Lo que se piensa y no se dice

Actores secundarios
por Antonio Martínez
Diario El Mercurio, Cuerpo de Deportes,
Domingo 12 de Diciembre de 2010
http://diario.elmercurio.com/2010/12/12/deportes/columna/noticias/B042C273-3DA5-4136-8839-4636E1E2CB46.htm?id={B042C273-3DA5-4136-8839-4636E1E2CB46}

Esto ocurre por España y a miles de kilómetros de distancia,
donde Manuel Pellegrini es el director técnico del Málaga
y está lejos del Real Madrid, a cargo del portugués José Mourinho;
tan distante de Chile la ciudad andaluza como la capital,
pero algunos chilenos, cientos, miles o un millón y más,
están pendientes de lo que pasa en la liga española,
pero por razones retorcidas, que le llevan inquina y gotas de venganza.

Si al equipo de Mourinho le va mal, y el magnífico ejemplo
fue la derrota humillante con Barcelona,
quiere decir que la conspiración contra el entrenador chileno
queda de manifiesto y los hechos son claros,
porque nunca el equipo de Pellegrini sufrió esa afrenta
con los catalanes azulgrana y esta es la primera prueba,
y ya vendrán muchísimas más, de la pavorosa y terrible injusticia
que se cometió con el director técnico nacional.

A Pellegrini lo salió a cazar una jauría de hinchas primitivos y cabezones,
la estulticia ciega del diario Marca e incluso la xenofobia sudamericana,
después de eso estuvo la deslealtad de los mismos que lo habían contratado,
y así se fraguó la trampa y la treta, donde a lo mejor estuvo involucrado
el propio José Mourinho, con un ojo de pirata encima
del Internazionale de Milán y el otro ojo de corsario sobre el Real Madrid.

No hay felicidad mayor, para esta legión de chilenos incontables,
que el Madrid tropiece y pierda y que el infame portugués se confunda y caiga,
porque de esta manera pueden demostrar lo que desean con ansia y angustia:
ellos saben, tienen razón y son mejores (seres humanos)* que el resto.

Estos actores secundarios viven a miles de kilómetros
de unos hechos ajenos que ya ocurrieron,
pero todavía están crepitando, tienen rabias que no se calcinan,
profecías incumplidas, frustraciones silenciosas, envidias innombrables
y ruegan por la caída y la desgracia ajena.

Los malagueños y los madridistas, la prensa de ambas ciudades,
los dirigentes de esos clubes, Mourinho y el entrenador chileno
están en una etapa distinta, vienen nuevas preocupaciones,
el mundo gira y así es el trabajo y los días y a otra cosa, mariposa.

En Chile no es así, tiene que ver con el carácter nacional
y por eso cuesta tanto salir de la niebla espesa,
pesada y odiosa que envuelve al fútbol chileno.

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