El retorno de Ulises
por Patricio Tapia
Diario El Mercurio, Revista de Libros,
Domingo 17 de abril de 2011
http://diario.elmercurio.com/2011/04/17/al_revista_de_libros/_portada/noticias/9433EFDC-E83D-4E70-8004-C6E6098F480A.htm?id={9433EFDC-E83D-4E70-8004-C6E6098F480A}
Reedición La novela de Joyce en versión de Valverde
Considerada uno de los pilares fundacionales de la novela del siglo XX
por sus innovaciones de fondo y forma, Ulises adquirió un estatuto
mítico para lectores y escritores. Ha sido tan difícil establecer un
texto "definitivo" como traducirla, lo que en castellano intentó,
entre otros, el español José María Valverde.
Después de veinte largos años -diez en la guerra de Troya, otros diez
deambulando por los mares-, el héroe griego Ulises regresa finalmente
a Ítaca, su hogar, donde lo espera su fiel esposa Penélope. Mata a los
pretendientes que acosan su palacio y abraza a su mujer en su cama
tallada en el tronco de un olivo vivo. Antes de dormirse, Ulises le
cuenta sus venturas, desventuras y (no del todo) sus aventuras. En la
versión que James Joyce da de esta historia, sólo han pasado cerca de
veinte horas cuando su Ulises, Leopold Bloom, que no es un héroe, sino
un sujeto común y silvestre, regresa de madrugada a su casa y su
mujer, que no le es fiel, duerme. Sus aventuras del día, de las que
hace un inventario mental, son un conjunto de acontecimientos grises y
rutinarios que recuerda con sorprendente detalle. La esposa luego
despierta y se deja llevar, en duermevela, por sus pensamientos.
¿Degradación del mito? ¿Pérdida de lo heroico en el mundo moderno? Son
interpretaciones posibles para un libro que ha generado tal cantidad
de ellas, alcanzando verdaderos delirios exegéticos. Ulises , desde su
publicación, e incluso antes de ella, ha gozado de un aura de
dificultad y de modernidad que, respectivamente, le ha restado
lectores y sumado menciones. En parte, algo de culpa tiene el propio
Joyce, que entregó a algunos amigos, para uso "privado" y quizá en
broma, esquemas de interpretación simbólica que vinculaban cada
capítulo con un color, técnica, ciencia o arte, incluso órganos
corporales. Por otra parte, su mayor biógrafo, Richard Ellmann, cita
la confesión que el escritor le hizo a su amigo Jacques
Benoist-Méchin: en el libro había metido tantos enigmas y rompecabezas
que tendría ocupados a los profesores durante siglos.
Dublineses
Aunque Joyce vivió gran parte de su vida fuera de Irlanda, todos sus
libros tienen un único tema: Dublín. Ulises es la detallada crónica de
un día en esa ciudad: el jueves 16 de junio de 1904. Según Ellmann es
porque ese día tuvo lugar el primer encuentro y paseo entre Joyce y la
que sería su esposa, Nora Barnacle, una atractiva joven que trabajaba
como empleada en un hotel. El libro es la historia de Leopold Bloom,
su esposa Molly y el joven Stephen Dedalus (ya conocido por los
lectores, pues es el protagonista de Retrato del artista adolescente ,
de 1916). Su héroe, Bloom, es judío, no es muy inteligente ni culto,
no tiene dinero ni fama; su padre se suicidó y su hijo murió poco
después de nacer, su mujer lo engaña y él lo sabe.
Ulises comienza a las 8 de la mañana, en los lugares donde viven Bloom
y Dedalus, cada uno en capítulos distintos, y se disponen a desayunar.
Concluye en las primeras horas del día siguiente: ambos han llegado a
casa de Bloom y luego la esposa de éste se deja llevar por sus
pensamientos en un río de palabras, el famoso monólogo interior, sin
puntuación, de Molly Bloom. A lo largo de la novela Bloom y Dedalus
-juntos o por separado- deambulan por las calles de Dublín, asisten a
un entierro y también a una maternidad, van a trabajar, luego a
tabernas y más tarde a prostíbulos. Conversan trivialidades, beben, se
aburren, son golpeados. Es la exasperación de lo cotidiano.
Pero sus tres partes y 18 capítulos constituyen también un laberinto
narrativo, léxico y sintáctico, lleno de piruetas y hallazgos verbales
que llevan la lengua inglesa hasta los límites de sus posibilidades.
Hay asociaciones y alusiones recónditas, citas (literarias, de trozos
de ópera o canciones populares), juegos de palabras, variaciones
musicales (se ha hablado incluso de la primacía del sonido sobre el
sentido), repeticiones constantes de alguna frase que apareció antes,
la creación o la parodia de estilos diversos. En ella conviven lo
coloquial y lo sofisticadamente literario, el rapto lírico con las
necesidades fisiológicas, el realismo costumbrista con la alucinación.
