mauricio Redolés,
Marcelo Mellado, Alan Pauls, Baruch Spinoza,
tal vez José Ortega y Gasset,
otra que le escuché a Joan Manuel Serrat
y adaptaciones de conceptos
elaborados por Óscar Hahn, por ejemplo,
y otros próceres cuya identidad
en este momento mi memoria
no puede recuperar.
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