Por: Steve Blank Académico en Stanford, Berkeley y Columbia. Fundador de empresas en Silicon Valley. Revista Qué Pasa, 14 01 2011http://www.quepasa.cl/articulo/20_4922_9.html En Chile se habla constantemente de emprendimiento e innovación. Y no es una preocupación pequeña. El país, tanto a nivel gubernamental como universitario, hace un serio intento por conseguirlo. Como extranjero, quedé muy impresionado con el progreso de este país en su meta de convertirse en un centro de innovación, pero aún hay desafíos pendientes. En primer lugar, la falta de inversionistas de riesgo es notable. Considerando los interesantes desarrollos en los departamentos de Ingeniería y emprendimientos que pude conocer, uno esperaría una multitud de financistas peleándose los contratos. En cambio, es el gobierno -a través de Corfo- el que está haciendo la mayor parte de la inversión de riesgo, lo cual se traduce en que estos negocios no cuentan con directores que tengan experiencia práctica. Así, parece haber muy pocos que sepan cómo entrenar a los empresarios y construir compañías. Además, no me queda claro si todos están de acuerdo en que, para que los emprendimientos crezcan, es necesario salir de Chile e irse a lo global. Parece haber pocas herramientas, técnicas y estrategias para lograrlo. Una señal de progreso será cuando la gente de Corfo deje el gobierno y empiece sus propias firmas para financiar empresas emergentes y con potencial. Respecto a la atracción de talentos, creo que Chile todavía no se ha "declarado un major". Decir que apoyas el emprendimiento y la innovación es un comienzo, pero falta completar la frase. ¿En qué campo hacerlo? ¿Dónde se va a establecer Chile como un líder en innovación y técnica? ¿Pagar es la única manera de atraer talentos o los emprendedores van a venir por tratarse de uno de los mejores lugares para desarrollar ciertas industrias específicas? Creo que lo que está faltando aquí es una meta clara para que Chile se convierta en un imán de talentos en materias específicas. Un tercer punto importante es que la cultura chilena no acepta el fracaso empresarial o personal. Ésta no es una tierra de segundas oportunidades, donde un fracaso te convierta en un empresario experimentado. El proceso de quiebra es draconiano. Además, el costo de un fracaso personal es alto. Si fallas, lo haces para con tu familia, tu comunidad y tu país. Como resultado, las presiones sociales favorecen a quienes evitan empresas de riesgo y, por tanto, es poco probable que los empresarios apuesten por algo riesgoso. Sugiero tal vez usar una analogía científica para ayudar a cambiar la visión sobre el riesgo y la experimentación que requiere construir nuevas empresas. Los emprendimientos pueden ser entendidos como parte de un "laboratorio de innovación", similar a un laboratorio de ciencia, donde los empresarios desarrollan y prueban hipótesis sobre nuevos modelos de negocios. Como en la ciencia, comenzar una empresa no es un proceso lineal, sino uno que involucra fracasos y callejones sin salida que debemos sortear''.
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