Allamand y su Defensa


por Gonzalo Rojas
Diario El Mercurio, Miércoles 19 de Enero de 2011http://blogs.elmercurio.com/columnasycartas/2011/01/19/allamand-y-su-defensa.asp
 
Nos encontramos en la calle, sólo tres días antes de su designación
como ministro.
Fue cordial. Casi siempre lo ha sido conmigo, a pesar de nuestras
diferencias respecto de lo que le conviene a Chile. Son cerca de 40
años de distanciamiento, desde aquella amistad infantil.
Me dijo que yo debería ser más abierto, que su proyecto de Acuerdo de
vida en común era el único que garantizaba que no habría en Chile
"matrimonio" homosexual (¿se lo habrá reconocido así al Movilh?) y,
con entusiasmo, me animó a conversar.
Hablar. Ha sido la característica más positiva del persuasivo Andrés
Allamand a lo largo de toda su carrera. Además, siempre ha afirmado
que también le interesa oír, aunque esta segunda parte del diálogo no
queda tan clara cuando se trabaja con él.
Esas serán, en todo caso, las dos actitudes por las cuales se lo
juzgará. Porque Allamand ha escogido un ámbito en el que será evaluado
día a día y no cada ocho años. Una tarea en la que competirá contra sí
mismo, no como en Valdivia en que corrió solo y ganó sin contratiempos
un cupo senatorial ya asegurado. Él lo sabe perfectamente, y aunque
nunca ha estado sometido a ese tipo de medición -la que hace un jefe
respecto de un funcionario-, si la ha aceptado, es porque está
adecuadamente prevista dentro de su carta Gantt.
En junio pasado se afirmó en este mismo espacio: "Antes fue una
travesía en el desierto; por ahora es la travesía de un vigilante; más
adelante, cuando lo estime oportuno, será abiertamente la ruta del
precandidato presidencial". Esta semana, efectivamente, Allamand ha
considerado oportuno comenzar la travesía de su precandidatura
presidencial.
Y ha escogido un buen lugar: Defensa. Podrá hablar públicamente sin
decir casi nada comprometedor. Enfrentó su primera crisis y la
resolvió con criterios de manual.
Lo importante vendrá en sus días de rutina, porque el ex senador ha
encontrado un ámbito perfecto para recorrer todo el país, conocer a
fondo las fuerzas vivas de las regiones, repetir consignas de buena
crianza sobre la patria y la soberanía y, por lo tanto, posicionarse
como un estadista supuestamente moderado e integrador. Todo en tono
amable y sin contradictores, porque las Fuerzas Armadas no son un
contrapeso del Poder Ejecutivo, como sí les sucede a casi todos los
restantes ministros. ¿Le suena... Bachelet?
Dentro, en el gabinete, jugará ciertamente otras cartas. Ahí, en el
secreto de las discusiones y de las negociaciones, su capacidad de
aparecer por la espalda, su amplitud de maniobra, su ironía amable
pero sagaz, descolocarán a más de un técnico... a casi todos más bien.
Pero en la esfera pública también tendrá que oír. Superado el caso Le
Dantec, no van a ser los mandos uniformados quienes lo importunen,
porque la disciplina seguirá los conductos regulares. Serán otros,
serán las clases pasivas de las Fuerzas Armadas las que le plantearán
sus demandas.
Clases pasivas no por su estricta condición previsional, sino por la
pasión que experimentan hace ya años en el plano judicial, sometidas a
oprobios y arbitrariedades que ningún grupo social sufre en Chile.
Ni en el Ministerio del Interior ni en el de Justicia han encontrado
esos uniformados en retiro una acogida concorde con la igualdad que
debe operar en el tratamiento de los derechos humanos. El desafío será
ahora para Allamand, porque hasta hoy las promesas hechas por el
candidato Piñera en su campaña siguen pendientes. El ministro tendrá
que oír: después, él verá si se hace cargo.
En todo caso, haga lo que haga, él mismo ha escogido el camino de la
subordinación. Ya no se manda solo y por eso, quizás un día distinto
del previsto por el propio Allamand, el ministro se quedará sin
Defensa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

COMENTE SIN RESTRICCIONES PERO ATÉNGASE A SUS CONSECUENCIAS