De nuestros archivos (2006)

 

 Amigos:
 
   Memorable la visita con José Antonio López
   a la madre de nuestro recordado amigo
   y compañero del colegio, Ricardo Villaseca.
 
   La señora Louise Najarian-Amiralian
   es a todas luces extraordinaria.
 
   No menos que tantas de nuestras
   madres, cada una con su personalidad
   única e irrepetible. Abnegadas, generosas,
   muchas de ellas con exuberante personalidad
   como la señora Louise.
 
   En este caso, con una historia increíble.
 
   Da para otro mail
   narrar la saga de su familia
   de origen Armenio,
   de sus abuelos y padres
   que comienza con su nacimiento
   en África, en Khartoum, Sudán;
   su estadía en colegios británicos
   en Jerusalén para continuar,
   de paso en Europa, hasta
   llegar a Nueva York,
   al Greenwich Village
   y  vivir un tiempo con
   un hermano mayor
   e iniciar sus estudios universitarios...
 
   Allí conoce al que sería su marido
   y padre de los hermanos Villaseca Najarian
   y se viene a Chile para casarse
   y continuar su vida en este fin de mundo.
 
   La historia da para largo...
 
   Muy culta, con formación shakespereana
   y una notable lucidez y fluidez para
   comunicar tanto en un par de horas,
   pasando de la reflexión profunda
   a la anécdota pintoresca;
   incluyendo el relato del día fatal
   con las horas de incertidumbre
   a la desgarradora y trágica noticia
   de la muerte por atropellamiento
   de su hijo en las cercanías de su casa,
   de la cual solamente se enteraron
   al día siguiente cuando su hermano Roberto
   tuvo que ir a reconocer el cadáver
   de Ricardo a la Morgue
   (cráneo expuesto y pierna fracturada
   por el vehículo que lo arrolló y se dio a la fuga).
 
   En fin, escuchar el conmovedor homenaje
   que escribiera hace poco en memoria de su querido hijo
   y verla cómo se alegró con nuestra visita.

    No olvidemos a las madres (vivas y difuntas)
   emblemáticas como las de Jorge Bande (Inge), Felipe Lira (Ismenia);
   inolvidables como la mamá del Pollo Guilisasti (Isabel Gana)
   la señora Ester (madre de Carlos Cabezón);
   muy queribles y entrañables
   con las que he tenido el privilegio
   de interactuar más durante
   los últimos cuarenta años:
   (las de Rodrigo Rojas ( la queridísima María Teresa Krause)
   y Fernando Verdaguer (Ida Farotto –la maravillosa “Gala”)...
   habría que nombrarlas a todas como la tuya,
   la del Negro, la de Nacho, la de José Antonio,
   de Juanito Labbé (la querida tia Lolo),
   la de Carolo Tironi, la de Lucho Cabezón,
   la de «Cucho» Aldunate, la de Gonzalo, a la de Tomás,
   la de Gerardo y cada una de las que no alcancé a nombrar...
   (incluyendo a la mía que partió el año pasado).
   (Estoy recordando caras, aunque no estoy seguro
   de los nombres de muchas de ellas, todas maravillosas.
 
   Una oración de gratitud para todas ellas.
 
   No abandonemos a las que aún están con nosotros,
   en especial a las que están
   más solas o enfermas
   y agradecen tanto la compañía de seres
   que las quieren y las admiran.
 
   Esto escribió la señora Louise (en inglés y también en castellano)
   [Los errores eventuales se deben a que no estoy seguro
   haberle entendido la letra en el pequeño papel en que escribió
   este homenaje (pero en buena parte corresponde a lo que ella escribió).
 
   29th June 2004  A memorable date

  Here are we again, sweet son & brother

  Like a ship derelict in a nebulous ocean drifting

  We feel that you are out there far away- In Paradise perhaps?
 
  We wish in the hope of seeing you one day somewhere out there

  Your marvellous soul was severed from your long suffering body & flew away

  It took wings quickly to start the pilgrimage toward unfathomable spheres
 
  Oh Son...little did we realise that this absence of yours
   would enhance the sorrow & grief so much in our hearts  of anguish
 
  So, where else can we search for you but in the cemetery.
 
  Remembering pleasant things about one called Ricky,
  who’s lying in this mute, dark & cruel tomb.
 
  The fatal moment of departure was at hand
  to tread the path of all flesh.
 
  Four months have elapsed,
 no sign is there of your presence never more!
 
  And that makes us feel desolate.
  For we love you and will love you as long as we exist!
 
  Is there balm for this, Oh God?
  Our very core yearns for it!

   Louise Najarian-Amaralian (mother of “Ricky” Villaseca)
 
   IN MEMORIAM

  Un homenaje a la memoria
   de nuestro querido y respetado hijo,
  hermano y tío Ricardo Gonzalo (Villaseca Najarian).
 
   Ya ha pasado el período de cuatro meses
   desde que un día letal, lo separó súbitamente
  de nuestros corazones; una persona gentil,
  bondadosa, complaciente, profunda y cariñosa.

    Difícil es olvidar las pequeñas cosas,
   dichos, una sonrisa y una carcajada algunas veces.

    La música que amó tanto.  El piano,
   para él era más que un mero instrumento
   -era su leal compañero y sabía manipularlo
   con mucho esmero y también una lágrima.
 
   Sí, él era una persona no muy común de encontrar.
   También hay que mencionar una cosa de facto.
   Él era un hombre solitario y sufrido – en una manera
   abandonado por sus “amigos” -verdades punzantes-
   ciertos, no obstante.
 
   Su semblante, muy agradable -todavía no se ha
   desvanecido de nuestra memoria y nunca lo hará.
 
   Su único hermano, Roberto Cristián,
   muy querido por él, muy especial - también
   a él se le baja una cortina de sombras,
   difícil de adivinar y su corazón entristece.
 
   Su querido padre, sufre silenciosamente.
   “Daddy” para él era inolvidable –era muy querido
   -nunca lo olvidaba.
 
   Ricky, nuestro amado HIJO, nuestro primogénito,
   en donde estés perdurarás
   en la PAZ del Señor Todopoderoso
   sin comparación, sin comprensión
   para todo la eternidad EN EL PARAÍSO.
 
                              Louise Najarian-Amiralian

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