Me gustan cuando callan por Joe_Black Diario El Mercurio, Cuerpo Reportajes Domingo 16 de enero de 2011http://diario.elmercurio.com/2011/01/16/reportajes/reportajes/noticias/BA2FD49F-BE71-4CF1-83A3-0F4BB9DDA3AC.htm?id={BA2FD49F-BE71-4CF1-83A3-0F4BB9DDA3AC} Mi recomendación para los ministros recién llegados es aplicar la "Rutina del Lagarto": hablar poco y pensar harto. Tres de mis políticos predilectos fueron favorecidos esta semana con el cambio de gabinete. Andrés Animal y Evelyn Matthea cumplieron su sueño de convertirse en ministros y Laurence Gooolborne se transformó en biministro. Estoy feliz por ellos, sólo que ahora que son autoridades tan altas en el Poder Ejecutivo voy a tener que llamarlos por sus apellidos fomes: Allamand, Matthei y Golborne. El problema es que ya estoy sufriendo por ellos. Todavía no asumen y ya estoy con miedo a que se les ocurra renunciar a la fuerza, como le ocurrió a Ravinerd (ahora que no es secretario de Estado creo que puedo dejar de decirle Ravinet). Lo que pasa es que el Presidente les exige demasiado a sus ministros. Por un lado, los empuja a hacerse conocidos entre la ciudadanía. "Si no tienen al menos un 50% de reconocimiento público corren riesgo de presentarme la renuncia", les hace ver. El problema es que para adquirir notoriedad tienen que mostrarse, aparecer en los medios, dar entrevistas, twittear, subir fotos a facebook, ir a los matinales, etc. Y lo malo es que ahí es donde se tropiezan. Fíjense en cuántas autoridades del gobierno han debido irse a sus domicilios antes de tiempo por decir cosas indebidas: el embajador Otero cayó por hablar bien de Pinochet; la vicepresidenta de la Junji, Ximena Ossandón, por revelar que su sueldo de 3 millones era "reguleque"; Raineri por asegurar que a los magallánicos se les acabaría la fiesta cuando les cortaran el subsidio de gas; y el inefable Ravinerd por asegurar que el puente valía callampa. Por eso, mi recomendación para los recién llegados y para los que aún permanecen vivos es aplicar la "Rutina del Lagarto" (no confundir con la dieta de ese mismo reptil); es decir, hablar poco y pensar harto. Así lo hacían otras autoridades de gobiernos anteriores que lograron permanecer mucho tiempo en sus cargos. Hubo una ex jefa de la Junji que también pensó que su sueldo era "reguleque", pero que nunca lo dijo en público. Simplemente se autoasignó gastos de representación por 400 mil pesos mensuales y listo. Un ministro de Obras Públicas también pensó que el puente sobre el Chacao valía callampa, pero no salió a gritarlo al Congreso. Fue más astuto; aunque estaba aprobado sencillamente no lo construyó y fin del problema. Para qué aburrirlos con más ejemplos. Estoy seguro de que ya comprendieron a lo que me refiero. De todos modos temo por Allamand y Matthei. Las opciones de caer en la trampa son demasiadas y están a la orden del día. Y a ellos les cuesta mantener la boca cerrada. Aunque pensándolo bien, hay un modelo que les podría servir. Se llama la "Rutina de la Bandada". Consiste en hablar mucho y no decir nada. Eximios exponentes de esa conducta son, por ejemplo, Ena von Baer y Marcelo Bielsa. Pueden hablar por horas dándose vuelta en lo mismo y uno, al terminar de escucharlos, no sabe realmente qué diablos quisieron decir. Los dos son admirables. Les tengo respecto. Como sea, les doy la bienvenida a los nuevos compañeros. Y mis respetos a los caídos.
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