Desfilan por sus páginas una serie de personajes de mayor o menor
importancia, e incluso muchos anónimos (un marinero cojo, un ciego que
maldice a quien se tropieza con él) y otros que apenas pasan. Y las
visiones de la realidad cambian en relación con los distintos
personajes, pero también, sobre todo a partir de la segunda parte, en
relación con los diferentes estilos.
Sin embargo, no debe considerarse Ulises como una maquinaria textual.
Es también un libro cómico y lírico. Cabe en él tanto la sátira del
nacionalismo (un personaje se enoja porque la sección de nacimientos y
muertes de un diario tiene demasiados nombres no irlandeses) como la
relación entre padres e hijos.
Homero
Desde su título, el libro tiene una vinculación con la Odisea de
Homero. Cuando la novela se publicó por entregas, consideraba una
serie de títulos homéricos en los capítulos, que el autor suprimió en
la forma final del libro. Ese orden mítico, los paralelos homéricos,
son una suerte de andamiaje, probablemente más útil para el autor que
para los lectores. T. S. Eliot, gran admirador de Ulises , pero que no
se atrevió a publicarlo él mismo, señaló en un famoso artículo de
1923, que valoraba el utilizar mitos del pasado para ordenar el caos
del presente. Nabokov, por su parte, en sus Lecciones de literatura
europea , le quitaba toda importancia respecto de esta novela: "No hay
nada tan tedioso como una larga alegoría basada en un mito trillado".
Lo cierto es que las referencias homéricas son tenues, a veces remotas
y muchas veces irónicas. Dedalus, quien trabaja en un colegio, va a
hablar con el director, un anciano reaccionario y antisemita: la
referencia es Néstor, el sabio anciano al que visita Telémaco. En otro
capítulo, dos camareras tras la barra son bellas en la mitad del
cuerpo superior, lo que asoma, y descuidadas y en chancletas hacia
abajo: la referencia es a las sirenas. Y la referencia a Penélope de
la vuelta a casa con Molly no es sino sarcástica considerando la
infidelidad de ésta. Otras veces la señalada parece no ser la más
adecuada. En el extenso capítulo en que Dedalus va con sus amigos al
barrio de los prostíbulos y Bloom lo sigue, el primero, borracho y
dolorido (porque ha sido golpeado por un soldado), es ayudado por el
segundo, que no deja de ver a su hijo muerto en él: la vinculación,
más que con "Circe" debería haber sido Ulises y Telémaco. Y en este
momento, se dice, estaría el origen del libro. Sería autobiográfico.
Alguna vez Joyce se acercó a una mujer acompañada por un soldado, de
lo que no se percató el escritor, y fue golpeado por el militar, que
lo dejó en el suelo. Quien lo ayudó a levantarse e ir a casa fue un
judío, conocido en Dublín por las continuas infidelidades de su
esposa.
"Ulises" en inglés y en castellano
Escrita entre 1914 y 1921, en ciudades como Trieste, Zurich y París,
Ulises fue publicada primero por entregas (bajo la protección de Ezra
Pound y Harriet Shaw Weaver). Ya entonces es acusada de pornográfica y
blasfema. Fue censurada y perseguida. Como libro fue publicado en el
cumpleaños número 40 de Joyce, en 1922. El texto estaba plagado de
errores. Los cajistas-impresores franceses no sabían inglés y Joyce,
casi ciego, era un empedernido modificador de borradores y pruebas de
imprenta, cuyos añadidos y correcciones podía extraviar o enmendar.
Las ediciones posteriores reproducían errores y agregaban otros. No
hay, por tanto, una edición definitiva. Las polémicas parecían haber
acabado con la edición "sinóptica y corregida", en tres tomos de Hans
Walter Gabler (1984). Pero esta venerable edición fue sometida a duras
críticas por un joven estudioso, John Kidd, dando lugar a un agrio y
famoso debate.Se habló de las "guerras de Joyce", en las que salió
dañado Gabler, pero también Kidd: contratado por la Universidad de
Boston, se esperaba su Ulises . Pero sus excentricidades y
enfermedades lo dejaron sin trabajo y su tan esperada edición aún no
aparece. En la versión que se reedita, la de José María Valverde, éste
señala en nota de 1988 que retoca su traducción y que ha tenido en
cuenta las variantes de la edición crítica de Gabler, aunque no son
muchas las novedades. Valverde entrega, además, una larga introducción
biográfica, con datos valiosos y algún error (como darle la paternidad
a Henry James del concepto de "corriente de la conciencia" y no al
verdadero progenitor, su hermano William). Ofrece también un esquema
de cada capítulo, sin ninguna interpretación, indicando la técnica y
la referencia a la Odisea . En apéndice se acompañan los esquemas que
Joyce dio a su amigo Carlo Linati y, aumentado, a Stuart Gilbert.
