Encuentro Class 70 St George‏

Junto con sentirme completamente interpretado por cada una de las palabras de mi compadre Feña, particulrmente la forma en que hace explícita su expresión de gratitud a todos, en la persona de nuestro presidente Arturo Costabal.
Quisiera aprovechar para expresar tardíamente y por escrito, intentando corregir en parte una gigantesca omisión ocurrida cuando anuncié la presentación de fotografías del curso que cubren un arco que sobrepasa sobradamente el medio siglo.
Se trata de Mario Rengifo, quien al ofrecer generosamente su máquina para que Aníbal pudiese digitalizar los negativos que había conservado por tanto tiempo, permitió rescatar un tesoro gráfico cuya posibilidad de ver la luz le estaba vedada.
Ofrezco mis más sinceras disculpas al querido amigo, lamentando no haberlo mencionado su fundamental contribución ante una parte significativa del curso que asistió a este hito, entre los numerosos encuentros realizados en casi medio siglo.
Parece que la falta de sueño y demasiadas cosas en la cabeza conspiraron para invisibilizar el aporte clave de Mario.
El otro amigo, muy cercanlo, que no fue mencionado, fue Cristián Ugarte, quien desde el blog que administra no se cansó de recordar este encuentro, así como lo ha hecho invariablemente en la pasado, aportando una cuota no menor en las causas solidarias, con el valor agregado invaluable de que lo hace en medio de dificultades tremendas, y con un costo a veces titánico, para sobreponerse a sus malestares y dolores, a fin de ayudar a otros.
Me siento muy orgulloso de nuestro curso y más ligado que nunca a colaborar unidos buscando hacer el bien donde nos necesiten nuestros compañeros y amigos.  La Clase del '70 se puso a la altura de su leyenda, no sólo como la generación que ha aportado más individualidades tan destacadas en una variedad de ámbitos tan amplia, llevándonos a pensar que resulta difícil encontrar, no sólo en otras generaciones georgianas, sino que de cualquier establecimiento educacional del país, en mucho tiempo, sino por la delicadeza y dedicación con que ha sido capaz de elaborar y llevar a cabi una celebración tan significativa, trascendente.  Una alegría acompañada de una combinación de emociones y evocaciones que calaron hondo en cada uno de lls asistentes.
No tengo palabras para agradecer a mi compadre Carlos Vergara, a Caco Lyon y Caco Cubillos, de Los Telúricos, quienes, siempre han respondido generosamente a las peticiones del curso, actuando grstuitamente, acompañados esta vez de vientos, brindando su calidad acostumbrada, a pesar de que Carlos se encontraba enfermo, a lo que se agrega que su señora también lo estaba también, agregando una preocupación extra que no lo hizo desistir al compromiso contraído.
Con todo, creo que sin menospreciar la calidad de este afiatado grupo que cuenta con talentosos y experimentados músicos, tal vez no cultivan un relertorio idóneo, o no manejan el voluman adecuado para un encuentro de este tipo, considerando la edad en que nos encontramos.  Nadie pide una música ambiental insulsa.  El problema es que no debe ser fácil conseguir músicos de nivel profesional, dispuestos a tocar gratis o por muy poco, y que a la vez cultiven una música cercana a la sensibilidad mayoritaria de un curso como el nuestro, que lo que andan buscando en una ocasión como esta, es reencontrarse con amigos de toda la vida, conversar distendidamente, sin dejar por eso de escuchar y apreciar la calidad de una música interpretada en vivo que sería ideal ensamblarla con la música conversacional.
Abrazo grande y gracias totales a todos.
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