uno primero tiene que entenderlo.
Cuando uno finalmente
se las ha arreglado para entender el problema
uno ha avanzado en un 80%
en el camino de hallar la solución.
La ingeniería, por ejemplo,
no está limitada a resolver problemas.
Lo más relevante es despejar de la maraña
cuál es el problema relevante que habrá que resolver,
identificando, en definitiva, de qué estamos hablando.
Allí es donde la contribución del ingeniero
resulta decisiva y el verdadero progreso se lleva a cabo.
Tal vez el problema de la política,
y de los que pretenden hacer ingeniería social,
es que no identifican los verdaderos problemas,
y cómo los definen ideológicamente (y falsamente)
sin cotejarlo con la realidad
después aplican la receta de Marx (Groucho):
buscar problemas, encontrar el que no es,
hacer un diagnóstico erróneo
y aplicar el remedio equivocado.
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