En la lengua de Cervantes
Uno de los primeros traductores de Ulises fue Borges, aunque sólo de
una página. De la novela completa existen las versiones del argentino
José Salas Subirat (1900-1975), José María Valverde (1926-1996) y
Francisco García Tortosa (1937) -junto a M. L. Venegas-, publicadas,
respectivamente, en 1945, 1976 (revisada en 1994) y 1999. Eduardo
Lago, en un celebrado y premiado artículo, comparó las tres versiones.
Tras un análisis minucioso, cotejando diversos pasajes, concluye que
ninguna de ellas es globalmente superior, todas son proezas y cada una
encuentra soluciones válidas (más o menos logradas), lo mismo que el
afán de distinguirse de las demás. Hay cuestiones que Lago no
menciona. La de Valverde tiene, sin duda, aciertos, pero también
chirridos: Bloom pasa ante unos mostradores perdiendo el tiempo,
"demorándose" ( dallying ), pero para Valverde, en innecesario
galicismo, pasa "flaneando". Quizá si el mayor problema de las
traducciones sea cuando una palabra aparece repetida en contextos
diferentes, como motivo musical. Valverde y Salas muchas veces olvidan
que esa palabra o frase ha aparecido antes y la traducen de otra
forma.
La versión más reciente es la del profesor emérito de la Universidad
de Sevilla Francisco García Tortosa. Habiendo descubierto a Joyce
tardíamente, se entregó a su estudio. Siete años de trabajo le tomó
traducir Ulises .
-¿Valora la versión de Valverde?
-Habiendo traducido Ulises respeto a los dos que me precedieron en el
mismo trabajo, porque sé el esfuerzo que supone, la constancia y el
conocimiento de la obra de Joyce y de la lengua española o castellana
que la tarea requiere. Los dos tienen aciertos y errores, supongo que
yo también. La ventaja que me favorece es que me aproveché de la gran
cantidad de crítica aclaratoria, de monografías, guías, concordancias,
sobre todo de esto último, que cuando Subirat y Valverde emprendieron
su traducción aún no se habían publicado.
-¿Qué fue lo más difícil de traducir?
-Sin lugar a dudas el Capítulo 14, "Los Bueyes al Sol", en el que
Joyce intentó hacer una historia de la lengua inglesa en tono
paródico. Yo eliminé la parodia y pretendí que el capítulo se
convirtiera en la historia del español comenzando con Alfonso X el
Sabio y terminando con Pequeñeces , del padre Coloma. Más de una vez
quise abandonar la traducción, no tenía necesidad de tal esfuerzo y
obsesión, era Catedrático, Decano de la Universidad de Sevilla, había
publicado extensamente sobre la época anglosajona, Shakespeare, los
viajes imaginarios, etc. ¿Quién me mandaba a mí a meterme en
berenjenales de tal calibre? Pero siempre pensé, sin compararme,
evidentemente, en Miguel Ángel y la Capilla Sixtina. Tengo la
costumbre, cuando me enfrento a una gran dificultad, de pensar en un
gran genio al que humildemente emular. Joyce dice " To learn one must
be humble " [Para aprender uno debe ser humilde] (c. II).
-Alguna vez indicó que "Ulises" es una novela sobre el amor...
-Sí, es una novela de amor, pero de amor de todos los días, con sus
flaquezas e ilusiones, sus engaños y sinceridad. Amor humano, lleno de
tristeza y esperanza, como la vida misma, al igual que la novela.
Bloomsday y la Orden del Finnegans
Cada 16 de junio, desde 1954, se festeja en Irlanda y el mundo el
llamado "Bloomsday": desayunan lo mismo que el personaje o van al
cementerio para recordar el entierro al que va Bloom y que nunca
existió. Pero también hay una Orden del Finnegans, fundada en 2008,
integrada por el editor Malcolm Otero Barral y los escritores Eduardo
Lago, Enrique Vila-Matas, Antonio y Jordi Soler y José Antonio Garriga
Vela. Estos caballeros de la Orden asisten al Bloomsday y juran con la
mano derecha en la versión inglesa del libro y la izquierda en la
versión castellana su veneración a ella. El libro La Orden del
Finnegans (Alfabia/Huerders, 2010, $16.500) se compone de 5 textos:
una "crítica ficción" de Vila-Matas, una conferencia "policíaca" sobre
la traducción de Lago y relatos de los restantes. Por otra parte, la
novela de Vila-Matas Dublinesca (Seix Barral, 2010, $14.900) también
gira en torno al hecho: en ella, el protagonista, Samuel Riba, editor
barcelonés retirado, va con varios amigos escritores a Dublín, para
festejar el Bloomsday.
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